Cuando el Real Murcia inició el 2021 con un empate a uno en el campo del El Ejido, el sector más conformista de la afición grana no dudó en hablar de ‘puntazo’. Lo mismo ocurrió cuando a principios de febrero, los murcianistas recibían a un desahuciado Lorca Deportiva en Nueva Condomina. El gol de Carrillo en el minuto 40 no sirvió para celebrar un triunfo porque Garrido en el 66 cerraba un marcador que ya no se movió. Esos puntos que se escaparon en Santo Domingo o los que no se aseguraron en el estadio grana son los que ahora echa en falta un Real Murcia que este domingo, durante muchos minutos, sintió que se le paraba el corazón. Con el 1-0 a favor del UCAM y la victoria del Recreativo Granada ante el Yeclano, el murcianismo se vio en la zona roja de la clasificación y no dependiendo de ellos mismos en la última jornada.

Llegó Loreto para hacer reaccionar al equipo. Se ha enfrentado el sevillano a uno de los tramos duros del curso, con las visitas a Córdoba y a La Condomina, y en sus tres partidos ha logrado cinco puntos -un triunfo y dos empates-, un botín que podría haber sido válido si el Real Murcia no llevara firmando ridículos desde que comenzara el 2021. No ha logrado el andaluz el objetivo, que no era otro que asegurar uno de los tres primeros puestos para tener garantizada una plaza en la Liga Pro, sin embargo, pese a mejorar la propuesta de juego y a ofrecer algo más, Loreto ha estado condicionado desde el principio por el escaso botín conseguido por Adrián Hernández en el inicio de la segunda vuelta. El empate frente al El Ejido en enero solo fue un presagio. Se perdió en casa 0-2 ante el Betis y se empató 1-1 contra el Sevilla Atlético, mismo resultado que se dio en la visita del Lorca Deportiva a Nueva Condomina. La ‘etapa Adrián Hernández’ todavía se alargó una semana más. Los granas viajaron a Linares y, en un nuevo partido decepcionante, regresaron con derrota.

Aunque había opciones, por la igualdad del grupo, el calendario no favorecía a los murcianistas, que encima, pese a su mejoría, no han logrado dar la sorpresa ni ante el Córdoba, contra el que casi renunciaron a ganar pese a que los blanquiverdes jugaban con diez, ni frente al UCAM Murcia en un derbi en el que hasta el minuto 60 no se vio el primer acercamiento de los de Loreto.

Y mientras todo el mundo hacía números para ver qué posibilidades había de meterse en los tres primeros puestos, el Real Murcia se daba de bruces con la realidad. Durante muchos minutos los murcianistas cayeron a la zona roja de la clasificación, la que te aparta de cualquier opción de entrar en la nueva categoría -Primera RFEF- y te pone a pelear por tener una plaza en la Segunda RFEF -que el próximo curso sería como una Tercera División-. Es más, mientras el UCAM ganaba, los granas pasaban a depender de otros en la última jornada. Gracias al gol de Toril, este domingo, a los de Loreto les valdrá con imponerse a El Ejido en Nueva Condomina. Si no lo consiguen, deberán de rezar para que el UCAM saque los tres puntos en Granada.

Asegurando la sexta plaza, el Real Murcia lucharía en la segunda fase por acabar entre los dos primeros de su liguilla y así conseguir en la repesca el acceso a la Primera RFEF -que popularmente se ha llamado Liga Pro-. Si ya es un fracaso no lograr el objetivo al primer intento, no firmarlo en esta siguiente fase sería definitivamente una hecatombe para un consejo de administración que desde que se hizo cargo de la entidad ha instalado al club en el ‘pelotón de los torpes’. Será esta la tercera temporada en la que los murcianistas, que en Segunda B siempre han sido candidatos al ascenso, no estén en el play off para subir al fútbol profesional. Y, con la Segunda más lejos que nunca, el Real Murcia afrontará la temporada 21-22 su octava campaña fuera de las máximas categorías españolas.