Ganó el Real Murcia en Granada. Y ganó sin Chumbi en el terreno de juego. Porque Chumbi, el abanderado del murcianismo en redes sociales y delante de las cámaras, prefirió olvidarse de las obligaciones establecidas en su contrato para bajarse del autobús e irse a la playa mientras sus compañeros disputaban una nueva pelea por alcanzar las tres primeras posiciones del subgrupo B del Grupo IV.

Pero al igual que Chumbi se ha olvidado del Real Murcia a las primeras de cambio, el Real Murcia se olvidó a las primeras de cambio de Chumbi. ¿Quién es Chumbi?, parecían gritar los jugadores murcianistas cuando acabó el partido. ¿Para qué necesitamos a un jugador que apenas ha marcado 12 goles en 50 partidos?, parecían recordarse. Porque, noventa minutos después de disputar el primer encuentro sin el mismo jugador que hace solo una semana presumía de lucir el brazalete de capitán, el Real Murcia confirmó que el secreto no está en un futbolista concreto, que no hay nadie imprescindible ni más importante que el escudo; que el secreto está en el grupo.

Porque si los aficionados eran incapaces de encajar la puñalada de Chumbi, Alberto Toril apareció para volver a repetir que está preparado para abandonar el papel de actor secundario que muchos le siguen otorgando. Quiere ser protagonista el mallorquín, y en el partido en el que tenía todas las miradas puestas en su camiseta, no defraudó. Regresaba tras cumplir un partido de sanción, y lo hacía en solitario.

La apuesta por dos delanteros ayer no valía, y Toril se sintió igual de cómodo que en otras semanas. Peleó, presionó, se entregó al máximo y fue clave en la victoria, porque en el minuto 24 puso la guinda a una gran combinación que nació en las piernas de Abenza, que creció en la banda izquierda, que llegó a la derecha, y en la que Palazón abrió para que Adán Gurdiel aprovechase su estreno para poner su nombre a esa banda murcianista.

Como en la huerta murciana, el leonés solo necesitó unos minutos para empezar a hacer méritos para que esta temporada esa zona del campo pase a denominarse ´Carril Adán Gurdiel'. Por ahora, ya tiene una asistencia en su haber. Debutaba después de firmar esta misma semana, y cuando Palazón le encontró, el ex del UCAM se coló hasta la cocina para meter un centro que Alberto Toril no desaprovechó.

Cuarto gol del atacante, cuarto gol de ese delantero que estaba ensombrecido por la figura de Chumbi. Su nombre no luce tanto en los titulares, en redes sociales no tiene un ejército de seguidores que le rían las gracias lo haga bien o mal; tampoco le ayuda el ser mallorquín en un ambiente en el que nacer en la Región ya te da cierta superioridad racial, como sucedía en la Alemania nazi. Pero aceptando en silencio las críticas, por un lado, y las suplencias, por otro, el Alberto Toril que ya el pasado curso cerró bocas, encarrilaba con su cuarto gol, solo uno menos que Chumbi, un partido en el que los granas además dejaban buenas sensaciones en cuanto a intensidad e ideas claras.

Porque a diferencia de otras jornadas, el Real Murcia supo leer el partido. Lo hizo antes del gol y lo repitió tras el 0-1. Incluso no le pesó la vuelta de vestuarios tras el descanso. Con Champagne y Gurdiel como caras nuevas -ni un segundo tardó Adrián Hernández en presumir de sus nuevos fichajes-; con Carlos Palazón intentando enmendar errores -volvía al terreno de juego tras la polémica que le rodeó por participar en una fiesta ilegal y que le llevó a estar apartado del equipo-; y con Alberto Toril en plan ´9' titular; nadie defraudó en los primeros 45 minutos. David Segura, al que hay que buscar más, aporta chispa, mientras que Abenza y Youness se cubrían uno a otro. Solo faltaba lo de siempre, tener más continuidad en el juego y paciencia con el balón, pero le sigue faltando al Real Murcia un futbolista con peso que vaya cambiando correctamente las marchas durante la conducción.

No lo tiene o por lo menos no lo hemos visto, porque Júnior sigue siendo un cero a la izquierda para un Adrián Hernández que prefiere marginar al futbolista antes de darle una oportunidad para ver si es capaz de taparle la boca como ha hecho el central Miguel Muñoz.

El futbolista madrileño al que incluso antes de empezar los amistosos de pretemporada el entorno el técnico murciano ya había condenado. El jugador del que se dijo una y mil veces que no daba el nivel en los entrenamientos -en los entrenamientos, insisto, por si alguien piensa que es una errata- ha dejado a Antonio López en el baquillo y se ha ganado el sitio en una defensa que ayer dio un paso al frente, ayudados también por la seguridad que otorga ver a Champagne en la portería, y que logró por segunda vez en esta temporada mantener la meta a cero.

Con el gol de Alberto Toril y manteniendo maniatado a un Recreativo Granada que quitando una cabalgada de Nuha en el minuto 1, los granas no se vieron en aprietos antes del descanso. La vuelta de vestuarios no cambió nada. Se mantuvo el guion. Los jugadores del Real Murcia, que ya saben y muy bien lo que es dejar escapar victorias después de adelantarse en el marcador, estaban ayer en el ´modo on'.

Después de pinchar en el campo del El Ejido, se estaban dando todos los ingredientes para conseguir la primera victoria del año. Pero con el paso de los minutos, a los granas volvió a pasarles factura su falta de atrevimiento. La insistencia en el juego directo hacía que el balón apenas durase unos segundos en las piernas de los visitantes. Desperdiciando la presencia de David Segura en el terreno de juego, sin cabalgadas de los laterales por las bandas y con Pedrosa, Palazón y Toril remangándose para ir más a la pelea que al teatro, el Real Murcia se vio obligado a ir dando pasos para atrás, olvidándose de mirar al área de Arnau pese a lo corto del marcador.

Hasta en esas pudo sentenciar el cuadro murciano. La tuvo Alberto Toril en un remate que sacó la defensa nazarí bajo los palos, pero el que más hizo para cambiar el marcador fue el conjunto dirigido por David Tenorio, reactivado por los cambios. Achicaban como podían los granas a la vez que Adrián Hernández, sin tener en cuenta los antecedentes negativos de sus decisiones en partidos anteriores, engordaba las piezas en defensa, olvidándose de un centro del campo que era donde estaba la grieta murcianista ante la superioridad local y el cansancio de Youness y Abenza.

Como no hay día tranquilo para el Real Murcia, ayer no iba a ser diferente. Pedían la hora los visitantes a la vez que sacaban esa pillería que muchas veces ha reclamado el técnico para perder tiempo y parar el encuentro en los momentos complicados. Se llenaban de tarjetas. Pero todo era válido si lo que estaba en juego eran tres puntos importantísimos. Y cuando ya parecía que no había forma de frenar al Granada B, Nereo Champagne estiró una pierna para evitar el empate y contribuir a una victoria a la que la semana que viene se deberá añadir otra si los de Adrián Hernández quieren de una vez por todas saltar esa barrera hasta ahora invisible e imposible por alcanzar el tercer puesto.

Adrián Hernández, técnico del Real Murcia, se mostró ayer muy contento con la imagen ofrecida por sus jugadores durante gran parte del encuentro. «Son tres puntos muy importantes», indicaba, diciendo que además este resultado «ayuda a romper con viejos fantasmas de que siempre nos empatan cuando nos ponemos por delante». El preparador murciano también aprovechaba para quejarse por la actuación de un colegiado que considera que no puso el mismo listón para ambos equipos. «Nunca me suelo quejar, pero es que hoy ha puesto un listón diferente a la hora de golpear. A Toril le pitaba todas las faltas, mientras que Nuha iba con todo y no pasaba nada».

Considerando que la victoria había sido «justa», el técnico dice que este triunfo ayuda a «dar confianza» con vistas al futuro, destacando también el hecho de mantener «la portería cero». «Estamos en una línea buenísima. Hoy hemos hecho bien 60 minutos. Ahora hay que ir dando pasos para subir a 70, 80, 90 y llegar a 100». Para Adrián falta ser «más estable y jugar a los que nos interesa siempre».

El técnido del Real Murcia también habló de los primeros minutos de Adán Gurdiel y Champagne como murcianistas. Del portero dijo que «sin intervenir, ya da tranquilidad», destacando su comunicación constante para avisar a sus compañeros. «Sin opciones de gol casi, se ha tirado todo el tiempo marcando. Eso es vital y además me descarga mucho». Repitió igualmente que la presencia del argentino en la plantilla va a ayudar mucho «al aprendizaje de Gallego y Josele».

Menos quiso entrar en la ausencia de Chumbi. «No es el momento de hablar de Chumbi», indicaba, añadiendo que «Rafa tiene que mirar por su futuro y el club mirar por sus intereses».

Con el mercado de invierno abierto, Adrián Hernández espera más fichajes. «Como mínimo llegarán dos jugadores más», indicaba. Uno de ellos será un delantero que cubra la marcha de Chumbi. «Queremos un atacante diferente a lo que tenemos y que nos dé un plus como los jugadores que ya han llegado».

Por último se refirió a Carlos Palazón, futbolista que ayer fue titular después de su polémica participación en una fiesta ilegal, siendo apartado del equipo durante quince días. Adrián Hernández solo tuvo elogios para el futbolista murciano: «Palazón con balón lo tiene todo. Interpreta bien los espacios. Le falta empaque», indicaba, mostrándose «orgulloso de hacerle titular» y esperando que «esto ordene todo su ambiente».