Carlos Alcaraz Garfia lleva ya tiempo mostrando al mundo que no es un tenista al uso. Sus destellos a los 17 años de edad se han convertido ya en norma. Ha ido igualando e incluso mejorando hitos de grandes estrellas mundiales como Rafa Nadal desde que era un niño. Primero se le quedó corta la categoría infantil; después, la cadete; hasta en la júnior solo necesitó unos pocos meses para demostrar que estaba preparado para algo más. En 2019 quemó etapas más rápido que cualquier tenista de su generación. Y en 2020, si el coronarivus lo permite, seguirá haciéndolo. Este año tan atípico ha ganado 22 partidos y perdido solo 3. Una de esas derrotas llegó ayer en el torneo 25 Aniversario Academia JC Equelite, en Villena, donde pese a tener que conformarse con el subcampeonato, demostró una madurez impropia de su edad. Superó en el primer partido del torneo al portugués Joao Sousa, número 66 del mundo, después de perder el primer set de forma rotunda (6-0). En el segundo le tocó subir un escalón más frente al australiano Álex de Miñaur, 26 del ránking ATP, y también lo dio. En la final le tocaba el 'más difícil todavía'. Pablo Carreño, asturiano, jugador de Copa Davis, número 25 del mundo y que llegó a estar en el 'top 10', le esperaba con las garras afiladas. Tanto el gijonés como el murciano se conocen demasiado. Comparten academia de entrenamientos y representante, y a ambos les separan 12 años, una distancia muy grande en el tenis.Carreño, con siete títulos ATP en su palmarés

, fue un muro insalvable para Alcaraz (6-1 y 6-4). Jugó bien el pupilo de Juan Carlos Ferrero, pero fue insuficiente para derrotar a un rival que desarrolló un gran tenis en el primer set, donde apenas cometió errores, y sentenció en el segundo cuando el jugador de Murcia se vino arriba y amenazaba con forzar la tercera manga.

Tres roturas de servicio consecutivas pusieron el primer set en bandeja a Carreño, que se encontró con un Alcaraz al que le costó conectar su primer servicio con eficiencia. Se anotó su primer juego el murciano en el sexto, pero en el séptimo ya no hubo más historia y el gijonés se impuso por 6-1.

Ante Sousa, en la primera jornada, Alcaraz demostró que para él no existen los torneos amistosos, que su afán de victoria es siempre máximo. Ya nadie se fía en el circuito de un chico de 17 años con una derecha excelsa, capaz de reventar la bola y ponerla en la línea. El murciano mantuvo su servicio en los tres primeros juegos, tomó la iniciativa y llevó el partido hasta el 4-4. Pero en ese momento empezó a pasarle factura el desgaste de los dos partidos anteriores. Carreño aprovechó esta circunstancia para asestar el golpe magistral al partido en ese noveno juego que siempre decide tanto. Le rompió el servicio a su joven rival y se puso 5-4. En el siguiente juego sentenció y se hizo con el partido con un 6-4.

Carlos Alcaraz, pese a la derrota, demostró que ha adquirido un nivel de forma idóneo para afrontar los retos oficiales que tiene ahora en el horizonte. Será en dos Challenger donde el murciano, que hace una semana ganó un torneo de la Liga Mapfre también en Villena, se pondrá a prueba y tratará de mejorar ese puesto 316 que ocupa actualmente en el ránking mundial. Será en la República Checa e Italia donde volverá a competir en un torneo de la ATP en dos semanas.