Nereo Champagne saca de puerta hacia Edu Luna. Edu Luna abre hacia Álvaro Moreno. Álvaro Moreno busca a Miguel Muñoz. Miguel Muñoz no arriesga y mueve otra vez para Edu Luna. Después de cuatro pases, el Real Murcia no se ha movido ni un metro.

Tampoco lo hará cuando vuelva a intentarlo el central de Puente Tocinos. Mira a la derecha, pero allí no encuentra al carrilero correspondiente; mira hacia la izquierda, pero allí tampoco hay nadie que vista de grana. Mira al frente y curiosamente aparece Abenza. Parece que Luna respira. Jugando como quiere Adrián Hernández, encontrar un compañero a 100 metros a la redonda es difícil por no decir imposible.

La ´patata caliente' sale de las piernas del ´4' murcianista. Recibe Abenza, sin embargo, hay más opciones de que el esférico vuelva hacia atrás que avance hacia el área rival. Ni un segundo después, ante la presión bética, el cuero regresa a las piernas de un Edu Luna que se desespera. Sabe que en esa zona todo son riesgos, sabe que el juego consiste en marcar, y para marcar hace falta avanzar metros.

Como nadie lo hace, como nadie, ni en el césped ni en el banquillo, es capaz de aportar soluciones, no lo piensa. Respira, cuenta hacia atrás y en 3, 2, 1... patea hacia la nada como si le fuera la vida en ello. Mientras la defensa se quita un problema de encima, Gurdiel e Iván Pérez, carrileros instalados en la otra punta del campo, ni se enteran de qué va la película; Youness bastante tiene con mirar hacia arriba y ver cómo el balón le sobrepasa; y Pedrosa, Carlos Palazón y Alberto Toril se quedan una vez más con las ganas. El esférico ya está en las piernas del Betis Deportivo y toca volver a empezar.

La anterior no es una jugada cualquiera del partido que ayer disputaron el Real Murcia y el filial verdiblanco en Nueva Condomina. La anterior no es una de las jugadas que costó el gol a los de Adrián Hernández. La anterior podría ser calificada como ´La Jugada', porque fue el único plan que pusieron los murcianistas sobre el campo, porque los noventa minutos ofrecidos por los granas fueron como una repetición constante. Y eso que desde el minuto 16 ya estaban por detrás del marcador en un partido en el que tocaba ganar sí o sí.

Si me preguntan cuál era el plan de ayer del Real Murcia. No dudaría en la respuesta. El Real Murcia no tenía plan. O por lo menos no lo tenía cuando al cuarto de hora, en el primer acercamiento bético, el Betis Deportivo hizo estallar en mil pedazos la defensa de cinco de Adrián Hernández. No recuerdo, antes de que el técnico murciano aterrizase en el banquillo de Nueva Condomina, una temporada en la que se hablase más de sistemas como esta y la anterior. Los expertos se despiertan con la palabra carrilero en la boca y se van a dormir con la palabra carrilero en la boca. No hay un término que suene más en las paredes del estadio murcianista. Lo gracioso surge cuando pasan los partidos y el Real Murcia es incapaz de ganar con los famosos carrileros.

Nos tiramos una pretemporada entera sin esa figura sobre el terreno de juego, pero llegó la liga y al ritmo de los carrileros aparecieron los primeros sustos. Cada derrota lleva al entrenador a modificar sus principios, igual que cada victoria acarrea tener que soportar una semana después las ideas iniciales del técnico. Si no se lo creen piensen en lo que sucedió hace una semana. Se olvidó Adrián Hernández de la pizarra, apostó por una defensa de cuatro, y casualidad o no, los granas respondieron y regresaron de Granada con los tres puntos.

Dicen que cuando las cosas van bien es mejor no tocarlas. No será eso en Nueva Condomina. Si las cosas salen bien, volvemos a las andadas. Unas veces porque a los futbolistas les tiemblan las piernas y otras porque Adrián Hernández se empeña en un erre que erre que solo él y sus acólitos son capaces de defender.

Si Iván Pérez estuvo un partido castigado por su mal día en El Ejido fue porque la Federación le sancionó con un encuentro. Ya disponible, Adrián Hernández volvió a demostrar que tiene una vara de medir distinta para los integrantes de la plantilla. Mientras que unos están condenados a marcharse sin casi debutar; otros son agraciados con jugar sin necesidad de hacer méritos. Con el lateral de El Palmar listo, el técnico grana tenía la defensa de sus sueños. Gurdiel, el jugador que ha llegado en este mercado de invierno, para reforzar la idea de los carrileros aparecía por la derecha; el murciano por la izquierda, y Edu Luna, Miguel Muñoz y Álvaro Moreno cerraban el centro de la defensa.

El enésimo intento de Adrián Hernández duró lo que tardó el Betis Deportivo en colocarse en el terreno de juego y encadenar unos cuantos pases seguidos. Concretamente dieciséis minutos. No solo marcaron los visitantes. En una simple jugada destrozaron los de Ruano los planes murcianos. Fran Delgado no encontró oposición para entrar por la izquierda. Un error lo puede tener cualquiera. Lo que no se esperaba es el fallo en cadena de toda la defensa. Porque el balón llegó a un Calderón que todavía hoy seguirá preguntándose cómo podía estar tan solo. Si Raúl García estaba solo; el lateral reconvertido en extremo lo estaba más todavía. Tanto que le dio tiempo a recibir, bajar el balón, controlar y matar a un Champagne vendido por sus compañeros.

Un gol no mata, pero el Real Murcia murió en ese mismo instante. Y murió porque se suicidó el mismo. Solo había que ver la distribución en el terreno de juego para darse cuenta que nada ni nadie podía salvar a los locales. Un equipo roto, partido por el medio. Con Champagne, Edu Luna, Miguel Muñoz, Álvaro Moreno y Abenza en una isla; con Palazón, Pedrosa y Álberto Toril en otra; con Youness en tierra de nadie o simplemente sobrepasado por la gran actuación de Bandaogo, y con los carrileros uno en cada esquina de la meta de Carlos Marín, esperando a que alguien subiese el balón, olvidándose que a lo mejor eran ellos los que tenían que hacerlo.

Era tal el desastre que el Betis Deportivo solo tuvo que leer un poco el partido para darse cuenta que con adelantar la presión para evitar la salida del balón murcianista y con meter intensidad en el centro del campo ya era suficiente. Porque Abenza no tiene superpoderes para derribar rivales con la mirada, porque Youness ayer no tuvo su mejor día, y porque once jornadas después parece que ni Pedrosa ni Carlos Palazón saben qué es lo que se espera de ellos.

Ni una ocasión de gol tuvo el Real Murcia en la primera parte. Ni una ocasión clara de gol tuvo el Real Murcia en la segunda parte. Al descanso, Adrián Hernández intentó poner un poco de mercromina en la herida -Víctor Curto y David Segura aparecían en el minuto 46-. Lo que realmente hizo fue echar sal, porque no solucionó el socavón que engullía a los suyos en el centro del campo.

Los granas, mientras tanto, se empeñaron en seguir firmando uno de los peores, por no decir el peor, partido de lo que va de curso. Cuando Raúl García puso el 0-2 asistido por un Calderón que ayer disfrutó en el césped de Nueva Condomina como un niño en un parque de atracciones más de uno apagó el televisión. Los que lo hicieran se ahorraron la jugada en la que Mizzian tuvo el tercero, pero falló en el uno contra uno con Champagne. Al final se pasóde poder ascender a los tres primeros a caer al quinto puesto. Menos mal que siempre nos quedará el mercado de invierno. El único consuelo para no pensar que el problema va más allá de que lleguen un par de fichajes.

Adrián: "Ha sido un muy mal partido; lo hemos equivocado todo"

Adrián: "Ha sido un muy mal partido; lo hemos equivocado todo"Adrián Hernández no puso paños calientes en la rueda de prensa. Desde el primer momento el técnico grana reconoció que su equipo había realizado un «muy mal partido». «Lo hemos equivocado todo y eso es la consecuencia del resultado final», explicaba. Numerando los errores, el murciano lo resumía todo afirmando que «ellos parecían los veteranos y nosotros los noveles». También lamentaba el entrenador del Real Murcia que se hubiese dejado escapar otra oportunidad para llegar a los tres primeros puestos. «No lo terminamos de hacer, y ahí es donde se marca la diferencia de los buenos equipos y de los equipos que están arriba de verdad». «Hoy no hemos estado acertados», repetía Adrián Hernández, para añadir que «toca levantarse, trabajar y ganar dos partidos seguidos de una vez».

El entrenador del Real Murcia se lamentaba además de «los pelotazos sin sentido» y de hacer «movimientos muy lentos con balón», añadiendo que «nos ha faltado alma».

Adrián Hernández, que dijo que no pueden despistarse con el mercado de invierno, sí hablaba posteriormente de la ventana de fichajes. «Es muy difícil, porque para fichar tienes que ir pagando. Los futbolistas en activo tienen contrato y sacarlos no es sencillo. Pero nuestro plan es el mismo. Tenemos clarísimas las cosas que nos faltan y estamos trabajando para eso».

Regresando al partido, el técnico del Real Murcia insistía en que la derrota «es culpa nuestra», reconociendo que no habían realizado lo que debían para poder ganar y deseando que «esto nos valga a todos de aprendizaje y no nos vuelva a pasar».