Era una de las sensaciones más añoradas por la afición albinegra durante los ocho años que ha durado el paso del Fútbol Club Cartagena por la Segunda B. Cruzar el puente del Cartagonova, subir la rampa o los escalones y entrar por el vomitorio para ver un partido de la categoría de plata como pudieron hacer durante las tres temporadas en el fútbol profesional. Mucho tiempo deseando repetir esa instantánea que, por desgracia, va a tener que esperar hasta que se permita e nuevo la entrada en los estadios.

Sin embargo, lo que sí se va a producir esta jornada va a ser lo que tiene lugar en el terreno de juego. Y es que solo el nombre del rival que visita el feudo albinegro en esta segunda jornada del campeonato es un indicativo de que el gran fútbol, el que emociona y el que está un peldaño por encima del que ha visitado el Cartagonova durante estas últimas temporadas, está de vuelta. El Sporting de Gijón será el primer conjunto que visite el estadio en esta andadura. Han tenido que pasar más de 3030 días para que el fútbol profesional volviera a Cartagena. Desde un 27 de mayo de 2012 en el que un ya descendido Cartagena con Braulio, Abraham Paz o Chamorro en sus filas derrotó por 6 goles a 2 al Villarreal B -siendo esta una de las pocas alegrías que pudo llevarse a la boca el aficionado albinegro es esa temporada- en el último encuentro disputado en el Cartagonova, han cambiado muchas cosas por el camino.

No tiene nada que ver, saben bien los que estaban allí aquel 27 de mayo de 2012, lo que había entonces con lo que hay hoy por hoy en el estadio. Ni en las oficinas, donde la dirección del club dista mucho de la que llevaba las riendas por aquel entonces, ni en el resto del recinto.

Y es que a pesar de que a lo largo de esos ocho años han sido algunos los retoques que se han ido produciendo en su interior, el gran cambio ha tenido lugar este verano. Desde que el Cartagena puso los dos pies en LaLiga SmartBank comenzó un complejo proceso de cambio con el que adaptarse a las exigencias impuestas por LaLiga para poder competir en la categoría.

Las reformas han afectado principalmente al césped. El 17 de agosto comenzó a levantarse todo el terreno de juego para acometer el cambio de tierra y el resto de procesos necesarios para poner el nuevo verde que luce al campleto desde el 10 de septiembre.

Pero también ha habido que llevar a cabo la reforma para habilitar la sala VAR, la sala antidoping, los aseos o las cabinas de los medios de comunicación. Todo ello, sumado a los cambios que hay que realizar en el alumbrado del estadio y que parece que quedarán para más adelante, hace que el Cartagonova se encuentre en la recta final en la que se están dando los últimos retoques de cara a ese estreno liguero frente al Sporting de Gijón.