Con 21 años, Alberto Fernández ya sabe lo que es el sufrimiento y el trabajo en soledad. Lo descubrió en mayo de 2019, cuando una lesión de gravedad se cruzó en su camino. Con solo diecinueve años, su rodilla quedaba completamente destrozada. El parte médico emitido por el Real Madrid para informar del problema del extremo moratallero daba miedo. Rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha con afectación, además, del menisco externo. No solo se quedaba sin jugar el play off de ascenso a Segunda División con el Castilla. La progresión que le había llevado a ser uno de los jugadores destacados de la Fábrica quedaba frenada en seco.

Hoy, Alberto Fernández no solo está recuperado sino que tiene apuntada en rojo en su agenda la temporada 2020-2021, en la que intentará volver al nivel que ofreció antes de su lesión. Pero no lo hará luciendo la elástica del Real Madrid Castilla. Tampoco la del Fuenlabrada, club que apostó por él pese a su lesión, permitiéndole jugar 152 minutos en seis partidos en Segunda División tras recibir el alta médica. El extremo derecho de Moratalla tiene la maleta hecha para incorporarse al UCAM Murcia. Los universitarios ya tienen un acuerdo cerrado con el jugador, que volverá así a la Región.

A falta de confirmación oficial, Alberto formará parte de la plantilla entrenada por José María Salmerón. Otro José María, en este caso Gutiérrez, fue el que pulió las mejores virtudes del habilidoso atacante.

Alberto llegaba a la cantera madridista en 2013, después de una temporada en las bases del Almería. Paso a paso avanzó hasta el Juvenil A, donde coincidió con Guti. El entrenador madrileño no solo le ayudó a dar el salto al Castilla, sino que le permitió disfrutar de su primera experiencia europea. En la campaña 2016-2017 alcanzó con los blancos las semifinales de la UEFA Youth League, cayendo en semifinales frente al Benfica. Pero fue en las dos siguiente ediciones cuando el nombre del moratallero empezó a sonar con fuerza.

Guti le convertía en uno de los pilares de su ataque. En la 2017-2018 jugaba nueve partidos en el torneo europeo juvenil, y una campaña después, con más experiencia en sus piernas, participó, en siete encuentros, marcando cinco goles y dando tres asistencias. Solo le faltó levantar el título, pero los blancos caían eliminados en cuartos ante el Hoffenheim.

Tenía un sitio asegurado en Europa y también en el filial. En el Castilla disputó 31 encuentros y marcó tres goles.

Cuando miraba al play off de ascenso y a una futura cesión en algún club de Segunda, su rodilla quedó completamente destrozada. La lesión llegaba en mayo de 2019 y hasta el 2 de febrero no pudo volver al terreno de juego. Lo hizo con la camiseta del Fuenlabrada en Segunda División frente al Girona. Con los madrileños, que apostaron por su cesión incluso estando lesionado, ha ido sumando unos pocos minutos. Ahora, de vuelta a Segunda B, llegará al UCAM Murcia para confirmar su completa recuperación y para luchar por un puesto en el extremo, donde tendrá la dura competencia de Javi Moreno y Mustafá.