Centenares de personas salieron durante la noche del domingo, ya de madrugada, a festejar por las calles de la ciudad el ascenso de categoría, en bares y plazas, pero evitando las aglomeraciones. Y es que el Ayuntamiento había hecho un llamamiento a la responsabilidad ante la situación ocasionada por la covid-19. En mayor o en menor medida, la afición se contuvo, porque la familia albinegra tenía ganas de celebrar este ascenso unida. Los actos de homenaje han quedado suspendidos hasta nueva orden, porque además esta semana la Consejería de Sanidad ha limitado las reuniones a un máximo de 15 personas.

Sin actos oficiales, el único festejo que se ha vivido estos días ha sido el de los jugadores sobre el césped de La Rosaleda, después de un partido que se jugó a puerta cerrada, y posteriormente en el recibimento que un grupo de aficionados les brindó el lunes por la tarde, cuando regresaron a la ciudad portuaria con el ascenso bajo el brazo. No habrá rúa por las calles de Cartagena ni tampoco un recibimiento oficial. La celebración no queda suspendida, sino aplazada hasta que la situación mejore y se pueda organizar algún acto en condiciones de seguridad.