Leo Messiha ejecutado la cláusula, según ha podido saber El Periódico de Catalunya, que existía en su contrato para rescindirlo de manera unilateral, por lo que no se presentará este domingo al inicio del nuevo proyecto deportivo del Barça, dirigido por Ronald Koeman. La intención del argentino es reencontrarse con Pep Guardiola, pero ahora en el Manchester City, aunque el Paris SG y el Inter son los otros dos equipos que están pendientes de su decisión final.

La estrella azulgrana ha dado un paso más para certificar que su voluntad de abandonar el Camp Nou es irreversible. Messi ya se había reunido con Koeman la pasada semana indicándole que se veía más fuera que dentro del club.

Ahora, el capitán ha informado al club de que no irá a las pruebas PCR ni tampoco al arranque de los entrenamientos del próximo lunes 31 de agosto, pendiente ahora de saber si las otras 'vacas sagradas' de la plantilla, como Luis Suárez, Arturo Vidal o Rakitic, sí acudirán al inicio de la pretemporada.

El Barça le insta a acudir

El capitán considera que no tiene que acudir porque su contrato ha finalizado. Hace uso de esa cláusula, pero insiste en ponerse a disposición del club para encontrar la mejor salida posible. El club mantiene que esa cláusula no tiene valor alguno, por lo que le insta a acudir a los entrenamientos este domingo para no incurrir en un acto indisciplinario.

Posturas encontradas

Messi tiene claro que no desea continuar en el Camp Nou, a pesar de que el presidente Josep Maria Bartomeu le instaba a renovar hasta el 2023. No hay vuelta atrás. El capitán ya ha ejecutado su cláusula, por lo que queda, según sostienen sus asesores legales, eximido de integrarse en la disciplina del club.

La junta, sin embargo, sostiene todo lo contrario. El primer paso de la directiva será contemplar como falta leve la ausencia del capitán en el primer día de entrenamiento, en función, por supuesto, de como vaya transcurriendo este caso.

Llegado el caso, y como ha hizo en su día con Arthur, quien decidió quedarse en Brasil y no volver a los entrenamientos, el Barça podría abrirle a Messi un expediente disciplinario.

Pero los asesores legales del astro argentino mantienen que ese contrato ya se dio por concluido al acabar la temporada, a pesar de que el club califica de caducada la cláusula de salida que expiraba el pasado 10 de junio.

Messi, en cambio, le confiere toda la validez, convencido como están sus abogados de que la FIFA les dará el transfer para fichar por otro equipo. Así se lo hizo saber Jorge Messi, padre y agente de la estrella, al presidente Bartomeu en las dos charlas que ha mantenido desde el pasado viernes cuando este diario reveló la intención del capitán.

Meses de desencuentro

Quería Messi tender la mano para una salida amistosa. Pero el Barça, a través de su máximo dirigente, le hizo saber que no aceptaría una reunión para venderlo. Y mucho menos para darle la carta de libertad porque, a diferencia de Xavi e Iniesta, reforzaría a un rival directo en la lucha por la Champions.

La única cita a la que estaba dispuesto el presidente era para firmar la renovación por dos años más para evitar pasar a la historia como el hombre que dejó escapar al mejor jugador de la historia del club.

Pero Messi ya dejó claro hace meses, aunque sintió que Bartomeu lo desoía, su voluntad de abandonar el club. Cuando el pasado martes llegó el primer burofax quedó claro que no eran solo palabras.

Era el documento que certificaba la separación definitiva de Messi del Barça, aunque el club alega que le queda contrato hasta el 2021 y una cláusula de rescisión, fijada en 700 millones, que le hace inaccesible en cualquier mercado de la industria del fútbol. Y en este pospandemia, más aún.