Es una realidad que el Real Murcia tiene que contar con su cantera más que nunca en sus más de cien años de historia. Los jóvenes que salgan del Imperial pueden aportar al club grana una inyección de ganas, trabajo y resultados sobre el césped que quizá algunos que vienen de fuera no lo muestren. O también, si su rendimiento es bueno y viene un club con una gran oferta económica, podría aliviar un poco el dolor que persigue al enfermo desde hace unos cuantos años. Resumiendo, cuidar la cantera es salir ganando. Lo malo es que no siempre es posible en un club tan limitado como el Real Murcia económicamente hablando, ya que muchos equipos actúan aprovechándose de la situación actual y pueden rebajar el precio de venta de cualquiera de los futbolistas que destaque.

Uno de los estandartes del modelo de cantera que está intentando instaurar el Real Murcia en los últimos años es Juanma Bravo. Un jugador de la casa que ha ido quemando etapas hasta convertirse en un jugador líder en el centro del campo grana. Un joven de tan solo 22 años, que es indispensable para Adrián Hernández por sus cualidades físicas, técnicas y tácticas. De hecho, ha sido el uno de los jugadores más utilizados de la plantilla con 1.879 minutos, solo por detrás de Álvaro Rodríguez, Armando y Edu Luna. Pero no es oro todo lo que reluce. Curiosamente, a pesar de haber ofrecido un buen nivel casi siempre en el terreno de juego, es el prime mercado estival en el que Juanma está tranquilo y su futuro -salvo un cambio drástico de rumbo a última hora- está asegurado en el Murcia.

En el verano de 2018, después de que con 20 años hubiera sido titular bajo las órdenes de Salmerón y Vicente Mir, dos técnicos 'pata negra' en la categoría, tanto Víctor Gálvez, presidente en aquel momento del club, y Toni Hernández, director general y deportivo, quisieron prescindir de sus servicios y le buscaron equipo. El centrocampista tuvo un pie y medio fuera durante todo el verano, algo que, en gran parte, no se podía entender. El cómo un jugador de la casa, joven, con proyección, y desplegando un gran nivel, vaya a salir por la puerta de atrás. Finalmente, a tres días de que acabara el mercado, la insistencia de Juanma por quedarse prevaleció y le sacaron del mercado.

Sin duda alguna, su etapa más dura dentro del club grana fue en la temporada 18-19. Después de que hubiera sido indiscutible la temporada pasada y habiendo jugado más de 2.000 minutos, el canterano se mantuvo en el abismo sin encontrar explicación alguna, terminando con 891 minutos jugados. Terminado el curso, el verano pasado también fue convulso para Juanma Bravo después del fiasco que supuso esa situación. No le faltaron ofertas al joven centrocampista, pero una vez más, apostó por quedarse en el club de su corazón.

Este año, asentado completamente con Adrián y apartado de temas extradeportivos, está siendo con diferencia el verano más tranquilo de Juanma. Un jugador que puede marcar diferencias sobre el verde y que ya ha demostrado en repetidas ocasiones, a través de sus gestos, que quiere triunfar con la grana puesta.