Solo han pasado 28 días desde que el Real Murcia comenzarse a competir en esta temporada 2020-2021. Solo se han disputado cinco partidos de la competición. Pero en menos de un mes, el club grana ya ha vivido varias crisis deportivas. No gustó el empate frente al Sevilla Atlético en la jornada 3, la primera para los murcianistas al aplazarse sus primeros dos partidos. No fue suficiente la victoria en el Artés contra el Lorca Deportiva en un encuentro en el que los aficionados se quedaron con las malas sensaciones vistas en el terreno juego. Y tras la derrota con el Recreativo Granada, los ánimos fueron a peor.

No es algo nuevo en el Real Murcia. Pese a la complacencia de las últimas dos campañas y media, un buen número de aficionados siempre ha sido exigente, siempre ha querido más. Sin embargo, ahora, las crisis no las inician los aficionados. Tampoco vienen alentadas por los titulares en los medios de comunicación. Actualmente, en el Real Murcia, los ánimos están más encendidos en los despachos que en la calle. Al consejo de administración murcianista le ha vuelto a jugar una mala pasada por un lado su inexperiencia y por otro lado su comportamiento más cercano al de los aficionados que al de los gestores de un club de fútbol. Por ello, en solo 28 días de liga, la entidad parece vivir en una eterna crisis deportiva, agravada en esta ocasión por el cambio de un sistema de competición que ahora lo pone todo en juego en solo 19 jornadas.

Llevaba el Real Murcia cuatro puntos cuando perdió frente al Recreativo Granada. Era la primera derrota, pero las sensaciones ofrecidas por el equipo no ayudaban. Aunque no era el inicio esperado, nadie señaló a Adrián Hernández. Con las gradas vacías por el coronavirus, la presión para los directivos es menor. Ni los aficionados ni los medios de comunicación se atrevieron a pedir medidas drásticas. Sin embargo, en los días posteriores a la derrota contra los granadinos, algunos consejeros murcianistas no dudaron en lanzar de forma privada un ultimátum al técnico, elevando la importancia de los encuentros ante el Linares y el Betis B. Algunos medios incluso informaron de que Julio Algar sería el encargado de asumir el mando del equipo si Adrián Hernández no lograba hacer reaccionar a la plantilla en esos choques que se disputarían en diez días.

El consejo de administración, que desde que asumió su tarea siempre se ha caracterizado por su falta de ambición y su conformismo, hacía entender así que no estaba dispuesto a fallar en una temporada decisiva. Sin embargo, después de una semana al borde de un ataque de nervios, el sábado, algunos de los directivos del club protagonizaron una imagen pocas veces vista en el césped de Nueva Condomina, pese a que en los últimos años han pasado por el club presidentes como Raúl Moro y Víctor Gálvez.

Casi a la vez que el colegiado señalaba el final del partido frente al Linares, que acabó con una goleada para los granas, varios consejeros ya estaban a pie de campo dispuestos a hacer una demostración pública y posiblemente dejar entrever que los rumores de ultimátum no habían salido de dentro de los despachos. Mientras que Daniel Moreno y Emilio García, éste último sin cargo pero con voz y voto en el órgano de gobierno, preferían esperar a la puerta del túnel de vestuarios, Francisco Miró no dudó en saltar al césped para abrazarse efusivamente con Adrián Hernández, una imagen que captaron las cámaras de televisión y que fue presenciada por los periodistas que habían acudido al estadio para cubrir el choque.

No tan expuestos como su compañero, pero también llegando a pisar el césped, Daniel Moreno y Emilio García fueron felicitando a los jugadores que se dirigían al túnel de vestuarios. Así hasta que llegó Adrián Hernández, que recibió una palmadita en la espalda de los dos dirigentes y de Julio Algar, que estaba en la misma zona.

Ni una semana, solo seis días, es lo que separa la crisis generada tras la derrota frente al Recreativo Granada y el salto al césped de varios consejeros para celebrar un triunfo que teniendo en cuenta que solo se han disputado cinco jornadas, no significa nada especial al margen de obtener tres puntos y de otorgar tranquilidad después de un inicio irregular.