Chasco, desilusión y una nueva derrota. Podría ser el comienzo de la crónica de nueve de los últimos trece partidos del Cartagena. Con nuevo entrenador y con errores groseros como antes de su llegada, los albinegros fueron de nuevo incapaces de sumar un resultado positivo y se quedan hundidos en vigésima posición.

Llegaba el Cartagena al encuentro con más urgencia que nunca. Eso sí, el equipo era consciente de que una victoria le volvía a sacar de unos puestos de descenso en los que se había metido en la última jornada de la primera vuelta tras la derrota en Tenerife. Con una oportunidad única y en casa el incentivo en el debut de Luis Carrión al frente del banquillo era más que apetecible, pero no el más importante. Y es que dejar atrás la mala racha que se acumulaba en los últimos meses era casi más importante que estar ya en los puestos de salvación. Recuperar la confianza y la fe en sí mismos era una misión imprescindible.

Para ello, el técnico catalán salió en su primer once inicial con un once que no varió en exceso a lo que le precedía. Datkovic fue el único futbolista de los llegados en esta ventana de invierno que fue titular.

Una marcha por debajo

Impreciso y dubitativo. Así fue el arranque de partido del Cartagena. Tratando de asentarse aún en el terreno de juego, el Mirandés salió con una marcha más y domino claramente los primeros diez minutos de encuentro. Pero no solo lo hizo con el balón, sino que el conjunto de José Albero González llegó de forma muy clara a la portería local. Precisamente en una de esas jugadas pudo llegar el primero por parte de los rojillos. Pablo Martínez agarró el balón en zona de tres cuartos, encaró el área y desde la frontal sacó un derechazo que se estrelló en el travesaño de la portería de Marc Martínez. Fue la primera oportunidad clara de un equipo que mordía y apretaba de lo lindo. De hecho, poco después fue Cristo el que con una galopada por la izquierda en la que llegó a línea de fondo obligó al guardameta a intervenir para sacar el balón.

Fue a raíz de una falta que tuvo Gallar en la frontal cuando el Cartagena empezó a reaccionar. Los de Luis Carrión lograron encadenar varias posesiones y llegadas que le hicieron meterse en el encuentro, llevando siempre el peligro a través de las botas del extremo sabadellense.

Dos latigazos consecutivos

Fue sin embargo cuando más cómodo logro estar el Cartagena cuando llegaron los dos zarpazos visitantes. Y lo hicieron como consecuencia, de nuevo, de esos errores propios que tanto están condenando al equipo en esta temporada. José Ángel se lanzó completamente a destiempo a cortar un ataque y derribó a un rival haciendo que el árbitro señalara penalti sin pensárselo. Cristo transformó a la perfección la pena máxima y puso por delante a su equipo haciendo aparecer de nuevo los fantasmas de Miranda del Ebro. Unos fantasmas que se multiplicaron cuando en el saque de centro tras el gol, Clavería perdía el balón entre tres rivales y de nuevo Cristo, tras recibir y girarse dentro del área, lograba batir por segunda vez a Marc y dar un mazazo en la moral albinegra y en el marcador.

Pudo ser peor aún, porque cinco minutos después David Simón sacó un balón que se dirigía de forma franca a portería con Marc prácticamente batido y porque en la última acción de la primera parte Víctor Gómez remataba un saque de esquina y hacía el tercero. Solo la revisión del colegiado en el VAR impidió que subiera al marcador por la falta sobre Datkovic.

Antes, el Cartagena pudo recortar distancias con una doble clara oportunidad. Gallar y Carrasquilla encontraron espacio entre líneas y el panameño vio abierto a Elady en el pico del área, sacando el jienense un potente disparo que despejó Lizoain. El rechace le calló a Clavería, pero envió el balón por encima del travesaño.

Tímida reacción albinegra

Buscó soluciones Carrión en el descanso para tratar de solventar el despropósito del primer tiempo. De Blasis entró sustituyendo a Clavería para jugar en banda izquierda. Un Cartagena que salió con más intensidad por las necesidades del guion ante un equipo que se podía permitir contemporizar. Empezó a encontrar las primeras opciones de ataque el conjunto albinegro con dos incorporaciones de Forniés por la banda izquierda que no encontraron remate y un disparo de Rubén Castro desde la frontal que se estrelló en un defensa.

Lanzaba ataques esporádicos el Mirandés tratando de salir y estirarse mientras veía cómo atrás no estaba sufriendo en exceso. De esta forma los de José Alberto González lograron neutralizar el pequeño arreón inicial del Cartagena y volver a igualar fuerzas. A pesar de ello, los albinegros estuvieron cerca de hacer el tanto que les metiera de lleno. De hecho lo hizo, pero como le sucedió a los rojillos anteriormente, fue anulado. En este caso fue la posición ilegal de Rubén Castro la que iba a invalidar el gol de Gallar desde dentro del área tras su asistencia.

A falta de un cuarto de hora y sin una reacción clara, Luis Carrión trató de encontrar en los cambios la solución que no se veía en el juego. Cayarga, Simón Moreno y Antoñito -que redebutaba en su vuelta- trataron de aportar algo de chispa a un ataque al que le faltó organización, claridad de ideas y mordiente. Pero con más corazón que fe, el Cartagena no encontró el camino en ningún momento. En vez de ir a más, se fue diluyendo y terminó yendo sin sentido a por un gol que nunca llegó.

De esta forma, el conjunto de Carrión se queda en vigésima posición y sigue sin levantar el vuelo. Mucho trabajo por delante para el catalán que tiene media temporada -menos un partido- para sacar la situación adelante con una plantilla que debe volver a creer en sí misma.