Con sabor agridulce. Es el mejor resumen de lo que fue un encuentro en el que el Cartagena pudo llevarse los tres puntos después e ir ganando a falta de 25 minutos para el final. El conjunto de Luis Carrión vio cómo el Rayo le privaba de sumar dos puntos y salir del descenso en esta misma jornada. Los dos goles de Rubén Castro no fueron suficientes para lograr la victoria en un partido trabado en el que el Cartagena volvió a demostró que la buena imagen y la mejora de los últimos partidos no es producto de la casualidad.

Salió el técnico albinegro con un once prácticamente calcado al que logró ganar el anterior fin de semana al Real Oviedo. La única modificación que hubo era obligada por la baja de Álex Gallar. Una ausencia que Carrión solucionó introduciendo a Ramón Azeez por detrás de Rubén Castro y desplazando a Elady a la banda izquierda. Por tanto, si ante el conjunto asturiano fueron seis los futbolistas recién llegados en el once titular, en esta ocasión fueron siete.

Cuesta arriba

Comenzó el encuentro con ambos equipos queriendo mandar y dominar desde el balón. Sin embargo, la calidad del conjunto de Andoni Iraola parecía imponerse. En primera instancia, lo hacían si peligro, pero a pesar de ello, se iban a encontrar con malas noticias antes de llegar a los diez minutos de partido. En la que era la primera aproximación con peligro sobre la portería de Chichizola, el Rayo iba a lograr adelantarse. Pozo agarraba el balón pegado a la banda con espacio para avanzar y encarar el área. El atacante rayista veía el desmarque de Guerrero y le filtraba el pase para que este rematara a la media vuelta salvando la salida del arquero. Cuando el balón se colaba, Datkovic tocaba el balón sobre la línea y, tras tocar en el palo, quedaba muerto para que el propio Pozo marcara a placer y pusiera por delante a su equipo sin que nada pudiera hacer Chichizola.

Reacción inmediata

Es uno de los síntomas en los que ha hecho mucho hincapié durante la semana Luis Carrión. Sabía que tenía que mejorar la fortaleza mental de un grupo que se hundía cada vez que recibía un gol, y parece que lo ha hecho. En esta ocasión, lejos de venirse abajo, el conjunto albinegro encajó de la mejor forma el golpe y trató de reaccionar de inmediato.

Hubo que esperar al minuto veinte para que, sin apenas haber pisado área contraria, el Cartagena lograra el gol del empate. De la Bella se incorporaba por banda izquierda y ponía un centro forzado que llegaba a Rubén Castro. El delantero canario la bajaba y aguantaba el balón, recibiendo la entrada de óscar Valentín y siendo derribado dentro del área. El colegiado, sin pensarlo, señalaba un penalti que el propio Rubén Castro se encargaba de transformar engañando a Dimitrievski y anotando su undécimo gol de la temporada.

A partir de ahí, las fuerzas se volvieron a igualar y el encuentro volvió a la dinámica del primer tramo de partido. Sin apenas llegadas, solo alguna incorporación de Antoñito por banda puso alerta al arquero visitante, mientras que el Rayo iba a disfrutar de una clara ocasión para ponerse de nuevo por delante. Advíncula llegaba por la derecha hasta línea de fondo para poner el pase atrás y encontrar a un Santi Comesaña que tenía todo a favor para hacer gol. Sin embargo, se encontraba con la pierna de un providencial Raúl Navas que evitaba el tanto.

No obstante, la más clara iba a ser para el Cartagena cuando ya se alcanzaba el descanso. Una nueva jugada entre Azeez y Antoñito dejaba espacio para el centro del lateral albinegro, que encontraba de nuevo a Rubén Castro. El goleador del Cartagena se la acomodaba con el pecho y con todo a placer veía cómo Dimitrievski repelía su remate para mantener el empate.

La revolución de los cambios

No fue muy diferente el inicio de la segunda mitad a lo que había sido el de la primera. Muy poco fútbol en el área y un partido bronco y con continuas interrupciones. Y no cambió esa tónica hasta que ambos técnicos movieron el banquillo.

Se anticipó Luis Carrión introduciendo a Nacho Gil, que en el primer balón que tocaba hacía una conducción y una apertura a Elady. El jienense veía habilitado a Rubén Castro y le servía el balón para que, con toda la tranquilidad del mundo, pusiera el balón suave por encima del guardameta visitante para hacer el segundo en su cuenta particular y darle la vuelta al partido. De nuevo, el VAR revisó una posible falta de Nacho Gil en el inicio de la jugada, pero terminó concediéndolo.

Fue entonces cuando Iraola hizo lo propio y buscó soluciones desde el banquillo. Si Nacho Gil había sido efectivo para el Cartagena, Qasmi lo iba a ser para el Rayo. Cuando solo llevaba dos minutos en el césped, Joni Montiel filtraba un gran balón para Álvaro, que se la cedía al delantero para, en boca de gol, batir a Chichizola y volver a poner el empate.

Si hubo un equipo que quiso ir a por la victoria en el tramo final, ese fue el Cartagena. De hecho, podría haberlo conseguido si solo cinco minutos después se hubiera señalado el penalti que en primera instancia señalaba el colegiado por mano de un defensor del Rayo, que finalmente se pitó fuera del área. También en una acción de saque rápido en la que Gorostegui cortó el ataque albinegro.

Finalmente, los albinegros no pudieron deshacer el empate, pero se marcharon con la sensación de haber competido a todo un Rayo situado en la zona alta de la tabla. Por el momento, el Cartagena permanece en puestos de descenso aunque muestra claros síntomas de poder abandonarlos. Algo que intentará el próximo sábado en Las Palmas, donde no estará Elady.