Poco ambicioso. O nada ambicioso. Así se comportó el Real Murcia que tenía que ir a ganar a Sevilla y que solo logró un empate. Tuvo ocasiones, sobre todo en acciones a balón parado, donde permitió lucirse a Alfonso, sin embargo volvió a faltar juego, mucho juego. Y eso que Carrillo ha llegado enchufado. El mediapunta que debutaba en el once puso el gol y dejó detalles de calidad que invitan al optimismo, pero de genialidades no se sobrevive. Porque el Real Murcia no quiso el balón. Tampoco fue capaz de dar un golpe sobre la mesa en el terreno de juego, siempre metido en la cueva, siempre sufriendo las arremetidas de los de Paco Gallardo. Finalmente se logró un punto gracias a un tanto de Carrillo que igualaba el gol de Iván Romero en el minuto 4. Un punto que realmente sabe a muy poco.

Ni un minuto esperó Adrián Hernández para presumir de sus fichajes en este mercado invernal. Al igual que hiciera con Champagne y Gurdiel, en la primera oportunidad tres de las últimas incorporaciones ya estaban en el terreno de juego. Paco Molinero volvió a vestir la elástica murcianista siete años después. Verza aparecía en el centro del campo, mientras que Carrillo actuaba en la media punta. Aunque fuera con calzador hizo hueco el entrenador a un lateral derecho que llegaba de estar sin jugar toda la primera vuelta al no tener equipo.

Con Molinero guardando las espaldas a Gurdiel, y Álvaro Moreno haciendo lo propio con Iván Pérez, al que sus errores siguen sin costarle el banquillo, Adrián Hernández insistió en el sistema de juego que tantas dudas está generando. Solo necesitó el Sevilla Atlético cuatro minutos para pintar la cara al preparador murcianista. Como hiciera el Betis Deportivo hace una semana, Iván Romero se colaba inexplicablemente entre la poblada defensa para rematar a placer ante Champagne un balón que sobrevoló la muralla grana.

El golpe parecía importante, sobre todo para un equipo que llegaba tocado tras la derrota ante el Betis y que estaba obligado a ganar. Pero del error del Real Murcia se pasó a un fallo mucho más notable en el área de Alfonso. Valentino no es un fichaje murcianista en este mercado invernal, pero bien podría serlo, porque con un pase atrás que no tenía un destino concreto, dejó en ventaja a un Carrillo que a las primeras de cambio ya mostró la calidad que lleva en sus botas. No le tembló el pulso al joven jugador en sus minutos iniciales como grana. Vio la oportunidad, rompió la cintura a Alfonso y puso el 1-1 en el minuto 11, calmando además los ánimos en un choque que se había complicado muy pronto.

No aprendió el Real Murcia de su reacción. No sacó cosas positivas. Pese a conseguir un regalo gracias a su paso adelante y a la presión, los murcianistas decidieron sin que nadie lo entendiese dar un pase atrás y dejar terreno a un filial que se siente cómodo con el balón en los pies. Además, aunque tapó espacios, dejó una grieta evidente por la derecha, y Luismi Cruz insistió e insistió. No tuvo suerte, pero desnudó las veces que quiso a un Álvaro Moreno que no encontraba ayudas en Iván Pérez, y obligó a Abenza y a Miguel Muñoz a remangarse para evitar que el interior encontrara a un Iván Romero siempre con la caña preparada.

Tampoco entendió el Real Murcia que con Carrillo podía permitirse el lujo de tocar y tener protagonismo en el centro del campo. El mediapunta murciano dejó detalles de calidad en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero seguro que también entendió que con este entrenador y con un sistema tan cobarde, va a tener que sudar para poder entrar en contacto con el balón. Sin mirar a Carrillo, las pocas veces que los granas intentaron salir buscaron a un Iván Pérez que desperdició otra oportunidad de demostrar qué es lo que tiene para que Adrián Hernández le tenga como titularísimo. Entre fueras de juego y pérdidas de balón, sin olvidar su inexistente ayuda en defensa, el de El Palmar apenas dejó nada.

Aunque se sentía dominado, el Real Murcia tuvo ocasiones para marcharse al descanso con ventaja en el marcador. En las jugadas a balón parado es donde más cómodo se sintió el cuadro grana. Primero falló Miguel Muñoz y después en otra acción parecida en un córner Edu Luna dispuso de la mejor ocasión de esa parte final del primer periodo. Alfonso tuvo que estirarse para evitar el remate del central de Puente Tocinos.

Segunda parte sin control ni dominio

Se inició la segunda parte con todo el mundo diciendo que era el momento de dar el paso al frente. Pero el paso al frente no llegó. Apareció el minuto 60 en el reloj, y el deseo se repetía. Abenza, Carrillo y Verza tenían que coger el balón y empezar a mandar sobre el terreno de juego. El deseo no se hizo realidad. Entró el partido en su último cuarto de hora y los aficionados suspiraban con que ahora ya sí, con que el Real Murcia tenía que salir de la cueva y dejar de sobrevivir a base de genialidades y toques de calidad aislados de Carrillo que no estaban siendo suficientes, sobre todo porque Alfonso apareció las pocas veces que los murcianistas llegaban al área. Pero se llegó al minuto 90 y nadie entendía por qué el Real Murcia había decidido no intentar hacer nada para ganar.

Tampoco ocurría mucho en la portería de Champagne. El Sevilla Atlético, pese a los intentos de Paco Gallardo de reactivarlo, se atragantaba con tanto balón, pero ya no encontraba el camino ni a Luismi Cruz, por fin desaparecido en la banda para suerte de los granas. Iván Romero también pedía a gritos más balones para intentar hacer daño a una defensa que evitó, gracias a Edu Luna, que el pichichi sevillista siguiese ampliando sus números.

Debutan Mendes y Ripoll

Adrián Hernández también movía su banquillo. Marcos Mendes y Ton Ripoll eran los otros fichajes que saltaban al campo en la segunda parte. No se vio gran cambio en la imagen con las novedades en el terreno de juego. Con un Real Murcia que no sabía si dar el paso o quedarse atrás, sabedor de que el Sevilla Atlético podría asestarle un golpe muy dañino, el empate parecía valer a los granas pese a que es otro paso atrás en la clasificación.

Ni en el último cuarto de hora se vio a un Real Murcia como equipo valiente. Volvió a pasar lo mismo que ante el Betis B. Los granas se rompían por el centro del campo. Verza no puso solución a un problema más que evidente. Tampoco la salida de Youness. Mientras que el Murcia intentaba sumar metros y meter miedo arriba, Alberto Toril se desesperaba y Carrillo desaparecía. Otra vez las subidas de Edu Luna demostraban el mal camino que llevan los murcianistas si siguen insistiendo en una idea que no funciona. Finalmente lograron un punto, lo único por lo que lucharon ante un Sevilla Atlético que murió insistiendo en el área de Champagne.