E­l 4 de enero Borja Jiménez se estrenaba en el banquillo, con una victoria ajustadísima del equipo en Mérida. Era una victoria que convertía al equipo en campeón de invierno por cuarto año consecutivo. El técnico abulense recogía el testigo de Gustavo Munúa, con el prestigio de haber ascendido la temporada anterior. Con tan solo 35 años, Borja puede marcar un hito al conseguir dos ascensos consecutivos a Segunda. Lo hizo la temporada pasada con el Mirandés, derrotando, precisamente, al Atlético Baleares en la última eliminatoria: 2-0 en la ida y 3-1 en la vuelta.

Llegó a la ciudad portuaria con su libreto de técnico estudioso, pero con la firme promesa de no derruir lo que ya estaba construido. Eso sí, los inicios no fueron fáciles. Durante el mes de enero, parecía que iba a ser otra temporada de enamorar hasta invierno y defraudar en primavera, salvo una más que digna eliminación de Copa del Rey (2-4 contra el Girona). En la jornada 20, derrota ante un rival directo, como el Badajoz; en la 21, empate en casa contra el Don Benito; y en la 22, perdieron contra el Sevilla Atlético. La cuesta de enero se hizo larga pero poco a poco el engranje empezó a mejorar. Con tres victorias y tres empates antes del confinamiento les sirvió para superar a un Marbella que también perdió puntos en ese tramo del campeonato.

En el ascenso de 2009, el FC Cartagena también vivió un año atípico en los banquillos, con cambio de entrenador. En febrero, el gallego Fabri fue despedido, y en su caso salió bastante peor del club que Munúa. Su cese se anunció por sorpresa debido a su mala relación con la plantilla cuando marchaba en segunda posición de su grupo, a un solo punto del líder. Llegó Jémez, y el resto es historia.

Borja Jiménez se ha tenido que labrar su carrera peldaño a peldaño. Empezó entrenando al equipo de su ciudad natal, Ávila. Luego pasó por el Valladolid B, el Izarra y el Rápido de Bouzas, antes de incorporarse al Mirandés. Sin embargo, tras el ascenso dejó el club castellano, sin poder estrenarse en un banquillo de Segunda, y emprendió el viaje hacia Grecia. La aventura solo duró 12 partidos, y fue entonces cuando recibió la llamada del Cartagena.