Echando la vista atrás y a poco más de 24 horas para que el Cartagena dispute la final por el ascenso frente al Atlético Baleares es inevitable no recordar lo que supuso la hazaña lograda hace ya más de una década sobre el césped de El Collao. Cartagena volvió al fútbol profesional tras varias décadas gracias a un encuentro imborrable. En la retina, cómo no, permanecen inalterables la carrera de Carmona y el gol de Juan Pablo que sembraron el éxtasis y la locura en la ciudad portuaria. Sin embargo, no se suele recordar -y en caso de hacerlo no se le da la suficiente relevancia- el tanto que hizo que la presión, robo y asistencia del primero, y el remate a placer del segundo, pasara a la historia.

«¿Cómo no me voy a acordar? Robamos el balón en la banda derecha, hay una transición rápida a la banda izquierda, que es donde Viyuela centra y marcamos el primero de cabeza». Es la narración que hace el que en el tiempo añadido de la segunda parte terminaría siendo el héroe albinegro. Juan Pablo recuerda cómo vio desde el banquillo el gol que adelantaba al Cartagena y le ponía -aún si cabe- en más ventaja después del 2-1 cosechado en la ida. Por su parte, el autor del tanto lo relata «como si lo hubiera marcado ayer»: «Un balón desde la izquierda en el que me anticipo al primer palo y consigo empujar el balón a la red. Lo guardo, lo tengo en vídeo y lo veo muchas veces. Es una sensación que te gusta que se recuerde», asegura José María Mena.

El suyo es, probablemente, uno de los goles más importantes marcados en la historia del Cartagena que menos se recuerdan. Todo, porque quedó empañado por el que terminó dando el ascenso en el descuento: «Está claro que lo que todo el mundo recuerda es el gol que te hace ascender. Tuvimos suerte de que Carmona tuvo la inspiración divina de apretar un balón en el minuto 90 con un jugador menos. Pero yo tuve la suerte de aportar mi granito de arena. Metí el primer gol y abrir el marcador con una de la facetas del juego que menos controlaba, que era el remate de cabeza. Ese gol nos hizo estar más vivos durante el partido y sirvió, aunque no se recuerde tanto, para cumplir el objetivo», comenta.

Nos habla desde China, donde reside desde hace un año al recibir la oferta de incorporarse a la academia del Evergrande Guangzhou como técnico formador de jugadores y otros entrenadores. Entrena a un equipo U-13, correspondiente a la categoría infantil en España, con el que va a competir a nivel nacional contra los mejores equipos del país. Acaba de renovar por una temporada más con la que es «una de las escuelas de fútbol más grandes del mundo, con cerca de sesenta campos y con todas las tecnologías habidas y por haber en el mundo del deporte».

Once años después de la gesta lograda aquella tarde del 24 de mayo en Alcoy, hace un repaso a cómo fue esa campaña: «Lo recuerdo como un año muy bonito. Las experiencias fueron muy buenas y la liga regular fue bastante bien a pesar de que hubo un par de situaciones extrañas con la marcha de Fabri. Pero al final te quedas con todo lo bueno. El partido que ganamos en casa al Alcoyano, y por supuesto con el de El Collao. No se me olvida ese ascenso, con la afición apoyando, el campo lleno desde varias horas antes y cómo se vivió todo. Tengo unos recuerdos muy buenos. Fue un subidón por cómo se produjo y son cosas que te marcan para el resto de tu vida», afirma.

El valor del paso del tiempo

La larga espera que ha habido que hacer para el partido de este domingo ha hecho que se hable -entre otras cosas- de quién o quiénes pueden ser los héroes que con un gol devuelvan al Cartagena al fútbol profesional. Algo que, según el talaverano, tardas mucho tiempo en valorar: «Quizá muchas veces no somos conscientes de lo que supone un gol en un play off. Vivimos el día a día en un burbuja y no te paras a pensar lo que hay detrás: la afición, patrocinadores, la gente que ha invertido dinero, el aficionado de a pie, el de bar, los directivos y una ciudad con la oportunidad de crecer. Cuando van pasando los años vas siendo más consciente. Poder analizar ese ascenso, ver lo que supuso para todos y habiendo aportado mi granito de arena es aún más bonito», asegura Mena.

Consciente de la dificultad que entraña, le manda un mensaje a su ex afición: «Sabemos que la afición de Cartagena es exigente y que han sufrido mucho. Pero yo creo que el fútbol les debe algo y ojalá que sea este año cuando se recojan los frutos de todo el trabajo. Que confíen en los chavales porque seguro que la suerte va a estar de nuestro lado», añade.