¿Dónde están sus orígenes deportivos?

A mí siempre me ha encantado todo lo relacionado con el deporte. No hay nada que no haya hecho. Empecé con el fútbol, que estaba muy de moda, y me tiré un par de años. Después, cuando lo dejé, andaba como perdido, me gustaba todo pero no sabía qué hacer. Al final un día me recomendó un amigo el boxeo, pero en ese momento me gustaba más el kickboxing. Me apunté al club Koryo con Rafa y Trujillo, un gran entrenador, pero un día, cuando quise federarme, me di cuenta de que la licencia era muy cara. Entonces me recomendaron el boxeo para controlar las manos y el arte de este deporte me enamoró. Posteriormente comencé a competir y me enganché tanto que me olvidé del kickboxing, lo dejé apartado. Fui ganando campeonatos hasta que me encontré con el problema de que no tenía la nacionalidad española y no podía acudir a Campeonatos de España, pero las ganas las tenía.

¿Pero usted había nacido aquí?

Sí, pero en ese momento mi padre no me nacionalizó y cuando cumplí los 18 años y vi que tenía la necesidad de conseguir el pasaporte español, lo solicité. No tardé mucho en conseguirlo, solo un par de años, pero hasta ese momento no pude competir en Campeonatos de España. Y ahora, cuando estaba creciendo en el boxeo, empecé a trabajar y se unieron algunas decepciones. En la actualidad sigo porque me encanta y me gusta.

¿Qué decepciones sufrió?

Por algunos problemas que tuve en Campeonatos de España y también por las dietas. Lo que me hace seguir ahora es que me gusta y que no puedo estar un día sin boxear. Ahora soy conocido casi por toda España y saben que tengo un buen estilo.

¿En qué peso está?

Antes estaba en 52 y ahora estoy subiendo a 56.

¿Ha ganado algún Campeonato de España?

Campeón de España no he sido, me he quedado varias veces cuarto, pero sí que en el Nacional de clubes he sido tres veces subcampeón y siempre he sido campeón de la Región de Murcia.

¿Pero qué le engancha de un deporte donde se dan palos?

No es pegar palos, es la táctica, no todo son los golpes porque no todo el mundo los recibe. Lo mejor es que los pegues y no los recibas, y lo bueno que tengo yo es que no encajo muchos porque soy muy ligero y hábil, aunque tampoco es un golpe que te vaya a matar.

¿Cómo llegaron sus padres a España?

Fue antes del 94, cuando no había nacido yo. Primero vinieron a La Puebla, donde mi padre estuvo trabajando en una empresa.

¿Vinieron sus padres de forma regular?

Sí. Ten en cuenta que anteriormente era más sencillo venir a España.

¿Y qué le mueve ahora para seguir?

Simplemente porque me gusta y porque quiero dejar mi huella en España, para que me reconozca todo el mundo. A mí me conocen en Torre Pacheco como 'El Príncipe' y me estoy preparando para la liga de boxeo con el equipo de Guardamar. No he tenido la oportunidad de meterme en el Campeonato de España por el trabajo.

¿Cómo compagina el trabajo y el boxeo?

Pues salgo de trabajar a las siete y directamente me voy a entrenar, que empiezo a las siete y media. Solo tengo tiempo para cambiarme. Ahora tengo como entrenador a Mendi, que me anima todos los días, y un compañero, David, que me ayuda con la fisioterapia. Cuando estoy en el gimnasio desconecto del trabajo porque no me gusta estar del taller a casa solamente, pero lo que más me gusta es competir. El boxeo me ha descubierto personas que nunca pensaba que iba a conocer.

Vamos, que ha creado otra familia en el deporte.

Así es, es otra familia la que tengo en el boxeo.

Pero está un poco mal visto el boxeo.

No, que lo vean otras personas mal no quiere decir que esté mal visto. Internacionalmente está en un buen momento, mucha gente se está enganchando a este deporte. Antes muchos padres tenían miedo de ver a sus hijos boxear por si se hacían daño, pero ahora vemos niños y niñas de seis años en los gimnasios.

Tiene que ser complicado captar niños.

Sí, pero para ellos es como un juego. Cuando van creciendo se motivan para llegar al nivel del resto de boxeadores.

¿Usted siempre se marca objetivos?

Sí, antes solo pensaba en llegar a ser el mejore, hacerme con un nombre, pero ahora mismo solo pienso en disfrutar. Siempre he querido ganar y si no lo hacía me molestaba, tenía mal perder, pero eso me motivaba más, entrenaba más y mejor que cuando ganaba. Siempre me ha gustado pelear con los mejores, nunca con uno peor. He tenido la oportunidad de entrenar con gente de la selección española. Ahora no subo a un ring pensando en ganar, sino en disfrutar y hacer que la gente disfrute con mi boxeo, y lo he conseguido hasta ahora.

¿Ha sufrido el racismo?

Yo no he sufrido racismo por la convivencia que he tenido con la gente, pero sí que hay gente que lo ha sufrido. A mí todo el mundo me conoce y sabe cómo soy. Hay gente que ve a los marroquíes como gente mala, que no digo que no los haya, pero cuando me ven a mí encuentran un buen ejemplo. Tengo muchos amigos españoles y mis vecinos están encantados conmigo.

¿Sigue las costumbres de su país?

Fuera de mi casa hablo español, pero dentro solo marroquí. Sigo las costumbres con mis padres, pero cuando estoy con mis amigos diferencio mucho.

¿Y por qué se metió a mecánico?

Por amor a los coches, porque siempre me han encantado. Tuve dificultades para entrar en el mundo de la mecánica, pero lo he estudiado y lo he conseguido, y ahora estoy trabajando en Cartagena, en la empresa Cresiauto.

¿Se ha planteado dejar el boxeo por el trabajo?

No, no veo mi vida sin boxeo. Cuando tenga hijos me gustaría enseñarles a boxear porque estoy orgulloso de ello. Entre mis planes sí que tengo en un futuro pasarme a profesional y mi entrenador me anima a ello. De hecho me ha dicho que me patrocinaría porque dice que soy muy bueno y que no he tenido la oportunidad de dar el paso más alto.

¿Qué diferencias hay entre profesional y amateur?

Los profesionales no pueden ir a los Juegos Olímpicos, pero en profesionales hay muchos campeonatos y te da la oportunidad de salir fuera.

¿Y de esa forma se puede ganar la vida?

No, ser profesional en España no te da para vivir ni comer. Por ejemplo, en Estados Unidos sí que viven del boxeo porque entran en el campo profesional a los quince años. Yo antes sí pensaba en vivir del boxeo, pero en España es muy difícil. Muchos lo han intentado, incluso gente muy destacada, y no ha sido posible. El problema es que ahora estoy en una etapa difícil de mi vida porque el año que viene me voy a casar y es una responsabilidad, no puedo dejarlo todo por el boxeo.

Además, en España estuvo el boxeo durante muchos años casi vetado.

Sí, muy parado, pero de repente dio un salto y ahora mucha gente quiere ver boxeo para disfrutar con este deporte.

¿Cómo ve su novia que boxee?

Pues me apoya mucho. No le gusta que me golpeen, pero me dice que si me gusta, que vaya hasta el final. Si el boxeo me diera solo para comer, me dedicaría a ello toda la vida, pero estamos esperando que se dé esa oportunidad.