El Real Murcia detectó rápidamente los síntomas que le han condenado a no estar presente en la Segunda B Pro (Primera RFEF) la próxima temporada. Quedan algunas remotas opciones, pero la decepción en los aficionados granas es tan grande que ya no les permite agarrarse ni a la última carambola. El Murcia, a falta de que lo sentencien las matemáticas en estas tres jornadas, estará en la Segunda RFEF la próxima temporada. El camino para regresar al fútbol profesional, algo por lo que lleva luchando desde hace siete años, será todavía más difícil cuando el balón eche a rodar de nuevo el próximo curso. Los granas han fallado en la temporada menos propicia para ello, en medio de una reconstrucción de la categoría de bronce en la que no se sentarán en la mejor mesa.

Y eso que desde el club se intentó poner remedio desde bien pronto. Al contrario que en otras campañas, desde la directiva se habló abiertamente de reforzar al equipo y de la llegada de fichajes en el mercado invernal para dar un salto de calidad a la plantilla que le asegurase, al menos, estar presente en la Segunda B Pro (Primera RFEF) el próximo curso. Sin embargo, finalmente no será así. El cambio de estrategia a mitad de curso, en una temporada y un calendario más corto al habitual, no surtió efecto. Ni la euforia que supuso vencer en el derbi de la primera vuelta al UCAM Murcia, líder del grupo al término de la primera fase, hizo cambiar de parecer al ya exdirector deportivo, Julio Algar, ni al Consejo de Administración, que se mantuvieron firmes en abrir todas las posibilidades que significasen reforzar la plantilla.

Cierto es que con la petición de salida de Rafa Chumbi al Marbella en la segunda quincena de enero, los planes para el mercado invernal empezaron a descontrolarse en las oficinas murcianistas. Lo que en un principio parecía que iban a ser un par de retoques en la plantilla, tras las incorporaciones del lateral derecho Adán Gurdiel y el portero Nereo Champagne, se convirtió en una especia de mercado ‘veraniego’ con hasta siete fichajes tras las contrataciones de Molinero, Ton Ripoll, Carrillo, Fuentes y Marcos Mendes. Pese a que en un principio, con la victoria en Granada ante el filial nazarí, parecía que estos movimientos iban a darle el empujón necesario al Real Murcia, el conjunto grana volvió a fallar al dejarse valiosos puntos por el camino. La derrota ante el Betis B en el estadio murcianista dejó muy tocado al conjunto grana cuando tenía la oportunidad de dar un golpe en la mesa para estar arriba, mientras que los empates frente al Lorca Deportiva y el Sevilla Atlético le terminaron de rematar. Un desenlace que acabó con la destitución del entrenador Adrián Hernández tras la debacle frente al Linares Deportivo a falta de cuatro jornadas para finalizar la primera fase del curso y, por lo tanto, de obtener el billete directo a la Segunda B Pro.

Sin embargo, la llegada de José Luis Rodríguez Loreto, pese a no perder ninguno de esos partidos, tampoco fue suficiente al sumar una victoria y tres empates. El conjunto grana no solo no se quedó sin billete directo, sino que, al dejarse puntos por el camino, tampoco alcanzó la segunda fase con un colchón que le permitiera pelear por esa plaza en la repesca con mayor tranquilidad. Lo cierto es que, por tercera vez, el Real Murcia ha vuelto ha fallar esta temporada cuando no tenía que hacerlo.

Las derrotas frente al Linense y el Tamaraceite le han dejado en el precipicio a la Segunda RFEF después de no haber sido capaz de enlazar dos victorias consecutivas ni una sola vez esta temporada en los 21 partidos que ha disputado hasta la fecha. A falta de tres jornadas para finalizar la temporada, la irregularidad en cuanto a juego y resultados ha sido lo que ha acabado condenando al Real Murcia.