El Real Murcia vivirá este domingo por primera vez una situación que ya se le atragantó y mucho la pasada temporada. Adrián Hernández tendrá la oportunidad este fin de semana de desquitarse de los tropiezos que sufrió el pasado curso cuando se enfrentaba a un equipo que estrenaba entrenador. Le ocurrió el 2 de febrero, cuando los murcianistas no pasaban del empate (3-3) contra un San Fernando que solo unos días antes había cesado a Tito García Sanjuán; y regresó de Mérida con cero puntos en el bolsillo (1-0) al perder con un conjunto que antes de esa jornada había 'cortado' a Diego Merino. De hecho, el preparador murciano incidió en varias ruedas de prensa en una situación que le incomodaba bastante. Ahora, ante un Córdoba en el que se estrenará Pablo Alfaro, tendrá la oportunidad de desquitarse.

Solo dos vez ganó el Real Murcia en esa situación. La primera vez fue en la jornada 8. El Mérida visitaba Nueva Condomina. A las primeras de cambio los emeritenses, recién ascendidos, habían movido su banquillo. Santi Amaro era despedido tras encajar un 0-3 frente al Villarrubia. Diego Merino se hacía cargo y debutaba en el estadio murciano. Los de Adrián Hernández, que acumulaban tres jornadas sin perder, no fallaron. Un gol de Chumbi en el minuto 19 era suficiente para que los tres puntos se quedaran en casa.

La segunda fue en Algeciras, donde se impuso 0-1 a un equipo que había destituido a Emilio Fajardo tras encajar un 4-2 frente al Villarrubia, confiando en un Salva Ballesta que ante los granas no pudo sentarse en el banquillo. Un tanto de Víctor Curto daba el triunfo.

Superó la prueba ante el Mérida y el Algeciras, pero fracasó contra los emeritenses en la segunda vuelta y con el San Fernando.

Pagó y caro el equipo grana que el Villarrubia se convirtiera en el 'mata técnicos' del Grupo IV. Los murcianistas se enfrentaban a los rivales que iban dejando los manchegos, y así una y otra vez, las fichas de dominó iban cayendo, especialmente con el comienzo del 2020.

Ganó a Mérida y Algeciras, pero se torcieron las cosas en los dos siguientes enfrentamientos en los que el Real Murcia tenía que pagar los platos rotos del Villarrubia.

Tito García Sanjuán se caía del banquillo del San Fernando antes del choque con los de Adrián Hernández. Otra vez, partido ante un equipo con nuevo técnico. Pero esta vez los murcianistas fallaron. Solo pudieron empatar a tres en un encuentro loco en el Iberoamericano. Hugo Rodríguez adelantaba a los locales, pero solo un minuto después Dorrio ponía el 1-1. En el 29, otra vez susto para los visitantes. Ferrón lograba el 2-1. Iván Pérez, en el 48, y Armando, en el 55, daban la vuelta al marcador, sin embargo se escapó la victoria cuando en el 71 Perdomo ponía el definitivo 3-3.

Si ese choque ante el San Fernando fue el 2 de febrero, el 1 de marzo volvería a vivir el Real Murcia una situación parecida. El Mérida, que ya había cambiado de entrenador antes de enfrentarse a los granas en la primera vuelta, volvía a elegir la previa del choque ante los de Adrián Hernández para mover de nuevo su banquillo. En esta ocasión si le salió bien la cosa a los emeriteneses, que se impusieron a los murcianos por 1-0.

La competición en Segunda B se pararía tras la disputa de la jornada 28 -8 de marzo-. Si hubiera continuado la liga en sus fechas, el Real Murcia habría pagado una vez más los platos rotos del Villarrubia. Y es que Abel Gómez cayó después de la derrota del Sanluqueño ante los manchegos (1-0).

Con una nueva temporada ya, el Real Murcia y Adrián Hernández afrontarán el domingo su primer partido con un rival que estrena técnico.

Pablo Alfaro fue presentado ayer como entrenador del Córdoba. En su puesta de largo dijo que «yo vengo a pelear por ascender. Vamos a pelear por ascender. Pero eso se comienza trabajando ya, para que en Murcia se sumen los tres puntos». Sobre si habrá cambios el domingo, el entrenador comentó que «tenemos urgencias. Vine para intentar arreglar una situación y disponemos de tres días para lograr los tres primeros puntos, que nos darían un espaldarazo en la autoestima. No he visto al equipo mal. Ha sido una sesión cortita, pero con mucha intensidad. Y eso es bueno, porque el trabajo anterior se ha hecho bien. Debemos ir conociéndonos poco a poco y a partir de ahí aportar matices, escuchar mucho. Lo que se hace bien, lo mantendremos». «En cuanto a sistemas, me gusta mucho la versatilidad, siempre entrenándolo antes, que tenga variantes. Y que sea capaz durante el partido de poder encontrar soluciones diferentes», explicó.