Se plantó el FC Cartagena en una Segunda División en la que el nivel competitivo estaba a años luz, como se demuestra semana tras semana, del que se ha encontrado en las ocho temporadas anteriores en las que el equipo de la ciudad portuaria ha militado en la categoría de bronce. Con el objetivo de la salvación por delante, era innegociable formar una plantilla a la altura rematada -nunca mejor dicho- por un ataque efectivo que fuera capaz de sacar partidos adelante para sumar lo antes posible los puntos necesarios que den la tranquilidad y ahorren el sufrimiento al final de temporada.

Sin embargo, habiendo transcurrido siete jornadas y habiendo podido ver tanto la puesta en escena del equipo como los componentes de la plantilla y, en concreto, del ataque albinegro, se puede decir que los hombres con los que cuenta Borja Jiménez arriba pueden optar a un objetivo mayor que al inicial -y que por otro lado, no va a dejar de ser el fijado-. Así lo están demostrando en un mes de octubre en el que el salto cualitativo con respecto a las tres primeras jornadas ha sido mayúsculo y en el que se puede decir que el Cartagena cuenta con una delantera de garantías.

Cuando en el mercado de fichajes echó a andar era inimaginable pensar que el Cartagena pudiera hacerse con los servicios de algunos de los jugadores que han terminado llegando. Dicho por el propio mánager general deportivo, Manuel Sánchez Breis, eran futbolistas a los que en primera instancia no se podría haber ni siquiera intentado fichar. Sin embargo, conforme fueron pasando las semanas las grandes puertas aparecieron y el Cartagena estuvo más listo y avispado que los demás para encontrar el hueco. Las puertas de Rubén Castro y Álex Gallar estuvieron cerradas hasta que desde el club albinegro se encontró la llave de la cercanía, la confianza y la seguridad para terminar abriéndolas. Situación muy distinta fue la de Elady, que después de estar a punto de salir, terminó quedándose y ganándose la confianza del entrenador para terminar siendo titular. No obstante, aparecieron dudas con respecto a su funcionamiento en el equipo. Dudas que los tres se han encargado de despejar rápidamente.

El cien por cien. No hay una cifra o un porcentaje que exprese mejor lo que significa el tridente albinegro en este inicio de temporada. Desde que echó a rodar el balón a mediados del mes de septiembre, el Cartagena ha disputado siete partidos en lo que ha anotado siete goles. Pues bien, en todos ellos ha participado uno de los tres componentes del mismo. Elady, Rubén Castro y Gallar están siendo los auténticos protagonistas del ataque y están teniendo la capacidad de generar la gran mayoría de las acciones de ataque. Su verticalidad y entendimiento -que ha terminado llegando conforma han avanzado las semanas- están siendo uno de los principales baluartes del conjunto dirigido por Borja Jiménez.

No todos los tantos llevan una de sus firmas, pero sí en todos ellos ha sido imprescindible la presencia de uno de ellos. Después de quedarse en blanco en el Carlos Tartiere, donde por cierto no jugó ninguno de los tres -a excepción de Elady en los últimos minutos- el Cartagena ha hecho siete goles en seis partidos.

El jienense comenzó la temporada en el banquillo y no necesitó más de un mes para asentarse en el once titular. Su aportación ofensiva está siendo aún mayor que la esperada a estas alturas. En la primera victoria en el regreso a Segunda, Elady tuvo un papel destacado. Fue el encargado de abrir la lata cazando el rechace de una falta y su gol terminó siendo imprescindible para sumar los tres puntos. Solo una semana después hizo el que seguramente sea el mejor partido a nivel personal y colectivo hasta la fecha. En El Toralín y con la Ponferradina enfrente, el jienense participó en la jugada del gol de Jurado dándose la asistencia al sevillano y participó y culminó la del segundo con una gran combinación del equipo. Por tanto, suma dos goles y una asistencia que lo sitúan como uno de los grandes aciertos del mercado habiendo estado muy cerca de salir del club.

Gran incidencia en la producción goleadora está teniendo Álex Gallar. El que es el -a priori- menos goleador del tridente ha participado de forma directa en cinco de los siete goles logrados hasta la fecha. Un gol en la primera victoria frente al Lugo, la asistencia en el gol del miércoles ante el Almería y la colaboración en el primer gol ante el Lugo con su disparo de falta y en la combinación del segundo en Ponferrada. Números que vienen acompañados, además del compromiso, la calidad y el desparpajo, que están haciendo del extremo catalán uno de los jugadores referencia en el equipo.

Pero si hablamos del rey del gol, no podemos referirnos a otro que a Rubén Castro. El Cartagena se rascó el bolsillo para fichar pólvora arriba que por el momento está explotando. Ni con 39 años a sus espaldas el canario pierde el olfato goleador. Tres tantos -ante Almería, Fuenlabrada y Leganés- que le sitúan como pichichi del Cartagena y que hacen esperar de él una ilusionante temporada.