Durmiendo en descenso desde este lunes y por lo menos hasta dentro de doce días, el FC Cartagena necesitaba noticias frescas y optimistas para desviar las críticas y el nerviosismo que se ha instalado tanto dentro como fuera del Cartagonova por la crisis de resultados. Si el domingo, tras la derrota frente al Tenerife, se anunciaba el primer fichaje invernal y el lunes, justo a la vez que los albinegros caían a la zona roja, se cortaba la cabeza a Pepe Aguilar; ayer a Paco Belmonte no le quedaba otra que reaccionar como fuese después de casi un mes dando volantazos que han agravado la situación albinegra. Por ello, el presidente cartagenerista no quiso retrasar más la llegada de un entrenador, y, aunque en las habituales quinielas había nombres llamativos, finalmente en los despachos apostaron por Luis Carrión.

Después de que Julio Velázquez, el favorito para los responsables del FC Cartagena, les diese calabazas y acabase de un golpe con cualquier esperanza, el club albinegro anunció a última hora de la noche la contratación del catalán Luis Carrión, técnico de 41 años que llega tras vivir una amarga experiencia en el Numancia, con el que descendió a Segunda B. Pese a que el preparador había renovado su contrato con los sorianos, finalmente quedó libre tras confirmarse la caída de los rojillos a la división de bronce.

Luis Carrión se hará cargo de inmediato de un equipo que se ha metido en los puestos de descenso y que está sumido en una profunda crisis después de encadenar una racha en la que solo se ha logrado una victoria en once partidos.

El nuevo técnico albinegro, tras acabar en 2011 su carrera como futbolista, dirigió al Espanyol femenino. En 2013 llegó al Córdoba como segundo entrenador y en la 2015-2016 estuvo en el Córdoba B para en el siguiente curso (2016-2017) entrenar al primer equipo cordobés. En la 2018-2019 estuvo en la UD Melilla, de Segunda B, llegando a clasificar a los melillenses para el play off tras una gran campaña en la que fue uno de los equipos revelación, y en la 2019-2020 aterrizó en el Numancia. Su inicio notable le llevó a renovar su compromiso con los sorianos, pero el equipo se vino abajo en la vuelta de la competición tras el parón por el coronavirus.

Luis Carrión llega al banquillo albinegro después de que Julio Velázquez diese calabazas a Paco Belmonte, confirmando que su fichaje era más una ilusión del murciano que una realidad. Aunque en la ciudad portuaria sonó con fuerza el nombre del salmantino, desde el círculo del entrenador llevaban varias semanas descartando cualquier posibilidad de que vistiera de albinegro. Y es que el Cartagena no estaba en disposición de poder satisfacer los requisitos económicos del exmurcianista.

Ahora, tras confirmar a Carrión, el FC Cartagena tendrá que seguir en el barro del mercado para poder renovar la plantilla e intentar poner tiritas en las grandes heridas que han surgido por la pésima planificación deportiva de este verano, cuando invirtieron mucho dinero en un par de fichajes, dejando distintas posiciones claves sin reforzar, lo que ahora están pagando.