Echando la vista atrás se entiende la situación deportiva en la que se encuentra el Real Murcia actualmente. Con el empate de la pasada jornada frente a la Balona, al conjunto grana ya no le queda ningún clavo ardiendo al que agarrarse. Y es que solo alguna remota carambola acabaría otorgándole la plaza que queda en juego de su grupo a la Primera RFEF (Segunda B Pro) y, en parte, es porque el cuadro murciano no ha aprovechado ninguna de las oportunidades que el destino le ha puesto en su camino este curso. Tiró por la borda dormir su primera opción de alcanzar los tres primeros puestos cuando cayó en casa frente al Betis B tras recuperarse de un mal inicio, falló cada vez que tenía en su mano enlazar dos victorias consecutivas -algo que no ha conseguido esta campaña- y volvió a tropezar en la última jornada, cuando el empate frente a El Ejido 2012 le restó de su cuenta dos puntos que ahora mismo serían vitales. El Real Murcia ha desperdiciado muchísimas balas. Incluso hasta las casi infalibles desde los once metros.

Y es que el conjunto grana ha malgastado las únicas tres penas máximas con las que ha contado a falta de dos jornadas para cerrar el curso, y certificar el descenso (tras la remodelación de la categoría de bronce con dos divisiones bien diferenciadas) a la Segunda RFEF. O lo que es lo mismo, el Real Murcia no ha sido capaz de anotar los tres penaltis señalados a su favor en este curso. El primer falló llego en la jornada 7 frente al Córdoba, cuando a falta de veinte minutos para el final el Murcia tenía la opción de empatar un encuentro que acabó perdiendo por 0-1. El colegiado señaló el punto de los once metros tras un derribo a Toril y Rafa Chumbi fue el encargado de ejecutar el lanzamiento. Sin embargo, su disparo al centro de la portería fue repelido por Becerra, quien aguantó de pie hasta el final.

Durante la primera fase de la temporada, el equipo grana no volvió a contar con un penalti a su favor. Aunque no tuvo que esperar demasiado en la segunda fase, ya que a los 23 minutos el colegiado señaló la infracción por una mano de un jugador del Linense tras un centro de Adrián Fuentes. En vez de Rafa Chumbi, quien en el mercado invernal se marchó al Marbella, fue Verza el encargado de transformar el penalti. Sin embargo, el desenlace fue el mismo. El centrocampista trató de ajustar tanto su lanzamiento a la izquierda de Nacho Miras que finalmente acabó estrellando el esférico en el poste y después fue despejado por el guardameta. Minutos después, Antonio López fue expulsado y el Real Murcia también acabó perdiendo el encuentro (1-0). El pasado domingo, pese a que los granas consiguieron un punto, se volvió a repetir la historia. Con empate a cero y en el minuto 26, el equipo murciano tenía la oportunidad de transformar su primer penalti en esta temporada tras otra mano en el área. Pero no fue así. Cuando Verza se dirigía al punto de penalti fue Carrillo el que pidió el balón, y el lanzamiento del murciano tampoco entró al detener Nacho Miras el lanzamiento a su izquierda de la portería.

Una tragedia, la de este curso, que recuerda a la hace once años, cuando el Real Murcia acabó descendiendo a Segunda División B en Montilivi frente al Girona. En ese curso, el correspondiente a la 2009-2010, el Real Murcia enlazó hasta seis penaltis consecutivos sin que el balón acabase en el fondo de la red. Ya en enero, los granas habían errado cuatro lanzamientos -uno menos que la cifra actual-, incluso habría que añadir otro más que se mandó repetir frente al Villarreal. Y por estas fechas, en abril, los murcianistas engordaron la cifra hasta seis.