El Real Murcia sigue intentando salir del pozo económico en el que está inmerso desde hace unos años. Vive una situación difícil que la temporada pasada, sin ir más lejos, le dejó sin poder reforzarse en el mercado invernal. Este año, con las aguas más tranquilas, el Real Murcia va a poder hacer fichajes que refuercen su plantilla para conseguir una plaza en la División Pro. Eso sí, los refuerzos serán dentro del plan austero que ha impuesto el Consejo y que tan buenos resultados económicos -deportivos no tanto- está dejando. Y es quizá, por el formato exprés de la competición y casi la obligación de estar en la nueva categoría para los murcianistas, lo que está haciendo que Adrián Hernández vea la necesidad de reforzar varios puestos de la plantilla. Y este año, la economía no ahoga tanto como en años anteriores.

En una entrevista en la Cadena SER, Adrián Hernández dijo que «habrá fichajes. Hay algunos puestos que tenemos que reforzar y terminará viniendo algo que mejore la plantilla». Los jugadores que está buscando el entrenador murciano para este mercado son «un carrilero con recorrido y un mediapunta con capacidad de generar peligro en tres cuartos de campo», afirma. Fichajes necesarios, por lo que ha ofrecido en el juego el Real Murcia esta temporada si quiere optar a una de las tres primeras plazas del subgrupo. Además, el club busca un portero aunque el técnico sigue confiando en Tanis y en Josele.

Sería el primer mercado invernal de los últimos años en el que el club grana ficharía para mejorar lo que tiene y no para poner parches. La temporada pasada, por la mala situación económica, no se produjo ningún refuerzo en este mes. Hace dos, en la 2018-2019, con el fin de aligerar la masa salarial de una plantilla que se hizo a golpe de talonario en verano, se prescindió de Alfaro, Héber Pena, Julio Delgado o Dani Aquino. Se produjeron tres incorporaciones en ese mercado: Diego Parras y Miguel Díaz, en calidad de cedidos y Jeisson Martínez en propiedad. Ninguno de los tres fichajes tenía la intención de dar un salto de calidad a la plantilla grana sino de no dejar el equipo en mantillas a mitad de temporada después de la desbandada que sufrió la plantilla en enero.

Si viajamos a la temporada 2017-2018, con Mauricio García de la Vega en la presidencia, fue el último año en el que el Real Murcia reforzó su plantilla y mejoró lo que había, aunque fuera solo con cuatro incorporaciones. Bajo el corto mandato del mejicano se trajo a Molo y Charlie Dean, que cumplieron con un buen rendimiento en el césped; a Carlos Martínez para suplir a Santi Jara; y a Macauley Chrisantus, que dejó buenos recuerdos siendo el protagonista de una de las grandes remontadas que ha vivido Nueva Condomina ante el Extremadura, y metiendo ante el UCAM Murcia en el descuento para darle el definitivo empate a uno. Quitando esos dos partidos, el paso del nigeriano por el club fue sin pena ni gloria.

Fue la temporada anterior a ésta cuando al equipo grana, de la mano de Raúl Moro, cuando el Real Murcia parecía tener el poderío económico de cuando estaba en categorías superiores. Pero ni por asomo fue así. Se vio un club maltratado bajo su mandato y con una deuda engordando con el paso de los días. En el mercado de invierno de aquel curso se firmó uno de los mejores mercados de la historia reciente del equipo murciano con jugadores como Sergi Guardiola o Josema, ambos en Primera División hoy en día. Juanjo, David Sánchez, Rayco, Pablo Aguilera, Borja Gómez y Víctor Curto, la única herencia positiva que queda de esa negra gestión.

Parece que vuelve la normalidad poco a poco al Real Murcia después de varios años en los que la afición, en estas fechas navideñas, estaban más pendientes de las denuncias de futbolistas y deudas con acreedores. Que así siga.