ElPozo sigue sin conocer la victoria en el Palacio. El cuadro murciano claudicó ante el Levante por 5-6 en un encuentro muy disputado en el marcador pero en el que, en el cómputo global y en líneas generales, fue mejor el conjunto valenciano. La situación ya empieza a ser preocupante, y es que el cuadro de Giustozzi ha sumado un punto de nueve en casa en lo que llevamos de liga -dos derrotas y un empate- y las sensaciones que va dejando tras cada paso, tras cada encuentro, quedan lejos de ser las mejores. Falta gol, falta confianza y no se transmite carácter, antaño seña de identidad del club.

La primera parte solo tuvo el color de la camiseta del Levante. El cuadro dirigido por Diego Ríos salió como un tiro, con tres marchas más que ElPozo, jugando con una velocidad y una verticalidad que superaban toda la resistencia que los de la capital del Segura podían ofrecer. Juanjo intervino demasiado para lo que se llevaba jugado cuando, en una contra conducida por Rivillos, Maxi Rescia hizo el primero del encuentro a los dos minutos.

El gol no cambió un ápice de la historia, una en la que la escuadra murciana se veía sobrepasada por el ímpetu de su rival y en la que se ahogaba en su propia necesidad de tomar el mando del partido. Nada funcionaba. Y el Levante, que se encontraba muy cómodo jugando rápido y había encontrado un terreno fértil en el escenario que había impuesto a la fuerza, hizo el segundo por medio de Pedro Toro poco antes del ecuador del primer tiempo. Era la consecuencia lógica a lo expuesto por cada equipo. Con una clara ventaja tanto en el marcador como en la pista, el Levante siguió golpeando la puerta de la meta local aunque los dígitos del marcador no se movieron para alivio de un ElPozo que, aunque mejoró algo en el último tramo pero fue insuficiente, agradeció marcharse a vestuarios para analizar la situación y aclarar las ideas. Mucho debían cambiar las cosas.

Con el segundo acto llegó una tormenta de goles. Marcó ElPozo, también a los dos minutos como hiciera el Levante en el primer tiempo, por medio de Darío. Se abría el encuentro, habían encontrado la luz y el camino a seguir. O eso parecía. Y es que tres minutos después Rivillos hizo el tercero de los suyos con una volea que tocó en Matteus y se coló en la meta de Juanjo para enfriar unos ánimos que el Cholo Salas se encargó de volver a encender al anotar el segundo de la escuadra murciana poco antes de llegar a los diez últimos minutos del choque. Uno gol separaba a los de Giustozzi de la igualada y restaba un mundo por conocer.

La tensión de saber si se conseguiría el empate fue efímera pues Leo Santana se aprovechó de una contra para hacer las tablas y de un robo de balón para poner a los suyos por delante. Todo en tan solo minuto y medio en el que ElPozo hizo dos goles muy protestados por el Levante al entender los del equipo visitante que venían precedidos de sendas faltas que no cobraron los colegiados.

Con Rubi de portero jugador, el conjunto valenciano fue a morir al área de ElPozo mientras que los de Giustozzi trataron de aguantar la tromba ofensiva que estaba por llegar. Y no solo la aguantaron, mostrándose además compactos y como equipo, sino que además ampliaron su ventaja con un tanto de Marcel desde su campo.

Con 5-3 y restando cuatro minutos para la conclusión, todo parecía decidido. Craso error pues, de esos cuatro, al Levante solo le hicieron falta dos para remontar el encuentro. Tres goles anotó el equipo de Diego Ríos para levantar el partido y llevarse los tres puntos ante un ElPozo inoperante. Porque -y esto es lo preocupante- aunque lo intentó, no fue suficiente. Faltan recursos, falta garra. Y el Palacio, otrora lugar inexpugnable, es ahora una casa donde las puertas están abiertas y cualquiera puede llevarse el botín.