«Episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Cuando se presenta un ataque de pánico, puedes sentir que estás perdiendo el control». Este es uno de los primeros resultados que se encuentran en Google acerca de los ataques de pánico. Algo similar a lo que le ocurrió ayer al UCAM Murcia CB frente al Jovetut en el Palacio (84-91). Porque el conjunto universitario ha pasado de tener un balance igualado en la clasificación de la ACB a contar con ocho triunfos y trece derrotas en apenas dos semanas. Así ha llegado al parón de febrero de la Copa del Rey y las ventanas FIBA. Con cinco derrotas consecutivas, tras su vuelta a la competición por el brote por coronavirus en su plantilla, que le ha hecho perder el nivel mostrado anteriormente y alejarle de la pelea a día de hoy por metas más ambiciosas.

El pánico del UCAM debía haber llegado al término de su partido frente al Joventut si el resultado era negativo. Pero fue antes, y eso le llevó a cometer varios errores que acabaron dando pista libre a la Penya. La batalla en la pintura, en todas las facetas, fue de color verdinegro. El UCAM no pudo arreglar sus problemas en el rebote, uno de sus puntos fuertes, en ningún momento. Ahí sintió que no tenía el control, llegaron los nervios, la precipitación y la ansiedad. Y la situación se agravó más cuando se vio superado en defensa durante la gran parte del encuentro. Mermado en el juego interior, tampoco pudo poner freno a una línea exterior en la que -Ferrán Bassas, al igual que en la primera vuelta, volvió a destrozar a los de Sito Alonso con 17 puntos y cinco asistencias.

No obstante, el UCAM, pese a comenzar bien pronto con problemas debido a la lesión de DJ Strawberry, supo aguantar el tirón en la primera parte con un marcador igualado. Pero no fue así en en el tercer cuarto. Y es que cuando la Penya logró la primera ventaja considerable en el marcador, en torno a los diez puntos, aparecieron los síntomas más serios en el equipo universitario. Los fallos en ataque estático bloquearon al equipo, y también a un Sito Alonso al que señalaron su primera técnica con el 53-60 en el marcador.

De forma inexplicable, cuando todavía restaban ocho minutos para la conclusión del choque, el entrenador madrileño siguió protestando una acción de Tomás Bellas y acabó siendo expulsado por segunda vez desde que llegó a la capital del Segura. Entre todo ese estado de nervios, ansiedad o miedo, el aire fresco de James Webb fue la mejor noticia. Pero no fue suficiente para darle la vuelta a un partido que ya tenía bastante controlado la Penya desde hacía tiempo al no poder reaccionar ante lo que más temía. Y es que el UCAM afrontará ahora dos semanas con más deberes de lo que esperaba y ante otro calendario que tampoco da tregua, puesto que se enfrentará a dos de los cinco rivales (BAXI Manresa y Real Madrid) que le han llevado a esta situación que se suman a dos salidas consecutivas frente al Lenovo Tenerife y el Urbas Fuenlabrada.

El plan inicial del entrenador del UCAM tuvo que variar demasiado pronto. Y es que Strawberry se tuvo que retirar lesionado, con mucho dolor en su tobillo, cuando realizaba un cambio defensivo. Lo que le marcó el resto del encuentro pese a sumar algún minuto más en pista. Después de un parcial de 7-11, el partido se rompió en los dos extremos de la pista. No obstante, Peter Jok puso cordura a esa locura con tres triples consecutivos que permitió al UCAM ponerse por delante a tres minutos de finalizar el primer cuarto (15-18). El equipo murciano sufrió durante este tiempo mucho en defensa con Bellas, Davis, Jok, Webb y Cate en pista. Pero los puntos del alero, con diez al término del primer cuarto, mantuvieron apretado el marcador (21-22). Un triple inverosímil de Brodziansky sobre la bocina de posesión abrió el segundo cuarto a favor del Joventut. Jordan Davis, desde el tiro libre, consiguió igualar el marcador tras los problemas del UCAM en el rebote (25-25) y las facilidades que encontraba Tomic frente a Cate.

El UCAM tampoco encontraba la fluidez en ataque necesaria para sentirse más cómodo en pista, pero con 32-35 reaccionó de la mejor forma posible gracias a un parcial de 5-0 tras una canasta y tiro adicional de Radovic para voltear el marcador (37-35). El cuadro catalán pudo marcharse al descanso con un marcador más amplio, pero una canasta de Radovic sobre la bocina de primer tiempo lo dejó en 42-44.

La segunda parte empezó con una mejor cara el UCAM. Pero los problemas volvieron a aparecer. Davis, a campo abierto, se convirtió en la mejor solución,sin embargo, el ataque en estático se le atragantó al cuadro universitario en las siguientes posesiones y el Joventut tomó la primera ventaja considerable del encuentro aprovechando los desajustes locales con un triple de López-Arostegui que tuvo que parar Sito Alonso (48-58). Ahí llegó la primera técnica al entrenador universitario, pero la entrada de Webb dio un impulso al juego murciano para encarar los últimos diez minutos con un 63-68 tras un triple de Davis.

La segunda falta de Sito Alonso, tras protestar una acción sobre Bellas, marcó el inicio de un último cuarto en el que los problemas en el rebote y la falta de contundencia atrás se rompiese de nuevo el partido (67-76). Además, el guion se puso más cuesta arriba con la lesión de Frankamp que le dejó KO, tras un golpe en sufrido en la cadera cadera ante una falta de Pau Ribas, antes de concluir definitivamente el partido (84-91).