Menos de una semana para que termine el año. Cinco días para echar la vista atrás y ver que, más allá de que no ha sido un año fácil fuera de lo deportivo, pasará a la historia también por lo que le ha sucedido al Cartagena sobre el terreno de juego. El ascenso logrado en el mes de julio sobre el césped de La Rosaleda ha dado un giro absoluto al presente y al futuro del club albinegro, que ha visto cómo se dejaba atrás el pozo en el que se encontraba sumido en los últimos ocho años para pasar a ocupar un lugar de privilegio entre los 42 equipos que forman parte del fútbol profesional español.

En solo doce meses, el Cartagena ha pasado de ser la eterna promesa de Segunda División B que merece llegar a la categoría de plata por méritos institucionales y deportivos a ser uno de esos novatos que pelean por no descender y meterse de nuevo en el lugar del que tanto le costó salir. Entre medias, incertidumbre por el parón, tristezas y alegrías que han hecho que la perspectiva albinegra haya dado un giro de 180 grados.

Giro de 180 grados

Sábado 22 de diciembre de 2019. El Cartagena empata a dos en el Cartagonova ante el Yeclano Deportivo en el derbi regional. Munúa dirigía su último encuentro en el banquillo albinegro después de anunciar que había aceptado la oferta llegada desde el equipo de su vida. Con el uruguayo en Nacional de Montevideo, Borja Jiménez se hacía cargo de un equipo que, a pesar de ese empate, llegaba al parón de invierno como líder del grupo IV en solitario. Tres puntos por detrás, tanto Badajoz como Marbella andaban al acecho.

En esas dos semanas de descanso, el club tuvo que asentar la nueva figura del entrenador y encargarse de unos refuerzos de invierno que llegaron encabezados por Vinicius Tanque y Berto Cayarga. En ese momento, la preocupación no era otra que la de terminar de perfilar la plantilla que le permitiera llegar en las mejores condiciones posibles al play off de ascenso. Eso sí, en ese momento nadie imaginaba que iba a ser necesario disputar menos partidos de los que hubiera requerido cualquier otro año. Doce meses después, y una vez llegado ese mismo parón, la situación es bien distinta para el club dirigido por Paco Belmonte.

No caer de la cima

La película ha cambiado. El refuerzo de la plantilla sigue siendo necesario como lo fue en su momento, pero el objetivo y el mercado en el que se busca no es ni mucho menos el mismo. Por supuesto, no puede ni debe ser igual. Ni el nivel ni la exigencia son los mismos. Y es que lo que es evidente es el cambio de perspectiva que ha sufrido el equipo y el club en estos 365 días. Las miras están puestas en cotas más altas y, aunque en este momento se lucha por no descender, era una situación anhelada por todos.

No está siendo una adaptación fácil. Después de un comienzo complicado en el que muchos de los jugadores no se habituaban a la categoría, llegó una serie de encuentros en los que se rozaron los puestos de play off de ascenso. Siete partidos que dieron un impulso inimaginable. Sin embargo, cuando esta racha tocó su fin, el Cartagena se ha visto envuelto en una aún mayor, pero en sentido opuesto. Actualmente el equipo se encuentra solo un punto por encima del descenso y se dirige en picado hacia estos puestos. Toca trabajar duro para evitarlo, pero aunque no sea la situación ideal, bendito problema.