¿Ha corrido toda la vida en bicicleta?

Sí. Empecé con 14 años con el mountain bike y me auguraban que tenía un don y un talento para llegar lejos. Con 15 años fui campeón de España, de la Copa de España y del Open Bike internacional.

¿Y qué pasó?

Muy sencillo. La gente veía en mí algo más y quisieron que eso lo llevara a la carretera. Eso fue en 2004 y 2005, cuando entré en el Estrella de Levante, que era el filial del Kelme. Estuve un año, pero al final la presión de unas personas y otras, y que no era mi disciplina, me llevó a decir hasta aquí hemos llegado cuando tenía 17 años. Hoy en día los equipos se preocupan un poco más de los críos, pero por aquel entonces era todo correr, ganar y nada más.

Digamos que el exceso de presión le pudo.

Así fue. Aquí en Murcia me conocen mucho de aquella época.

¿Estuvo muchos años parado?

Unos once o doce años.

¿Y por qué volvió?

Llevo un par de años o tres corriendo alguna carrera de mountain bike, pero ahora la mentalidad es diferente, solo pienso en disfrutar de la bicicleta, no en sufrirla.

¿Llegó a sufrir la bici?

Sí, en aquel momento yo no disfrutaba, para nada. Con 15 años estaba todos los fines de semana corriendo a nivel nacional. Me iba con mi padre a viajar y a competir y algunas veces los amigos me decían que se iban de fiesta los fines de semana. En aquella época no me daba cuenta de que iba a tener mucho tiempo para poder salir y al final lo dejé.

¿Ahora vuelve a disfrutar?

Ahora disfrutar es lo principal para mí. El año pasado intenté volver en serio y tuve que cortar otra vez porque me di cuenta de que estaba dejando de disfrutar de la bicicleta. Me puse a entrenar muy en serio y me olvidé de lo más importante. Corté unos meses y ahora lo he retomado y lo llevo medio bien.

¿Cómo le dio por el ciclocross en una Región donde no existe tradición en esta modalidad?

Pues el año pasado me dejaron una bicicleta, corrí y gané el Campeonato Regional. No fui al Campeonato de España porque el representante de la Federación Murciana me dijo que no podía llevarme con solo dos carreras hechas cuando otras personas llevaban muchas más. Y este año, después de todo el verano de sequía de carreras, me entró el mono y me compré una bicicleta de segunda mano con la que he sido campeón de España.

¿Le ha gustado el ciclocross?

Tiene otros alicientes muy diferentes. Son carreras cortas, con mucha intensidad. Las pruebas que son más largas te agotan mucho psicológicamente y este tipo de carreras son muy explosivas y divertidas, pero hay que tenerlas preparadas, sobre todo las transiciones, donde tienes que bajar y subir de la bici y salir corriendo.

¿Tiene algún sitio en Alhama para entrenar?

Nos hicimos un pequeño circuito, pero nada que ver respecto a las competiciones. Cuando vas a las carreras y te enfrentas a gente preparada, ves la diferencia. Cuando yo me bajo de la bicicleta y ellos lo hacen es cuando me echan delante. Cuando me bajo de la bicicleta y salto los obstáculos es cuando me doy cuenta de que no soy experto.

¿Le sorprendió ganar?

Ganar en ese tipo de terreno no me lo esperaba. Venía de ganar la Copa de España y por fuerza física sabía que estaba un punto por encima de mis rivales, pero la carrera del Campeonato de España fue en una situación muy diferente, en barro, y no sabía cómo iba a reaccionar. Llegar a meta el primero deja muy buen sabor de boca.

No me creo que durante esos años de parón no hiciera nada de deporte.

Nada. Bueno, estuve haciendo rallys, fui campeón de la Región de Murcia dos años seguidos y de ahí viene el apodo de Pititos.

¿Y su mujer no le dijo que se dejara los coches?

Claro, me dijo que si quería ser su marido me tenía que dejar los coches. Empecé en ello porque soy mecánico y siempre me ha gustado, y como mi jefe competía, me enganché. Es un mundo muy diferente, que te quita más tiempo para entrenar que el ciclismo, ya que lleva mucho tiempo la preparación del coche y, por supuesto, dinero.

Un coche es un saco sin fondo, aunque las bicicletas buenas también son caras.

Exactamente, algunas veces valen más las bicicletas que los coches. Una bici top se va por encima de 6.000 euros, pero con la que gané yo el Campeonato de España, solo me costó 1.000 euros

Será la bicicleta más barata de su vida.

Te puedo garantizar que sí. Y, de hecho, los competidores que estaban conmigo son expertos y se dedican a esta disciplina, donde se llevan dos bicis para cambiar por el tema del barro. Como yo solo tenía una, me dejó la suya mi compañero Sergio Pagán, que me asistió como mecánico, y gracias a él gané.

Tiene dos hijos. ¿Los ha metido en el deporte?

Uno está motivado porque he ganado el Campeonato de España y le voy a regalar una bicicleta. Y a quien he enganchado al deporte es a mi mujer, que la he iniciado en la bici y ha cogido un nivel medio bueno. Se ha picado y va muy bien.

Pues cuidado porque las mujeres cuando se proponen algo terminan siendo las mejores.

Sí que es verdad. Cuando se lo proponen, tienes que quitarte de en medio.

¿Va a seguir con el ciclocross?

Mi objetivo siempre ha sido el mountain bike, pero también suelo correr las intersociales de aquí como preparación. Me gustaría hacer lo mismo que he conseguido en el ciclocross en el mountain bike y ser campeón de España, pero es mucho más difícil porque es otro tipo de exigencia física y hay que prepararse bien.

Habla de ganar. ¿Vicia mucho el triunfo?

Sí, es que ganar tiene algo. Pero siempre digo que lo más importante es disfrutar ese día del campeonato. Da gusto ganar, pero también hay que asumir que no todo es eso porque lo difícil es conseguirlo y por eso lo saboreas el doble. Hay que sentirse orgulloso de sí mismo.

¿Cómo se lleva con la báscula?

Estoy trabajando con un nutricionista que me hace una base de alimentación para mí y toda la familia y la llevamos muy fácil. Estas navidades, antes de la carrera, sí que tenía que mirar muchas veces para otro lado cuando tenía la comida enfrente.