Inmerecido, injusto o como prefiera decirse. El Cartagena perdió de nuevo dos puntos en un partido que tenía controlado y en el que solo un error propio le termina privando de una victoria que le hubiera sacado del descenso. Un fallo de Chichizola, que antes había salvado el empate en un par de ocasiones, deja al Cartagena una semana más en unos puestos de descenso que podría haber abandonado si hubiera sumado los tres puntos que tenía en el bolsillo con el gol de Cayarga.

Llegaba el conjunto de Luis Carrión con una presión excesiva –seguramente autoimpuesta- después de haber caído de forma estrepitosa el pasado lunes en Albacete dejando una imagen nada acorde al objetivo que hay en juego. Es por ello, que era de obligado cumplimiento, como mínimo, dejarse la vida sobre el verde.

Con la intención de introducir aire fresco, el técnico hizo varios cambios en el once inicial bastante significativos. Algo de ellos incluso sorprendente. Hablamos, principalmente, de la ausencia de Rubén Castro, quien se quedó en el banquillo para dar entrada a Cristian López, acompañando a Elady en punta. También volvieron a ser titulares Antoñito, Cayarga y Clavería.

Declaración de intenciones

Se notó esa necesidad real que tenía el equipo albinegro de ir en busca de un resultado positivo. O al menos parecía que se iba a notar con la intensidad de los primeros instantes de partido en los que pudo adelantarse en el marcador. Cayarga botó un córner que él mismo había provocado y Datkovic entró completamente solo en una acción ensayada a la que solo le faltó una buena definición, ya que el balón acabó en la manos de Dani Barrio.

Fue un inicio que iba a contrarrestar el Málaga. El conjunto andaluz empezó a sentirse más cómodo y a tener mayor dominio que le llevó a generar alguna ocasión sobre la portería de Chichizola -sin excesivo peligro- y a provocar una cartulina amarilla de David Forniés.

Pero el Cartagena tenía claras sus intenciones e iba a lograr adelantarse con una gran jugada. Antoñito llegaba a línea de fondo y filtraba un balón que dejaba en ventaja a De Blasis. El argentino levantaba la cabeza y veía completamente solo en el segundo palo a un Cayarga que la empujaba a placer para poner por delante a los albinegros cuando solo había transcurrido un cuarto de hora. Pudo ser incluso mejor si el acrobático remate que se inventó Cristian hubiera encontrado portería. Control con el pecho en la frontal del área y chilena que se estrella en la base del poste. De entrar, hubiera sido uno de los goles de la temporada.

Control y valentía para resistir

Tenía el Cartagena el reto de gestionar una ventaja más que valiosa y que en otras ocasiones no supo aguantar. El equipo de Luis Carrión se mostró seguro e intenso a la par que trataba de seguir lanzando ataque a área contraria. Pero, como era lógico, el Málaga apretaba en busca del segundo. Fue la dupla Jairo-Quintana la que logró crear peligro. Primero una jugada del extremo terminó con remate forzado del delantero que no fue a puerta. Después, un sutil toque del segundo dejó solo a Jairo frente a un Chichizola que se hizo enorme y sacó una mano prodigiosa para evitar la igualada. No menos buena fue la mano que sacó Dani Barrio al disparo con el que Cayarga pudo firmar su doblete desde el pico del área.

Tras el paso por vestuarios la consigna era la misma: mantener la cabeza fría para aguantar el resultado. Especialmente, había que evitar echarse atrás como había sucedido en otras ocasiones. Sin embargo, pudo venirse abajo el plan nada más comenzar la segunda mitad. Un centro de matos desde la izquierda se envenenó y terminó golpeando en la madera.

Fue solo un susto inicial que no se correspondió con la cara que estaba mostrando el equipo, que siguió apretando y muy metido en el encuentro. De hecho, logró batir de nuevo al meta visitante, pero el tanto no subió al marcador. El juez de línea señaló fuera de juego en el remate que Cristian había enganchado con la cabeza a centro de De Blasis. También pudo llegar el gol de la tranquilidad en otra jugada de estrategia. Cayarga encontró de nuevo a Datkovic en el segundo palo y este la puso para que en boca de gol Clavería estuviera a punto de rematar a portería vacía si no lo hubiera evitado un defensa malaguista.

Otro tiro en el pie

El Málaga empezó a pisar con más asiduidad el área del Cartagena. Primero lo hizo con un remate manso de Scepovic que finalizaba una contra; después, con un remate franco de Matos en el segundo palo al que respondió Chichizola con una gran parada cuando más apretaban los visitantes. Sin embargo, el Cartagena estaba entero sobre el terreno de juego y volvió incluso a perdonar la sentencia. De Blasis finalizó una contra con un disparo que se marchó lamiendo el palo.

Todo, hasta que a falta de diez minutos llegaba el error y la mala fortuna que iban a costar muy caro. Un rebote salía en dirección a la portería albinegra que quedaba dividido entre Jozabed y Chichizola. El arquero medía mal y el centrocampista del Málaga se quedaba solo para hacer el empate a puerta vacía. Fue un nuevo varapalo para una película que hemos visto ya otras veces y en el que un fallo propio costó dos puntos.

Con poca capacidad de reacción, el Cartagena trató de lazar algún ataque a la desesperada que no inquietó a Dani Barrio. Menos aún cuando, rozando el final, Raúl Navas fue expulsado con roja directa en una disputa. El partido terminó muriendo y dejando de nuevo al equipo albinegro ‘con cara de tonto’. Cuando lo tenía en la mano gracias a un serio encuentro, termina dejando escapar la oportunidad de salir de un descenso en el que se mantiene –al menos- una semana más.