Suele ser habitual esa frase de «hay que buscar siempre el lado positivo» cuando no terminan de salir las cosas. Y puede ser uno de los pilares en los que debe basarse el Cartagena para tratar de revertir el mal arranque de campaña que está atravesando. El hecho de haber cosechado solo un punto de los nueve primeros es en cierto modo algo previsible teniendo en cuenta los rivales que han estado enfrente. Sin embargo, las dos caras mostradas por el equipo en diferentes tramos de un mismo partido dejan ver que hay muchas cosas que corregir.

El primer tiempo del domingo en Butarque puso en evidencia la fragilidad defensiva que está atravesando el conjunto albinegro en este primer tramo. El potencial ofensivo del Leganés unido a los errores cometidos por la zaga propiciaron marcharse con un marcador de tres goles a cero al descanso que dejaban el partido visto para sentencia en apenas 45 minutos. Unas fisuras que ya se vieron en el encuentro ante el Oviedo en el Carlos Tartiere y en el tramo final ante el Sporting.

No obstante, el Cartagena dejó una mejor imagen con el balón en pertenencia. Aunque faltó mucha profundidad en casi todas las fases del juego, los albinegros fueron capaces de dominar al Leganés y de llevar la iniciativa del juego. Es algo que se vio resaltado aún más si cabe en la segunda mitad, donde la entrada de Gallar y un esquema más ofensivo provocaron las llegadas de los atacantes albinegros de forma más continua e incisiva al área del Leganés.

No es ni mucho menos un encuentro que en líneas generales sirva para tomar como referencia. Sin embargo, la imagen mostrada en la segunda parte puede ser en cierto modo el espejo en el que mirarse para un Cartagena que tiene que empezar a conseguir resultados.

Motivos hay de sobra para pensar que así va a ser cuando uno echa un vistazo al mercado de fichajes y ve las incorporaciones que se están haciendo. Cuestión de tiempo y, por supuesto, de mucho trabajo que el Cartagena pueda voltear la situación incial de esta temporada.