­El consejo de administración del Real Murcia compareció ayer en la sala de prensa de Nueva Condomina. Lo hizo después de cuatro meses. Pero no se enfrentó a las preguntas de los medios de comunicación. Francisco Tornel y su equipo atendieron a las cuestiones lanzadas a través de las redes sociales por los aficionados.

En el acto, el consejo de administración presumió de su gestión, volvió a repetir los éxitos de los últimos meses, como los acuerdos con los acreedores o la estabilidad económica del día a día, pero faltó autocrítica. De hecho, Francisco Tornel, presidente grana, se limitó a hablar de «gestión excelente», a pedir una y otra vez «unidad» y aventurar «un año de grandes éxitos porque nos lo merecemos».

Sin dar detalles de cómo se van a asumir los pagos de esta próxima temporada ni cuáles son los planes para paliar la falta de ingresos después de la crisis del coronavirus, el consejo de administración, que admitió que el club se mantiene gracias a lo recaudado por abonados y publicidad, se marcó dos objetivos fundamentales para junio de 2021. Por un lado, en lo deportivo, el Real Murcia vuelve a ser ambicioso, poniéndose como meta la Segunda División, y en caso de no ser posible, fijándose como obligación estar en la Liga PRO. Por otro, en lo económico, la finalidad es todavía mayor. Llegar a un acuerdo con la Agencia Tributaria para conseguir un calendario de pagos que permita fraccionar la deuda de 17 millones de euros que ahoga al club y que le impide aspirar a estar en el fútbol profesional.

Antes de que comenzase la ronda de preguntas, el consejo de administración repitió muchos datos ya sabidos. Se volvió a aplaudir la gestión por lograr los acuerdos con los acreedores en diciembre de 2019 y se indicó que se espera que para finales de este año se completen esos pactos y así poder levantar el concurso. Respecto al calendario de pagos prometido para este año después de las quitas, se afirmó que ya se ha abonado un 50% de los cerca de 800.000 euros que había que pagar este año -en cinco años el total es de 6,5 millones-. Y una vez más se dejó claro que el Real Murcia no puede ser liquidado.

Tendrá que seguir la entidad grana afrontando los pagos con los acreedores que hicieron quita y también con la Agencia Tributaria. Francisco Cobacho, consejero del club, dijo que ahora mismo las relaciones con la AEAT «están normalizadas» y que se tiene un pacto para ir abonando a las arcas públicas una parte de los ingresos que se obtienen por abonos, acuerdos publicitarios o temas federativos.

Fijándose como fecha para conseguir el acuerdo y el calendario de pagos, Emilio García indicaba que las exigencias que en las últimas reuniones les han puesto es pagar la deuda privilegiada, que estaría en alrededor de 1,5 millones de euros. Sobre cómo se conseguiría esa liquidez, el responsable del área de estrategia recurrió a lo de siempre. «Cuando estemos cerca de esa fecha pediremos dinero vía convertibles o vía ampliación de capital», dijo.

Y es que solo cuatro meses después de que se cerrase la última campaña de venta de acciones, el Real Murcia ya piensa en la siguiente. «La losa sigue siendo muy grande. No se descarta un ampliación de capital para principios de 2021», añadía Emilio García.

Lo que llegará para el mes de noviembre será una nueva Junta de Accionistas, en la que, según indicó Francisco Cobacho, el club permitirá a los socios decidir qué puntos del orden del día se someten a votación. Con esto se pretende que se pueda plantear volver a votar si se continúa con el modelo de accionariado dividido o si se apuesta por la llegada de un inversor que tenga más del 50%.

Durante la presentación se volvió a hablar de proyectos ya conocidos como la creación de un gimnasio o la renovación de Cobatillas para construir varios cambios de césped artificial que puedan ser utilizados por la cantera y el primer equipo, lo que no se dijo es de dónde se sacará el dinero. «Hay que ser imaginativos», comentaron, añadiendo que «los ingresos dirán lo que se puede realizar».

Respecto a la temporada, se indicó que el presupuesto será de 1,2 millones de euros, de los que 900.000 irán para lo deportivo. Además, según informaron, se pretenden ingresar dos millones -en la 19-20 han sido 2,4-, lo que dejaría un superavit de 800.000 euros.

A diferencia de la temporada pasada, se fijaron metas ambiciosas, estableciéndose como objetivo principal el ascenso al fútbol profesional. Eso sería el gran sueño, pero la obligación para el club es llegar a la Liga Pro. «No estar en la Liga Pro no será un problema para la viabilidad del club, pero sí un fracaso para este consejo de administración», comentaba Cobacho. Respecto a las ventas de Josema, Juanma y Meseguer defendieron que los futbolistas querían marcharse y que no se les podía retener, cifrando los tres traspasos en 260.000 euros.

Mientras que Julio Algar incidía en el proyecto de cantera y de jugadores murcianos, Adrián Hernández dijo que aunque le gustan futbolistas como Elady y Aquino, «estoy contento con la plantilla actual». Al ser cuestionados por su relación, el técnico decía que «se le ha dado mucho bombo a algo que no ha sucedido», pese a que fue Francisco Tornel el que lo sacó a la luz en mayo; y Algar defendía que «el cuerpo técnico y la dirección deportiva no vamos en caminos diferentes».

Volviendo a temas institucionales, se preguntó por la posibilidad de ampliar el número de miembros del consejo de administración. El presidente Francisco Tornel dijo que «es algo que no está en mis manos. Tendrá que decidirlo la junta general». Pero sí dejó claro que «hay que renovarse o morir. Cuanta más gente aporte, mejor».