«Resulta indispensable la realización de controles, como mínimo, antes del inicio de las competiciones, y después, con carácter aleatorio y reiterativo». Así se expresaba el Consejo Superior de Deportes en un comunicado emitido el pasado martes. El organismo gubernamental, ante la falta de acuerdo con federaciones y comunidades autónomas para elaborar un protocolo sanitario que permitiese la vuelta de las competiciones no profesionales, se levantaba de la mesa, y reconocía que sin PCR o test rápidos obligatorios no se podía regresar a la actividad.

Varias horas después, y ante las presiones, las conversaciones se reiniciaron, y, dado que en la mayoría de competiciones no profesionales, los deportistas y los clubes no pueden permitirse asumir un gasto tan elevado para realizar pruebas diagnósticas, el CSD ha decidido ceder ante las federaciones y las comunidades autónomas, que han antepuesto el ahorro a la salud.

Aunque los detalles no son oficiales, ya hay un preacuerdo para el mencionado protocolo. A última hora del miércoles, el Consejo Superior de Deportes anunció un principio de acuerdo con las Comunidades Autónomas (CCAA), las Federaciones Deportivas, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), el Comité Olímpico y Paralímpico Español (COE y CPE) y los organizadores de competiciones. El organismo presidido por Irene Lozano confirmaba a Europa Press un acuerdo con todas las partes con compromisos sobre los aforos y sobre el «procedimiento a seguir para incorporar el criterio sanitario respecto a las pruebas de detección de la COVID-19». El CSD explicaba que «se ha conseguido consensuar el texto completo» y destacó la satisfacción de la plataforma creada para el regreso de las competiciones nacionales por el «esfuerzo realizado» y por el «resultado conseguido», el cual ofrece «seguridad al sector del deporte en España».

No se dan detalles en la nota sobre el protocolo que ya han aceptado todas las partes, pero de manera extraoficial ya se ha conocido que el deporte no profesional, donde se incluyen competiciones como la Segunda División B de fútbol, la Primera División de fútbol sala o las ligas femeninas, podrá regresar a la actividad sin la obligación de hacer test de detección del coronavirus. A diferencia del fútbol profesional o de la ACB, en este caso, se levantará la mano, y es que las federaciones y los clubes, con pocos ingresos, no estaban dispuestas a hacer un gasto tan elevado. Según algunas estimaciones, se habla de que imponer PCR y test rápidos supondría un coste de unos 80 millones de euros.

Con el CSD dando vía libre a las competiciones, será ahora el Ministerio de Sanidad así como las autoridades de cada comunidad autónoma las que decidan si elevan las exigencias a las federaciones y clubes.

El texto, según informa la web Palco23, sí recomienda realizar algún tipo de prueba de detección (que no tiene por qué ser un PCR), pero que en ningún caso se usa el término obligación. Además, se da la tutela a las comunidades autónomas para que sean las que regulen sobre la materia.

A la espera de que se publiquen los detalles del protocolo, lo que ya es una realidad es que los clubes no profesionales de las distintas modalidades deportivas podrán regresar a la actividad sin necesidad de llevar a cabo pruebas de detección del coronavirus.

Uno de los primeros en aplaudir el acuerdo fue la Asociación de Futbolistas Españoles. «AFE se congratula del acuerdo alcanzado para crear un protocolo unificado que garantice la seguridad de nuestros compañeros y compañeras del fútbol 'no profesional' estatal. ¡Felicitaciones al COE, Comité Paralímpico, ADESP, al Ministerio de Cultura y Deporte y al CSD», expresó el sindicato a través de su perfil oficial de Twitter. De todos modos, la asociación que preside David Aganzo advirtió que «vigilará en todo momento para que el protocolo sea seguro» y que «velará por la salud del colectivo al que representa».