Después de lo que ha costado conseguirlo, parece que no se va a poder disfrutar al cien por cien. O al menos como le hubiera gustado tanto al club como a los aficionados albinegros. El ascenso del Cartagena, que ya de por sí se ha conseguido de una forma un tanto descafeinada por la ausencia de aficionados en el estadio, tendrá como única celebración la que tuvieron los jugadores sobre el césped de la Rosaleda y la de los aficionados que tras el partido se lanzaron a las calles. La vuelta del conjunto albinegro al fútbol profesional estará marcada por la ausencia de actos oficiales con las instituciones y otros eventos con los aficionados que suelen producirse después de logros como este. O mejor dicho, por el aplazamiento de estos.

Lo comunicaba el club en la tarde de ayer: «Ante la recomendación de las autoridades y tras las nuevas medidas adoptadas en el día de hoy, el club aplaza la celebración pública del ascenso y la recepción por parte de la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento». El aumento de los casos de afectados por coronavirus en la región ha hecho que, si había alguna opción de que estos se llevaran a cabo, se terminaran por aplazar de forma definitiva. Así se hará tanto con esa recepción de las autoridades regionales como la de las locales. Se barajó, eso sí, la opción de realizar en el Ayuntamiento una recepción mínima en el día de hoy, pero ha sido descartada al estar limitadas las reuniones a 15 personas, algo que impediría participar a la plantilla, cuerpo técnico y directiva al completo.

Lo mismo sucede con aquellos actos en los que la afición tomaba protagonismo. La rúa por las calles de la ciudad ha sido una opción que prácticamente ni se ha planteado ante la posible aglomeración que esto supondría. Pidiendo «comprensión y responsabilidad», desde el club albinegro esperan poder celebrar todos los eventos pertinentes cuando la situación mejore y lo permita.

El recibimiento como consuelo

Ante todas estas imposibilidades para llevar a cabo los festejos, en la tarde de ayer los seguidores albinegros pudieron vivir el que probablemente sea el único acercamiento que van a tener con los ya llamados 'Héroes de Málaga'. Tras una larga noche en el hotel y en el restaurante donde los jugadores cenaron después de los 120 minutos disputados sobre el terreno de juego de La Rosaleda y la agónica tanda de penaltis con la que el club vuelve a tocar la gloria, la expedición realizó el viaje de vuelta y llegó al Hotel Posadas a las 19.00 horas. Allí, decenas de aficionados los estaban esperando para ovacionarlos y aclamarlos tras la gesta lograda la noche anterior. Uno por uno fueron desfilando todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico conforme bajaban del autobús. También, el mánager general Manuel Sánchez Breis, que llegó unos minutos antes en su propio vehículo.

Los jugadores del Fútbol Club Cartagena, eso sí, trataron de evitar las aglomeraciones y fueron saliendo del autobús de forma ordenada y tratando de no detenerse en exceso. Algunas fotos y muchos aplausos fueron la tónica de un recibimiento que es el fiel reflejo de la descafeinada celebración de este ascenso y el que será -a corto plazo- el único encuentro de los jugadores con la afición.