Histórica, balsámica y, sobre todo, necesaria. El Cartagena firma una auténtica gesta después de vencer al Espanyol en Cornellá que le acerca de forma tremenda a la salvación. Los de Luis Carrión se ponen cuatro puntos por encima del descenso y meten presión a todos los rivales directos, que deben jugar a lo largo del fin de semana. Los albinegros dan un paso de gigante y están más cerca de seguir en Segunda.

Los albinegros hacen el ‘pasillo’ al Espanyol, ya equipo de Primera División. | PRENSA FC CARTAGENA

Llegaba el Cartagena con el chute de moral que había conseguido después de vencer al Castellón y la consecuente escalada de cuatro posiciones que le había situado en un puesto privilegiado. Aunque solo fuera a un punto, estaba fuera de descenso y con varios equipos de por medio, por lo que los ánimos eran bien diferentes que en semanas anteriores.

Aun así, había que buscar elementos diferentes para tratar de plantarle cara a un equipo del calibre del Espanyol. Para ello, Luis Carrión salió con un once visiblemente más defensivo que en anteriores encuentros. De hecho, dejó fuera e Elady para poder meter un hombre más en el centro del campo. Aburjania y José Ángel dieron estabilidad en la medular con el doble pivote, mientras que De Blasis estuvo algo por delante de ambos. También repitió de inicio Delmás, que como hiciera ante el Castellón, dejaría su sello en el encuentro.

Victoria y gesta ‘de primera’

Tanteo solvente

Sabía el Cartagena que tenía que proponer más que un rival que, aunque ya estaba ascendido, había salido con buena parte de sus futbolistas habituales desde la partida. El técnico albinegro trató de lanzar al equipo arriba para no verse sometido por la presión del equipo perico. La línea de defensa adelantada y, eso sí, imprecisión con el balón en los pies.

El equipo de Vicente Moreno trató de aprovechar ese factor buscando en velocidad la espalda de la zaga del Cartagena, aunque sin excesivo peligro ante una defensa que se mostraba relativamente segura. Trataba de ganar en confianza y meterse en el partido el equipo que vestía con la marítima y lo iba consiguiendo poco a poco. Lo hacía a través de Álex Gallar que trataba de nuevo de buscar esas acciones desequilibrantes que solo cinco días antes le habían dado los tres puntos a su equipo. También había buscado algún balón colgado al área que no había encontrado rematador.

Premio inesperado

La notoria falta de ritmo del Espanyol igualaba las condiciones del encuentro para un Cartagena que, con más corazón que fútbol, pretendía encontrar oro con alguna acción que diera la sorpresa.

Sin haberlo buscado en exceso y en el que iba a ser el primer remate a puerta de los albinegros, esa recompensa iba a llegar. En una jugada elaborada con paciencia se encontraba el gol. De Blasis colgaba el balón al segundo palo buscando la incorporación de Julián Delmás por la derecha. En primera instancia, parecía que toda la ventaja era para el portero gracias a que Wu Lei estaba protegiendo la pelota. Sin embargo, en un acto de fe, el lateral maño se adelantaba al delantero perico y metía la punta de la bota para que el balón se colara lentamente en la portería cuando Oier había salido a bloquear.

Era el primer gol de Delmás con la camiseta del Cartagena y, sin duda, no podría haber elegido un mejor escenario y momento para hacerlo. Los de Luis Carrión se ponían por delante y hacían saltar la sorpresa de forma momentánea. Fueron los mejores minutos de un equipo que incluso fue en busca del segundo. Forniés llegó a línea de fondo en una jugada en la que no vio a Rubén Castro y obligó al arquero a intervenir para sacar el esférico.

No obstante, y habiendo aguantado con solvencia las llegadas pericas, la más clara iba a llegar al borde del descanso. Darder sacaba un potente chut desde la frontal y hacía temblar la portería de Marc tras estrellar el balón en la cruceta sin lograr igualar el marcador.

Yo me lo guiso, yo me lo como

Tocaba aguantar medio encuentro ante un equipo que iba a reforzarse aún más con los hombres que había en el banquillo y que, por orgullo, tenía que ir en busca del empate. Sin embargo, iba a llegar un premio aún mayor para el Cartagena. Rubén Castro recogía un balón en el interior del área y, después de fintar a un rival, era derribado y el colegiado no dudaba en señalar penalti. El propio delantero canario asumió la responsabilidad a pesar de haber fallado dos lanzamientos esta temporada. No le temblaban las piernas y batía por el centro al Oier para hacer el segundo y poner tierra de por medio.

Suponía un cambio de panorama enorme para el Cartagena, que se veía con dos goles de ventaja y menos tiempo hasta el final. No iba a ser fácil, a pesar de ello. Vicente Moreno introducía a Melendo y a Javi Puado para ir en busca de un empate que cerca estuvo de ponerse más cerca. En un saque de esquina, Cabrera remataba el envío y Marc reaccionaba sacando una mano providencial. El rechace le caía a Dimata que, a portería vacía, mandaba el balón al larguero.

La madera volvía a salvar a un Cartagena que ni mucho menos se arrugó ni se deshizo. Avanzaban los minutos y en el minuto 80, José Ángel estuvo a punto de poner el tercero en el marcador con un cabezazo que se marchó rozando el palo.

Con todo, el marcador ya no se movería y el Cartagena terminaría llevándose tres puntos que, además de suponer una victoria histórica, le dan una renta momentánea de cuatro puntos con el descenso. Dependiendo de lo que suceda este fin de semana, una victoria ante el Almería podría valer para firmar la permanencia. El próximo martes, delante de la afición que volverá a las gradas, podría cumplirse el objetivo de la temporada.