No hay un euro en las arcas del Real Murcia. Ni el ahorro logrado después de aprovecharse de los beneficios de un ERTE durante cinco meses ha sido suficiente. Tampoco las declaraciones constantes en el inicio del año del consejo de administración de que el dinero para cerrar la campaña estaba asegurado. Están tan escasos en el Real Murcia que todavía deben dinero a los futbolistas. El complemento del ERTE no ha sido abonado. Los premios que algunos tenían siguen pendientes. Para paliar los pagos más urgentes, han llegado los responsables murcianistas a suplicar a algunos patrocinadores para que adelanten como sea algo de dinero. Y es que ni la campaña de abonos, que va demasiado lenta por la incertidumbre de lo que ocurrirá con la Liga, está dando un respiro.

Es tal el ahogo al que están sometidos los consejeros murcianistas que en los últimos meses se agarran a cualquier posibilidad con tal de obtener un pellizco. Ocurrió con el acuerdo con el Middlesbrough por mucho menos de lo que se podía conseguir judicialmente, y se está repitiendo con la salida de los jugadores más representativos de la plantilla grana. El consejo de administración del Real Murcia, demostrando una vez más que lo deportivo no está entre sus prioridades, ha vendido su alma en apenas tres semanas.

No pilló de sorpresa a los aficionados el traspaso de Josema Raigal. Sí sorprendió que el club cediese a las primeras de cambio y se conformase con 50.000 euros.

Un 'intercambio' es lo que se consiguió cuando Armando pidió marcharse al Hércules. El murciano, capitán del equipo y jugador más veterano con seis temporadas a sus espaldas en Nueva Condomina, abandonaba NC con el consentimiento de Julio Algar y Adrián Hernández, que celebraban la llegada de Yeray. No fueron los únicos. Un sector de los aficionados, que ya han olvidado lo que ocurre cuando se generan ídolos antes de tiempo, se relame deseando ver al centrocampista que llega de un Hércules que se libró del descenso a Tercera por la decisión de la Federación de que nadie perdiese la categoría.

Tampoco generará revuelos la marcha de Víctor Meseguer. Los seguidores granas, que han visto como acababa el pasado curso sin la renovación del centrocampista, tienen asimilado que no continuará en el club. A falta de confirmación oficial, el jugador formado en la cantera del Ranero se incorporará a la plantilla del Mirandés después del acuerdo alcanzado entre ambas entidades. Tenía una cláusula de 300.000 euros, pero el Murcia ha dado el visto bueno a una operación en la que no se llegará a los 150.000 euros deseados. Sí ha logrado asegurarse un 15% de una futura venta así como otras variables.

Cuando parecía que ya no habrían más sustos, llegó la patada definitiva a un modelo que cada día pierde más aceite y que ya ni desde el club pueden defender con credibilidad. Juanma Bravo cogerá la misma puerta de sus compañeros. El murciano era la esperanza del proyecto de cantera que tanto habían vendido en Nueva Condomina y que se ha cargado el consejo de administración y la dirección deportiva en un pispás.

Todo está tan encarrilado que en los próximos días se anunciará el fichaje del medio por el Alcorcón por algo más de 100.000 euros, según algunas informaciones. El jugador sub-23, que apostó por el Real Murcia el pasado verano cuando Francisco Tornel y su equipo no lo consideraban una pieza fundamental, cuando Julio Algar le ofreció en un principio una renovación incluso por debajo de lo que tenía firmado, finalmente decidió quedarse para triunfar en Nueva Condomina. No lo hará. En los próximos días dejará de pertenecer a la plantilla grana.

Cuando los murcianistas confirmen que Bravo y Meseguer se unen a Armando y Josema, el Real Murcia, que, según Francisco Tornel, «está muy lejos del fútbol profesional», estará incluso lejos de la Segunda B Pro, objetivo que no se puede escapar de ninguna forma al equipo de Adrián Hernández en esta campaña 20-21 que todavía no se sabe ni cuándo comenzará.

De un golpe, el Real Murcia ha perdido a tres futbolistas sub-23 que ya habían demostrado, pese a su edad, elevar el nivel en Segunda B. Sus salidas, por la proyección de sus nuevos clubes como por la falta de proyecto, ambición y seguridad económica en Nueva Condomina, pondrán a examen a Julio Algar. El director deportivo, que está atrancado en la planificación de la plantilla por la falta de fichas sénior, tiene ahora un problema mayor. Josema, Meseguer y Juanma, a priori titulares en el Real Murcia, eran sub-23, y el año pasado, de los fichajes jóvenes, ninguno fue válido para Adrián Hernández, por lo que se deberá afinar más la puntería.

Si deportivamente el Real Murcia es hoy mucho más débil que hace un par de semanas, económicamente los granas ingresarán por los traspasos de Josema, Meseguer y Juanma Bravo unos trescientos mil euros según las cantidades publicadas, y es que los responsables murcianistas no informan oficialmente de lo ingresado en las operaciones, como ocurrió con la venta del muleño. En la nota emitida por la entidad no se especificaba en ningún sitio cuánto pagará el Espanyol. No es la primera vez que se ocultan detalles económicos. En otras ocasiones se han agarrado a la confidencialidad de los acuerdos para no dar detalles a accionistas y abonados.