«Hemos hecho nuestro trabajo». Así se expresaba José Luis Loreto ayer cuando tras la conclusión del partido frente al Cádiz B, en el que los granas se imponían con un gol de Toril desde el punto de penalti, le volvían a preguntar por las opciones que creía que tenía el Real Murcia para eludir el descenso y conseguir un puesto en la Primera RFEF.

En cualquier otro club serio, Loreto posiblemente hubiera sido despedido de su cargo cinco minutos después de abrir la boca, sin embargo en el Real Murcia actual que salga tu entrenador y que diga que han hecho el trabajo, cuando el equipo lleva ya tres semanas descendido pese a que nadie en el grupo es capaz de sumar una victoria, todavía vale una renovación. Y es que, lo que dijo Loreto no difiere en nada a la burbuja que se han creado en Nueva Condomina para hacer creer que aquí no pasa nada y que un descenso a la cuarta categoría del fútbol español es tan normal como tomarse un café por la mañana.

Dice Loreto que el Real Murcia hizo su trabajo. Y lo dice Loreto cuando, en sus tres meses al frente del equipo, solo ha logrado confirmar que, por un lado, nunca debería haberse sentado en el banquillo de Nueva Condomina, y, por otro, que la plantilla actual es posiblemente la peor, no solo deportivamente, que han visto los ojos de la mayoría de aficionados murcianistas.

Dijo Loreto que habían hecho su trabajo por ganar al Cádiz B y no sellar su descenso matemático, cuando el Real Murcia, en un grupo en el que nadie quiere ascender, solo ha logrado siete puntos de los quince que se han disputado.

Dice Loreto que el Real Murcia ha hecho su trabajo, y lo dice como si los granas dependieran de sí mismos en la última jornada. Sin embargo, la realidad es muy distinta. No le vale al Real Murcia con solo vencer al Tamaraceite. Tampoco le sirve con que pierda el Sevilla Atlético y no gane el Córdoba. Habría que sumar tres puntos, esperar a que los dos anteriores pinchen y, lo más importante, recuperar la diferencia de goles con los sevillistas, que ahora mismo tienen un más ocho a favor respecto a los murcianos.

Pues eso, que dice Loreto que han hecho su trabajo por ganar al Cádiz B, y lo dice cuando en cinco jornadas no han sido capaces de poner en aprietos a un Sevilla Atlético que ha sumado cinco puntos de los últimos quince; a un Córdoba que solo ha ganado dos partidos en esta fase; y a un Tamaraceite que de los últimos diez encuentros disputados solo ha logrado un triunfo, curiosamente frente al Real Murcia.

Pues, siguiendo con lo que dice Loreto, no vaya a ser que alguien en Nueva Condomina se enfade, el Real Murcia hizo su trabajo en el campo del Cádiz B, y ese trabajo solo consistió en retrasar el funeral a dentro de siete días en Nueva Condomina y en alargar la agonía de una afición que ya no sabe dónde meterse. Porque si el murcianismo no está ya cansado de sentir como si el destino se está riendo de ellos, ahora tendrá que ver en riguroso directo cómo, después de 25 años, su club centenario vuelve a caer a la cuarta categoría del fútbol español. Y es indiferente que se llame Tercera División o Segunda RFEF, porque es igual de doloroso.

Y todo porque ayer el Real Murcia hizo su trabajo en Cádiz. E hizo su trabajo porque Alberto Toril estuvo inspirado desde los once metros, poniendo al cuarto de hora un 0-1 en el marcador que ya no se movió. Porque fue el mallorquín el que una vez más se convirtió en el salvador de los granas, asumiendo la responsabilidad de lanzar la pena máxima que Espínola cometió sobre Iván Pérez, ayer la novedad en el once de Loreto.

No falló Alberto Toril en el minuto 14, poniendo por delante a un equipo murcianista que hasta ese instante no había sido capaz de generar ni una ocasión de gol. Es más, la acción por banda en la que Iván Pérez es derribado fue la primera aproximación de los granas, que en el minuto 10 habían ganado un poco de oxígeno cuando Nieto inexplicablemente enviaba el balón fuera cuando lo tenía todo a favor para batir a Champagne.

Verza fue uno de los protagonistas en esa acción que finalmente quedó en nada. Y lo fue porque el oriolano regaló el balón para que el delantero amarillo se plantase delante del meta murcianista. Pero no fue el único fallo garrafal de Verza. El oriolano, cuyo fichaje se ha confirmado como un auténtico fiasco, volvió a penalizar al borde del descanso.

Si en la primera aproximación de los granas al área, el colegiado señaló penalti por un derribo de Espínola a Iván Pérez; en la segunda llegada, Gudelj despejó con la mano un balón que no tenía un destino fijo. Sin pensárselo, el árbitro del choque volvió a señalar los once metros. Pero, a diferencia de lo que se esperaba, no fue Alberto Toril el que cogió el balón para ponerse de nuevo frente a Juan Flere.

Como en el Real Murcia parece que no hay nadie que mande en los despachos ni en el vestuario, como en el Real Murcia su entrenador, José Luis Loreto, no es capaz ni de determinar la lista de lanzadores, pues no fue Toril el que cogió el balón. El esférico lo agarró Verza, que posiblemente quería resarcirse de su error en el choque frente al Linense, sin embargo el oriolano consiguió el efecto contrario. Envió el esférico a la izquierda del portero, justo donde se lanzó el meta del Cádiz B para despejar el disparo y el peligro.

Sin dominar el juego, sin ser capaz de llevar la iniciativa, viéndose durante muchos minutos asediado por el filial amarillo, el Real Murcia pudo poner distancia en el marcador, pero el Real Murcia se fue al descanso con un 0-1 que, teniendo en cuenta los antecedentes, no aseguraba absolutamente nada.

Esa necesidad hizo mejorar a los granas en la segunda parte. En tres minutos generaron más que en los primeros 45, sin embargo Flere hizo su trabajo para mantener la esperanza de un Cádiz B que en el 53 recibió el golpe definitivo. La expulsión de Lautaro puso en bandeja el triunfo para un Real Murcia que ya solo tuvo que dejar que fueran pasando los minutos. Ante la falta de noticias en esos instantes finales, por si alguien no lo sabía, David Segura confirmó ya al 100% que en el Real Murcia cada uno hace la ley por su cuenta. El de Los Palacios, que desde hace ya muchas semanas tendría que estar despedido por sus continuas indisciplinas, decidió marcharse de vacaciones antes de tiempo. Se librará de asistir al funeral de la próxima semana en Nueva Condomina, y es que porque no podrá jugar frente al Tamaraceite. Y no podrá hacerlo porque en el minuto 90 dio un codazo sin sentido a un rival que le costó la tarjeta roja. Cualquier otro entrenador hubiera echado la cruz a Segura, sin embargo, Loreto, tan contento porque habían hecho su trabajo, simplemente excusó al futbolista sevillano. Y así, gesto a gesto, palabra a palabra, el Real Murcia camina desnudo y sin dignidad a tercera división.

Loreto: «Habría que valorar las cosas positivas y no solo las negativas»

José Luis Loreto, técnico del Real Murcia, sacó pecho ayer por la victoria del Real Murcia en el campo del Cádiz B. Además de señalar que «hemos hecho nuestro trabajo», el entrenador murcianista se mostró molesto cuando le preguntaron por los errores y fallos cometidos por el equipo. «Habría que valorar las cosas positivas y no solo las negativas», indicaba, olvidando que el triunfo de ayer no sirve para nada porque los murcianistas descenderán matemáticamente dentro de siete días.

Volviendo a repetir que no había mirado la clasificación, Loreto defendió que el «resultado es justo». «Los dos penaltis han sido claros», continuaba el técnico del conjunto grana, que solo lamentó la «incertidumbre» tras el fallo de la segunda pena máxima. «En la segunda parte hemos salido bien», indicaba, destacando que tras la expulsión del jugador del Cádiz, el equipo ya se sintió cómodo. Lo único que lamentó Loreto fue no «haber cerrado el partido mucho antes».

Los últimos segundos de su comparecencia los dedicó Loreto a defender a sus jugadores. Primero salió a defender a Verza tras su fallo desde el punto de penalti y posteriormente justificó que la acción que había costado la roja a David Segura no había sido para tanto.

Preguntado por el nuevo penalti fallado, Loreto indicaba que estas acciones «las fallan los que las tiran». «No me voy a centrar en el que lo tira», decía respecto a Verza, para añadir que «no es fácil tirarlo».

Sobre la roja directa a David Segura, el técnico grana dijo que «me dicen que no ha levantado el brazo».