ElPozo no ha logrado consumar el triunfo en el primer partido de liga, en el Palacio, tras el empate 6-6 frente a un Valdepeñas muy serio en un encuentro espectacular para el aficionado que, sin embargo, de poco vale en aquello de sumar puntos. El duelo, eso sí, ha servido para volver a ver la pegada de los de Giustozzi, algo que se ha echado en falta en toda la pretemporada. Contrasta también con una defensa algo endeble -y eso que parecía su punto fuerte- que no supo cerrar sus filas cuando el resultado era amable con ella.

El primer tiempo no fue demasiado grato con ElPozo. El conjunto murciano, en un periodo en el que la calma y la electricidad fueron alternándose -con más inclinación por la primera-, logró adelantarse en el choque con un tanto que le costó un mondo conseguir pero que fue neutralizado rápida y cómodamente por el Valdepeñas en un último minuto fatídico, donde el equipo de Giustozzi encajó dos goles que lo mandaron al descanso perdiendo. Los primeros minutos del encuentro fueron de toma de contacto pero sin demasiado miedo, con un juego muy rápido donde se sucedieron las transiciones veloces que, sin embargo, no llevaban consigo demasiadas ocasiones. La primera clara fue un mano a mano de Chino con Espíndola, quien dejó al ciezano Juanjo en el banco, y que detuvo el meta brasileño. Era el aviso para ElPozo, quien no pudo contar con Pol Pacheco al haber sido sancionado por la federación con 13 encuentros por una supuesta deuda con su ex agente. El toque de atención hizo efecto y el cuadro local empezó a ser más vertical teniendo varias ocasiones de gol que no fructificaron. Giustozzi cambió el quinteto inicial al completo y, con Fernando, Leo Santana, Alberto y Rafa Santos, una de las nuevas incorporaciones, las llegadas comenzaron a sucederse. Frente al cinco inicial, uno de más contención y que asegura el control y compuesto por Darío Gil, Matteus o Marcel, el técnico argentino dispone de otro más "loco" que fomenta las ocasiones. También parece ser algo más flojo en el plano defensivo, pues es el riego que conlleva, y que hizo que el balón también se habituase a estar cerca del área de los de la capital del Segura.

Entre el quiero y no puedo de ambos conjuntos se llegó al ecuador del primer tiempo, cuando Giustozzi pidió tiempo muerto para tratar de hablar con los suyos y buscar huecos en la defensa visitante para encontrar el camino del gol, ese sendero que se le está complicando al equipo murciano desde pretemporada. Uno debe acostumbrarse a los cambios, dejar de lado las tradiciones y recuerdos, y entender que este equipo no estará entre los que más goles hagan a final de año. No está diseñado para eso. En cambio, sí puede apuntar a ser uno de los que menos tantos encajen. Y esto a pesar del espectacular resultado con el que finalizaría el duelo.

Salvo alguna ocasión aislada, como un mano a mano del Cholo Salas en el que el jugador mandó fuera el esférico, el resto de ocasiones eran tímidas y tendían a la inexistencia. El balón moría en mitad de la pista, entre circulaciones que amenazaban pero no cumplían, dejando entre las sensaciones la añoranza de algo más de espectáculo.

Sin embargo, cuando más calmado parecía el duelo, cuando uno podría pensar que ambos equipos se estaban tomando un momento para respirar y coger fuerzas, ElPozo hizo el primer tanto por medio de Fernando en una transición rápida. Para el cuadro local fue un balón de oxígeno, la retirada de un lastre que los atenazaba y les impedía moverse con soltura sobre la pista del Palacio. Pero esa tranquilidad tampoco duró mucho, concretamente tres minutos, que fue el tiempo que el Valdepeñas tardó en igualar el marcador con un tanto de Matheus Preá al que le sucedió, poco después, otro gol en el que Chino transformó un doble penalti para poner a los suyos comandando el marcador antes de irse a vestuarios.

En el segundo acto, ElPozo salió convencido de la remontada y logró igualar el partido con un gol de Rafa Santos en el que el pívot carioca batió al meta visitante con un disparo raso, a la salida de un córner, y en el que el balón se coló entre las piernas del portero. Empate, nuevo encuentro y pocos minutos para decidirlo. La presión del conjunto de Giustozzi, quien fue amonestado por protestar una jugada, comenzó a ser más intensa de lo que los jugadores del Valdepeñas podían aguantar. De eso se aprovecharía Leo Santana para adelantar a los suyos, llevando la alegría a las filas murcianas tras una remontada que, sin embargo, quedaría anulada instantes después pues en la siguiente jugada, un Valdepeñas que parecía fuera del encuentro, logró el empate por medio de Dani Santos.

El partido, loco y desbocado, ofrecía la posibilidad a cualquiera de anotar un nuevo gol. La diferencia con la primera parte era abismal. En este intercambio de golpes, uno en el que ElPozo seguía concentrado en hacer daño y el cuadro visitante mostraba una verticalidad peligrosa, saldría favorecido el equipo entrenado por David Ramos. Dani Santos nuevamente, y tras una jugada de mucha calidad del equipo manchego, puso el cuarto para los suyos. No se amilanó el conjunto de Giustozzi, que tuvo dos lanzamientos al palo hasta lograr la igualdad por medio de Rafa Santos, que celebraba un doblete en su primer partido de liga. Pero, en un calco de lo sucedido con anterioridad, Valdepeñas volvió a marcar en la siguiente jugada, esta vez por medio de Matheus Preá. A ElPozo le costaba lo indecible mantener el control del encuentro y encajaba un gol por cada tanto que hacía estando muy poco tiempo en una situación, no ya de ventaja, sino de igualdad.

El cuadro local necesitaba un cierto respiro. No por el aspecto físico, sino por el mental. Resultaba de vital importancia aclarar la idea de ataque y dejar de embestir para derribar, por la fuerza, la defensa contraria. Y así lo hizo el equipo murciano. Sin perder la electricidad en los últimos metros ni pausar las transiciones defensa ataque, sin decelerar en la circulación de balón, los de Giustozzi tomaron un mayor control en el plano ofensivo y, por consiguiente, en el partido. Fruto de estas circunstancias llegaron dos goles para ElPozo, obra de Leo Santana y Paradynski, que volvieron a colocar a la escuadra murciana por delante en un partido donde el espectáculo que se echaba en falta en el primer tiempo había vuelto y lo había hecho a lo grande.

A tres minutos para la conclusión el Valdepeñas puso a Dani Santos de portero jugador y la jugada le salió bien pues Chino logró el empate restando menos de dos minutos para el final. Una docena de goles, seis para cada equipo, en un partido no apto para cardiacos y que se iba a decidir en menos de 120 segundos. El mundo del fútbol sala puede ser fantástico. A pesar de haber logrado la igualada, el conjunto visitante mantuvo al portero jugador sobre la pista siguiendo la premisa de que la mejor defensa es tener el balón en tu poder. ElPozo defendía con acierto el cinco para cuatro y, aunque al final tuvo un par de ocasiones para lograr la victoria, el partido murió dejando un empate que sabe a poco a cualquiera de los dos técnicos pero que, al menos, refuerza la parcela ofensiva de los de la capital del Segura antes de iniciar la Champions.