Es el nuevo entrenador el FC Cartagena B. Pepe Aguilar (Santander, 1970) como futbolista pasó tres temporadas en el Real Murcia: un ascenso a Segunda A y dos temporadas más en la categoría de plata, con ello pasó a ser un jugador muy querido. Tras su marcha, pasó por numerosos equipos de la Región de Murcia como Ciudad de Murcia o Lorca Deportiva. Con su retirada comenzó su carrera en los banquillos y pasó, entre otros equipos, por el Leganés, donde coincidió con Paco Belmonte. Estos últimos años ha estado en la cantera del Racing de Santander, más de siete años de experiencia le avalan con su trabajo en las bases verdiblancas. Ahora vuelve a la Región para defender los intereses del eterno rival del club en el que militó como futbolista y logró el gol del ascenso a Segunda en el año 2000.

Pepe Aguilar nos cuenta que desde hace tiempo el Cartagena quería ficharle, pero no se dieron las circunstancias: «El ascenso era la puerta que abría esa posibilidad. Estoy con ganas de empezar, de formar parte de un proyecto ilusionante, atractivo y profesional, y sin límites», asegura el entrenador del filial albinegro, que dice que estar en Segunda es un «primer gran paso» para crecer.

Su incorporación al Cartagena no ha dejado indiferente a parte de la afición murcianista a través de las redes sociales, molesta por el fichaje de Aguilar por el club albinegro. El cántabro es un viejo deseo de un gran sector del murcianismo para formar parte de su club, pero nunca le ha llegado esa posibilidad. Ante esta cuestión, el santanderino responde así: «Esa es una pregunta que igual habría que hacerles, sin ánimo de acritud, a las personas que durante estos años han estado en el club». Además, añade que se limita «al convencimiento de las personas para que yo forme parte de este club para que lleve a cabo un trabajo de dirección de equipo. Estoy donde la gente quiera que esté. Ellos han creído en mí y yo estoy en el Cartagena», asegura. No obstante, afirma que no va a alimentar ninguna polémica: «Nunca voy a entrar en ninguna polémica porque tengo muchos amigos en el Real Murcia y en el entorno del murcianismo, es algo que puedo decir muy feliz».

Pepe Aguilar considera que le puede aportar al filial albinegro son sus años de experiencia como jugador. Conoce todos los entresijos del fútbol, ahora tiene una visión distinta, «pero no por ello dejo de tener esa perspectiva de cómo funciona un vestuario y cómo poder gestionar a 22 personas muy distintas entre sí», comenta. Se define como «un tío de fútbol» al que le encanta siempre ganar a su estilo: «A mí me encanta ganar, pero de una manera distinta, controlando el juego, dominar, generando unos contextos para que los jugadores se sientan a gusto en el campo, que haya solidaridad y un objetivo común».

El nuevo entrenador del filial está convencido de que viene a un club con una base sólida y al que le queda mucho por crecer. Conoce a Paco Belmonte desde hace tiempo y cree que ha cumplido su objetivo: «Cuando estábamos juntos yo ya sabía cuál era su sueño, y ahora mismo tiene el club en Segunda División y con un crecimiento incalculable. El club tiene unos cimientos extraordinarios y un referente a nivel nacional», considera Pepe Aguilar. En la misma línea cree que el Cartagena acierta en tener «un respeto absoluto sobre la gente que entiende sobre cómo han de hacerse las cosas bien, dotarse de personas cualificadas, preparadas y profesionales».

Sobre el objetivo principal que tiene el entrenador con su filial contesta muy claramente: «Jugar bien al fútbol. Dotar de un estilo claro y definido, eso nos dará poder ganar muchos partidos. Jugar bien es primordial, es irrenunciable». Con respecto al cuerpo técnico, Pepe Aguilar dice que va a estar arropado por once personas. Un equipo que quiere hacer del filial un equipo «respetado y con valores». No obstante, prefirió no entrar a hacer valoraciones de la polémica suscitada por el nombramiento de Isaac Jové como segundo entrenador, quien solo unas horas después tuvo que renunciar al cargo.

Además, considera que tiene «un gran equipo con jugadores con gran proyección, con hambre de aprender y ganas de crecer», a lo que añade que «ojalá este año alguno debute con el primer equipo, y el año que viene alguno se asiente en el primer equipo».

El nuevo preparador albinegro desea que su equipo tenga una identidad muy clara a la hora de jugar: «Vamos a tratar de dar una identidad muy clara al equipo, adaptarme a los jugadores que tengo, extraordinarios y con mucha proyección. Tener un estilo muy reconocible, independientemente del rival y de los campos a donde vayamos». Por otra parte, cree que debe conocer a sus jugadores como personas para poder sacar su rendimiento como futbolistas, pero también les pide ser «entrenables: ser entrenable significa crecer, dar pasos hacia delante, que los que le estén viendo se estén fijando en él».

De cara al primer entrenamiento tiene claro lo que le pide a sus jugadores: «Les pido pasión, actitud, y ganas de crecer. Si mi equipo no es pasional, algo no funcionará. Un equipo que tiene pasión es un equipo que tiene alma y que está vivo», termina diciendo a este diario el santanderino.