El Atlético Pulpileño certificó ayer lo que desde la semana pasada tenía prácticamente cerrado: el ascenso directo a la Segunda RFEF. Un gol de Cristo García cuando el partido ante el Cartagena B parecía acabar en tablas culminó la fiesta pulpileña, ya de por sí asegurada con el empate ante el filial albinegro.

La segunda plaza del Subgrupo C estaba en juego al comienzo del partido que se disputó en el Cartagonova. A los de Pulpí les valía tanto el empate como la victoria, por supuesto, y eso es algo que se dejó notar desde el primer minuto. El conjunto dirigido por Sebas López, consciente de la importancia de no encajar, planteó un duelo con mucha solidez y oficio defensivo. Las pobres intentonas locales se alternaban con las rápidas salidas a la contra del equipo almeriense.

Se llegó al descanso con un dominio claro de los albinegros, que aunque no pudieron convertir en gol las ocasiones de las que gozaron, sí asediaron la meta de Héctor Pizana con la necesidad lógica de aquel al que no le vale con el empate.

La segunda mitad comenzó con la misma tónica con la que ambos conjuntos habían enfilado vestuarios, aunque hubo que esperar un buen rato para que llegara la primera gran ocasión de los locales. Teddy conseguía batir al meta rival pero su gol acabaría siendo anulado.

Los minutos pasaban y la necesidad arreciaba en las mentes albinegras, que decidieron dar un paso más y jugarse el todo por el todo. Este envalentonamiento fue aprovechado con éxito por el Pulpileño, que tras una magistral contra, culminada por Cristo García en el minuto 89, se aseguró por todo medio la victoria y por lo tanto el ascenso directo la Segunda División RFEF.

El Atlético Pulpileño deja atrás malos recuerdos de play off y consigue una promoción de categoría que se lleva mereciendo desde hace tiempo.