El tiempo no avanza de forma lineal para el UCAM Murcia CB. Cada alegría y cada decepción, sobre todo cada decepción, se repite una y otra vez. Cada acción o cada partido de cada temporada distinta se repite siempre -prácticamente- en la misma sucesión. El Iberostar Tenerife anotó ayer 43 puntos en el último cuarto para remontar y llevarse la victoria en el Palacio de los Deportes (82-84) con una canasta ganadora de Sasu Sulin. A la mayoría de aficionados se le vinieron a la cabeza muchos partidos del curso anterior. Fuenlabrada, Manresa, Bilbao... esos son solo algunos de los ejemplos. Pero si siguen echando la vista atrás, parece que todo está condenado a repetirse. Una y otra vez. Porque en 2016, sin coronavirus y con miles de aficionados en las gradas, ocurrió lo mismo a lo de ayer. Pustovyi con el Obradoiro o Sasu Salin con el Iberostar Tenerife. El UCAM volvía a desperdiciar de forma sonrojante una victoria tras gozar de una holgada ventaja.

La herida de ayer es difícil de taponar. Ni con el buen nivel desplegado en la media hora de juego anterior al último cuarto. Y es que los 43 puntos encajados por la plantilla que dirige Sito Alonso en los últimos diez minutos (dos más que en el resto del partido) se convirtieron, según la propia ACB, en el récord de anotación en cualquier cuarto. Pero es que, 19 de ellos, llegaron en los últimos 80 segundos del encuentro. La cadena de errores en el tramo decisvo fue bestial, a pesar de contar con una plantilla cargada de caras nuevas y de experiencia en la máxima competición. Pérdidas desde el saque de fondo, consumir los cinco segundos desde la banda sin poner el balón en juego, faltas anticipadas para mandar a tu rival al tiro libre, malos porcentajes tuyos en esa distancia (55%), llegadas a destiempo para defender lanzamientos, agotar los tiempos muertos, regalar tu última posesión... Todo eso condensado en un cuarto interminable hasta llegar al punto en el que Giorgi Shermadini cede el balón a un Sasu Salin -absolutamente solo- para colocar el 82-84 sobre la bocina simplemente estirando el brazo.

El UCAM jugó durante 35 minutos como no hacía tiempo, pero perdió de la misma manera que casi siempre. Dieron igual los fichajes, la experiencia, la toma de decisiones o el corazón. Le abrió las puertas a su enemigo y acabó perdiendo su propia fortaleza después de contar con hasta 24 puntos de ventaja en la primera parte. Una primera mitad que no pudo comenzar de mejor forma, ya que al minuto de juego ya tuvo que solicitar Txus Vidorreta el primer tiempo muerto tras encajar su equipo un parcial de 6-0. La intensidad y el posicionamiento defensivo del conjunto universitario en los primeros compases fue de un nivel altísimo, llegando a anular a todas las armas del Iberostar Tenerife en pista como eran Shermadini o Doonerkamp. Eso permitió a los de Sito Alonso ganar confianza tras anotar varias canastas fáciles, y tomando posteriormente buenas decisiones en ataque (13-4). Con las rotaciones, el UCAM mantuvo el nivel en los dos extremos de la pista, secando por completo el juego interior tinerfeño y agrandando la ventaja con Davis o Frankamp. Cuando parecía despertar el Iberostar Tenerife, apareció DJ Strawberry con dos triples consecutivos para colocar el marcador hasta el 23-9. Sin embargo, en los últimos instantes del primer cuarto llegaron los desajustes para el UCAM y los de Vidorreta acabaron con mejores sensaciones (23-12).

El UCAM empezó a acusar la carga de minutos durante el segundo cuarto y, quizá, por esa razón no fue tan eficaz de cara al aro contrario durante algunas fases del segundo cuarto. Sin embargo, la intensidad defensiva servía para frenar a su rival. La presencia de Lima en las dos canastas también fue clave. El pívot brasileño convirtió en puntos la mayoría de los rebotes ofensivos y colocó dos tapones en los primeros veinte minutos de juego (33-22). La falta de acierto en el tiro libre comenzó bien pronto a ser un lastre y no permitió a los murcianos irse un poco más en el marcador tras una técnica de Rojas. Pero el UCAM logró dar un zarpazo más antes de marcharse al vestuario con un triple de Nemanja Radovic (42-26).

En el tercer cuarto el UCAM contó con más problemas que en los dos anteriores, sin embargo, pudo salir airoso. Al inicio gracias a los puntos y la visión de juego de Frankamp para seguir conservando la ventaja pese a las apariciones de Shermadini y Salin (51-27). Y después, gracias al rebote, dominado por Cate y Lima, cuando apostó por transiciones rápidas en su ataque en vez de empezar a jugar con el 'crono'. Eso llevó al UCAM a cometer varias pérdidas inexplicables y a acudir al tiro libre, pese a mantenerse errártico, para gozar de una cómoda ventaja si la sabía gestionar (58-41).

Y no supo. Porque le temblaron las manos y las piernas demasiado pronto. Txus Vidorreta apostó por la presión a toda pista nada más regresar a la acción y al UCAM le costó reaccionar a ese guion. Un parcial de 2-7, tras un triple de Doornekamp, obligó a Sito Alonso a solicitar tiempo muerto (60-48). La película comenzaba a pintar mal, pero un triple de Conner Frankamp y un par de acciones del base parecían suficientes para calmar las aguas. A partir de ahí comenzaron a llegar las interrupciones. Una antideportiva sobre Strawberry y otra de Radovic equilibraron la balanza (69-54). Pero dos tiros libres fallados por Rojas fueron el inicio del decepcionante final. Sin Cate ni Lima, Radovic se emparejó con Shermadini. Rojas cedió el saque de fondo y el miedo comenzó a rondar en el Palacio tras el triple del Salin (76-70). En la siguiente jugada Davis agotó los cinco segundos para sacar, provocando la quinta falta de Radovic en la siguiente acción ante Shermadini. El carrusel de tiros libres comenzó tras una antideportiva de Rojas, y el UCAM salió mal parado tras fallar Luz. Con 82-82 en el marcador, y posesión para los locales, Frankamp perdió el balón. Dio la oportunidad al Iberostar de ganar el partido, y la decisión de ir a por el balón de Rafa Luz ante Shermadini dejó a Sasu Sulin solo para hacer el definitivo 82-84 con el que los tinerfeños se llevaron el triunfo.