ElPozo Murcia cumplía en 2019 treinta años. Tres décadas en las que el club murciano ha vivido todo tipo de experiencias dentro de las canchas. Referente dentro del fútbol sala español, su nombre siempre está asociado a las metas más altas, aunque en las últimas temporadas ha perdido ese papel dominador que le llevó a abrir las puertas de las vitrinas del Palacio varias veces durante distintas temporadas. Pese a la falta de títulos y a algunos titulares negativos por las actuaciones de Duda en su etapa final como entrenador del club murciano, la entidad presidida por José Antonio Bolarín siempre ha sido un ejemplo de gestión. Las palabras deudas e impagos no existen en el diccionario de ElPozo Murcia.

Pero en los últimos meses la tarta del treinta cumpleaños se le está atragantando al club de Tomás Fuertes. La llegada de Giustozzi no solo no ha traído consigo títulos. Además, ha metido a ElPozo Murcia en una espiral que está afectando al señorío de una entidad puesta siempre como ejemplo. Con el argentino con mando en plaza, tanto dentro como fuera del banquillo, y con Fran Serrejón, director deportivo y director general, desbordado, el expediente de la entidad no para de sumar puntos negativos.

Los abonados y aficionados del club andan en las últimas semanas revueltos. Piden cabezas, la de Fran Serrejón la primera, porque no entienden el trato que se está dando desde las oficinas del Palacio a jugadores que en los años que llevan en el club lo han dado todo por los colores. Si la noticia de la salida de Andresito ya desencadenó una tormenta de críticas hacia los responsables del equipo, la marcha de Álex Yepes ha sido la gota que colma el vaso para unos seguidores que no entienden qué está pasando dentro de los despachos para que los ridículos ya se hayan convertido en parte del día a día.No se conformó Giustozzi con enseñar la puerta de salida a Andresito el pasado mes de enero. Pese a que el cordobés es uno de los jugadores que mejores resultados ha dado en los últimos años, convirtiéndose en un pilar fundamental y no escondiéndose nunca en los momentos malos, no solo se le dijo que no se renovaría su contrato, sino que además en el play off por el título no jugó ni un minuto por capricho del argentino, que posiblemente no podía pensar que el andaluz fuera protagonista y se llevara todos los titulares.

Ya está Andresito en el Jimbee Cartagena. Pero la crisis institucional sigue instalada en ElPozo Murcia, y es que Fran Serrejón no ha podido gestionar peor el caso Álex Yepes. Nadie le quitará al ciezano los diez años que ha vestido la camiseta del club murciano. Tampoco podrán borrar los títulos que ha conseguido tanto a nivel colectivo como de forma individual. Incluso habría que aplaudirle por su silencio cuando podría haber puesto patas arriba los despachos del Palacio de los Deportes. Mientras que el ciezano se marcha con la cabeza alta, Giustozzi y Serrejón dejan muy tocado el señorío de ElPozo, y es que la actuación de ambos ha provocado el mayor ridículo de los treinta años de la entidad.

El pasado 3 de marzo, la cuenta de Twitter de ElPozo publicaba un vídeo que pronto fue aplaudido por todos. Tras varios meses de conversaciones, el club anunciaba la continuidad del gran capitán, Álex Yepes. El ciezano, en la entidad desde 2009, firmaba hasta 2023. Pero todo fue una farsa por parte de los dirigentes de la entidad. Rubricó el contrato el jugador, pero no lo hizo el club. Aquel anuncio a bombo y platillo y aquella rueda de prensa en la que Serrejón no dudaba en afirmar que «es un día muy especial» tenían en mismo valor que un papel mojado. Álex ya no es jugador de ElPozo. No lo es desde el martes. El ciezano pondrá en breve rumbo a Italia y lo hace una vez más mostrando su cariño al club. En vez de exigir el pago de todo lo que le correspondía, lo ha hecho cediendo y mucho. Un detalle más que le hace ganar la partida del señorío ante Serrejón y Giustozzi.

Lo que han vivido en este 2020 Álex y Andresito ya lo sufrió en noviembre de 2018. El croata fue el primero en conocer que ElPozo de los últimos tiempos no es la entidad a la que siempre se ha tomado como un ejemplo. Giustozzi no contaba con él, pero en vez de rescindirle, se le apartó del equipo y se le mandó a entrenar al filial, algo ilegal, como ya se ha visto en varias resoluciones judiciales que han afectado a otros equipos deportivos. «Si me hubiese dicho de un principio que no contaba conmigo me habría marchado perdonando el contrato, pero al hacerlo de mala manera le salió más caro a ElPozo», reconocía el ahora jugador del Jimbee en una entrevista a futbsalcorner.es.

No solo de puertas para afuera ElPozo Murcia se ha autocolocado en el centro de la diana de las críticas de los aficionados. De puertas para dentro también hay muchas dudas de lo que está ocurriendo. Algunos empleados cuestionan el poder que está ganando Giustozzi. Después del fracaso en el play off exprés y de cerrar una campaña sin títulos, nadie en el Palacio ha salido a dar explicaciones. El silencio es absoluto. Sin embargo, los movimientos no paran, y ya son varios trabajadores los que han tomado la puerta de salida, unos por cuenta propia, al no entender el cambio de rumbo, y otros, pese a llevar toda la vida, por decisión del club.