Lo tuvo todo a favor el Real Murcia para ponerse tercero. Pero, como siempre, los granas volvieron a desperdiciar otra ocasión. Suman un punto en Córdoba y siguen a un punto del tercer puesto, sin embargo, cada vez queda menos tiempo y las opciones se reducen. Fue capaz el equipo grana de sobreponerse por dos ocasiones a un marcador en contra. Y, cuando el marcador estaba con empate a dos y el Córdoba jugaba con uno menos, el Real Murcia entró en estado de pánico. En unas ocasiones por la incapacidad de unos futbolistas que llegaron para poner experiencia y que se comportaron como juveniles pese a todo lo que había en juego y en otras por los movimientos de un Loreto que, como en la segunda parte frente al Yeclano, volvió a ser más un enemigo que un amigo. 

Con 25 minutos por delante y con un rival con uno menos, el Real Murcia se dedicó más a perder el tiempo que a otra cosa. No había prisa, como si no hubiera nada en juego o como si el empate valiese de algo; no había malas intenciones, en el buen sentido de la palabra. La parálisis total era inexplicable. Y si a eso se le añade la fortaleza que perdieron los murcianistas en el mercado invernal con la llegada de futbolistas como Mendes y Ripoll, los granas parecían pensar que el punto era bueno, que lo importante era seguir en la lucha y no perder todas las opciones. Pues eso pasó. Pese a un tímido arreón en los últimos cinco minutos, el Real Murcia volvió de Córdoba con solo un punto. Un punto que les mantiene cerca, pero que no cambia nada. Porque el Real Murcia que tiene que meterse sí o sí entre los tres primeros es el último del pelotón de equipos que optan a ese premio.

Después de no responder ante rivales de la parte de abajo de la clasificación, al Real Murcia le ha tocado jugarse la vida ante los equipos más 'feos', y justo en el tramo de la temporada en la que todo el mundo salta al terreno de juego con las espadas en alto. Llegaban los granas al Nuevo Arcángel obligados a ganar. Pero no eran los únicos que necesitaban sí o sí los tres puntos. Los locales tenían las mismas urgencias que los visitantes. Por eso, en la primera parte aparecieron más nervios que otra cosa. No fueron capaces los de Loreto de sacar provecho a sus buenos minutos iniciales, como tampoco consiguió el Córdoba salir reforzado con el gol que se encontró en el minuto 7, cuando una pájara defensiva de los murcianistas, que vieron como su rival sacaba petróleo de un saque de banda, acabó con gol de Willy Ledesma.

Cuando comenzó la temporada, el Córdoba era pintado como un gallito. No lo ha sido en las jornadas disputadas, y se han encontrado en la encrucijada de jugarse la vida en las tres últimas semanas. Ante el Real Murcia volvió a demostrar que miedo da poco. Ni con el 1-0 y jugando en casa consiguieron los de Pablo Alfaro llevar el partido a donde querían. No asimilaron que estaban por delante y rápidamente se vieron afectados por los nervios. Le temblaban las piernas a los blanquiverdes y también a los murcianistas, y así lo que parece fácil se complica.

Dieron rápidamente un paso atrás y cedieron el balón, y el Real Murcia a trompicones fue avanzando metros, sabedor de que había que reaccionar antes del descanso para tener opciones. Con el Córdoba solo pendiente de las contras, que no le salieron bien, el Real Murcia aprovechaba la calidad de Carrillo para llegar al área de Edu Frías. Pero el gol no necesitó combinaciones extraordinarias. Gurdiel lo hizo fácil. Metió un centro desde casi su casa y Alberto Toril, experto en pelearse con todos, ganó la partida a Djetei para poner el empate en el marcador y dar oxígeno a los de Loreto, que debían dar un paso más porque con el empate tampoco iban a ningún sitio. Es lo que tiene ser el último de la fila en la carrera por llegar a la Liga Pro.

Alberto Toril celebrando el 1-1 ante el Córdoba

Puso el empate el Real Murcia en el minuto 37, pero el que acabó empujando fue el Córdoba. Los de Loreto agradecieron que el colegiado señalase el descanso. También hubieran agradecido que el partido no volviese a reanudarse, porque la historia volvió a repetirse. Comenzó el segundo tiempo con los mismos nervios que el primero. Parecía que las urgencias paralizaban a los jugadores de uno y otro equipo. No era problema de la televisión, ni que estuviese seleccionado el efecto de 'cámara lenta'. Es que había demasiado en juego en el césped.

Willy Ledesma, bestia negra

Parecía que iban andando, sin embargo, el Córdoba no necesitaba demasiado para volver a pintar la cara a los de Loreto. En el minuto 51, ya estaban los murcianistas otra vez por detrás en el marcador. Como si cada uno fuera a lo suyo, como si no hubiera sensación de bloque, los granas no acabaron de sujetar una entrada de Jesús Álvaro, y tras un despeje de Champagne a un tiro de Mario Ortiz, Willy Ledesma volvió a convertirse en la bestia negra del Real Murcia.

Y si se había repetido lo ocurrido en el inicio de la primera parte, el partido siguió como si fuera un 'deja vu'. Ni Real Murcia ni Córdoba tenían el control del partido, pero parecía que estaban de dulce de cara a gol. Y es que los granas no necesitaron mucho para volver a poner la igualada. Aunque antes del tanto que volvía a meter a los de Loreto en el encuentro, los locales quedaron penalizados por la expulsión de Valverde, que veía la segunda amarilla en el 58.

Solo siete minutos después, el marcador se movió de nuevo. No midieron los locales las consecuencias de subir con todo en una acción a balón parado, y lo pagaron muy caro. Voló el Real Murcia en una contra impulsada por Fuentes. Encontró el delantero a Carrillo, y cuando el de Alcantarilla toca el balón, todo el mundo sabe que algo puede pasar. Y pasó. El atacante metió un centro en el área que peinó Fuentes para que Gurdiel fusilara a Edu Frías y volviese a poner la emoción en un partido loco más por los fallos de unos y otros que por el buen juego. Quedaban 25 minutos y todo podía ocurrir viendo el desarrollo del choque.

Loreto, más enemigo que amigo

Lo tenía todo a favor el Real Murcia. Jugaba con un hombre más y lo hacía con la inercia positiva de haber empatado el partido. Pero a la hora de la verdad, los murcianistas decepcionaron y mucho, hasta dar la impresión de que se conformaban con un empate que posiblemente no sirva de nada.

Desconectados unas veces, bloqueados otras, y, sobre todo, limitados por un Loreto que volvió a fracasar en cada uno de sus cambios. Debía ganar el Real Murcia, y cada vez que cogían el balón se paralizaban. Perdían el tiempo en cada saque de banda. Iban con demasiada calma. Y eso es imperdonable por dos razones. Porque el Murcia tenía que llevarse los tres puntos y porque el Murcia nunca puede actuar con esa actitud. Lo consintió Loreto. No solo lo consintió. También lo provocó. Primero quitó a Toril. El jugador más peligroso de los granas siempre abandona el terreno de juego el primero. Luego eliminó al otro delantero, Adrián Fuentes. Y en esas, un equipo que se jugaba la vida, o la Liga Pro, afrontó los últimos minutos con balas de fogueo.

Al final el Real Murcia vuelve de Córdoba con un punto que solo el tiempo dirá si es suficiente o si los granas han perdido en el Nuevo Arcángel la ocasión perfecta para dar el golpe sobre la mesa que nunca llega.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA: Edu Frías, Djetei, Jesús Álvaro, Farrando, A. Del Moral, Willy Ledesma (Piovaccari, 72), Ródenas (Luismi, 72), Bernardo, Nahuel (Moussa, 61), Mario Ortiz y Valverde.

REAL MURCIA: Champagne, Gurdiel, Edu Luna, Miguel Muñoz, Molinero (Melgar, 66), Yeray (Youness, 59), Verza, Abenza (Ismael Ferrer, 83), Carrillo, Fuentes (Ripoll, 83) y Toril (Marcos Mendes, 66).

GOLES. 1-0. Min. 7: Willy Ledesma. 1-1. Min. 36: Alberto Toril. 2-1. Min. 51: Willy Ledesma. 2-2. Min. 65: Gurdiel.

ÁRBITRO: Muresan Muresan. Amonestó con amarilla a Farrando, Edu Luna y Youness. Expulsó por doble tarjeta a Valverde (58').

ESTADIO: Nuevo Arcángel. 800 espectadores.