Entramos en el último día del año. Un 2020 que ha supuesto todo un reto en muchos sentidos. También para el Cartagena, que superó uno que se le había resistido casi una década. Pero como la vida no deja de poner retos, los albinegros tienen por delante uno aún mayor en este 2021. Lograr la permanencia en la categoría de plata está suponiendo una cima que durante las últimas semanas ha quedado más alta de lo que estaba dos meses atrás.

Sin embargo, para tratar de alcanzarla el club ha dejado por el camino al que hasta el momento era el líder de la expedición albinegra y ha puesto a otro que viene con energías renovadas. Así se deja ver Pepe Aguilar, que viniendo desde abajo afronta una misión que parecía fuera de su alcance a principios de temporada. Ahora, coge el timón lleno de confianza que solventar la situación: «Sin duda alguna. No es decir que estamos capacitados por quedar bien, sino porque estoy plenamente convencido. Ellos lo están, yo lo estoy, y tenemos que incidir en que quedan muchos puntos por delante. Convencido no. Muy muy convencido», asegura el técnico.

A pesar de haberse sentado en el banquillo en Alcorcón, Aguilar vive su primera semana al frente del grupo desde que ha sido ratificado como entrenador del primer equipo: «Me siento convencido de esta oportunidad que me brinda el club. Estoy muy ilusionado y responsabilizado porque esto es fútbol profesional. Creo que podemos hacer cosas interesantes de cara al futuro», afirma. Ponerse al mando de una nave sin tener experiencia en el fútbol profesional no le hace, sin embargo, sentir una presión mayor: «La presión que tengo es la de querer ganar y tener resultados. Todo desde el convencimiento. La presión cuando estás en el fútbol profesional forma parte del día a día. Sabemos dónde estamos, pero la responsabilidad es la que yo me autoimpongo. A mí se me valorará en función de los resultados que vayamos cosechando y solo pienso en positivo».

Para darle un vuelco a la dinámica en la que se encuentra inmersa el equipo es necesario dar un giro y recuperar una confianza perdida. Todo ello, no obstante, sin volverse locos ni dar bandazos: «Más que buscar carencias, lo único que me quita el sueño es convencer a los jugadores del potencial que tienen. La idea es reforzar ciertas conductas, ciertos patrones de juego y que el jugador se suelte, sea libre y que juegue. Me enfoco más en lo positivo a reforzar. La idea es repetir el buen primer tiempo que hicimos en Alcorcón. Ese es el camino. Todo ha cambiado y una semana de entrenamientos te da para cambiar muchas cosas y que el equipo vaya teniendo parte de lo que quiero que sea».

Su primera prueba como entrenador ´oficial' será el sábado ante un equipo que está metido de lleno en la pelea por la permanencia. El Zaragoza llega al Cartagonova necesitado de puntos y con un viejo conocido de la afición albinegra en el banquillo como Juan Ignacio Martínez. Para Aguilar sería «el mejor regalo de Reyes» ganar a los maños: «Decisivo no hay nada aún, pero es indudable que cambiar la dinámica nos puede dar un plus en cuanto a confianza. El Zaragoza está dentro de nuestra liga y dar un golpe de efecto el sábado puede ser muy importante para nuestra moral y para que el jugador se convenza de que está capacitado para hacer muchas cosas», asegura. Pensando en los posibles refuerzos que pueden llegar en invierno, el técnico prefiere centrarse en lo que tiene por el momento: «No me centro en las soluciones que pueden llegar más adelante, sino en las que tenemos ahora», concluía el entrenador santanderino.