Solo queda una semana para que el Cartagena dispute el partido más importante de las dos últimas temporadas con el que tiene la opción de volver al fútbol profesional. Noventa minutos en los que tendrá la oportunidad de regresar a la categoría de la que salió hace ya ocho temporadas y a la que ha estado muy cerca de volver en varias ocasiones.

Enfrente, y para tratar de impedirlo, estará un Atlético Baleares que ha sido uno de los equipos más fiables durante toda la temporada que le ha llevado a ser el líder del Grupo I. Una primera posición que ha logrado en un grupo que no es el habitual para el conjunto isleño, ya que tuvo que ser encuadrado fuera del Grupo III para ajustar los ochenta equipos de la categoría. Ha tenido que hacer, por tanto, desplazamientos más largos durante la temporada, que le han llevado a obtener unos números discretos fuera de casa (18 puntos de 39 posibles). Sin embargo, esa carencia ha sido compensada siendo prácticamente intratable en el Estadio Balear, donde han ganado 13 de los 15 encuentros disputados (40 de 45 puntos en juego). Un factor campo al que no podrán sacarle rentabilidad en este play off que se disputa a partido único en campo neutral.

Pero si hay una virtud que han demostrado los de Mandiola durante la liga regular ha sido la de ser un equipo que incomoda en exceso al rival. La dificultad de plasmar el juego al que uno está acostumbrado se torna en tarea más complicada cuando están los blanquiazules enfrente. Todo ello lo ha conseguido el técnico de Eibar formando un entramado defensivo difícil de superar -22 goles encajados- en el que todo el equipo colabora, pero donde resalta una línea defensiva con mucha experiencia y muchas alternativas.

Una retaguardia bien armada

En la portaría se encuentra una parte importante del éxito del equipo. El veterano guardameta Manu Herrera (38 años) es un seguro bajo palos. El ex de Osasuna, Betis, Zaragoza o Levante entre otros llegó a Mallorca el pasado verano para convertirse en una pieza clave en el equipo. En la zaga, Mandiola tiene recursos de sobre para confeccionar una línea de garantías y de mucha experiencia para afrontar un partido de estas dimensiones y que requiere de tanto temple. El káiser de la defensa no es otro que Guillermo Vallori. El capitán del Atlético Baleares es a sus 38 años el líder indiscutible de la zaga. 24 partidos esta temporada y su 1,90 de altura hacen de él un pilar para sus compañeros.

A su lado son varias las opciones de las que dispone el técnico. Jon Aurtenetxe y el ex albinegro Pedro Orfila han ido rotando como pareja de Vallori, coincidiendo incluso ambos en algunos encuentros. En invierno llegó como refuerzo procedente del Racing de Santander Óscar Gil, que apenas tuvo tiempo de disputar cuatro partidos, pero que no está ni mucho menos descartado. En los laterales, el italiano Luca Ferrone (derecha) y José Peris (izquierda) parecen fijos, aunque Borja San Emeterio también ha participado bastante durante la liga. La variedad de la que dispone Mandiola le permite la opción, incluso, de disponer un línea de cinco frente al Cartagena con dos carrileros para buscar la profundidad.

Talento y cemento en el medio

El medio campo supone en el Atlético Baleares una prolongación de ese entramado mencionado en defensa. En el pivote, Alberto Villapalos es el encargado de frenar el juego contrario e iniciar el propio. Calificado por muchos como un jugador de superior categoría, el centrocampista de 25 años ha disputado 26 de los 28 partidos, perdiéndose solo los dos que ha estado sancionado por acumulación de tarjetas. A su lado debería haber estado Jordan, joven jugador cedido por el Reading que ha sido el cerebro del equipo durante el año y encargado de poner en movimiento todo el juego a balón parado. Sin embargo, no puede disputar la fase de ascenso al no haberle permitido el conjunto inglés prorrogar su cesión. Por este motivo, parece indiscutible Mar Rovirola, que ha disputado 22 partidos y funciona como complemento a la presencia de Villapalos. Como alternativa, podría aparecer Armando Shashoua, joven mediocentro cedido por el Tottenham.

Un poco más adelante, y como enganche, suele aparecer Gorka Iturraspe. El vasco ha anotado 4 goles y ha dado 4 asistencias y ya sabe lo que es marcarle al Cartagena en el amistoso que ambos equipos disputaron en agosto en Pinatar Arena. En las bandas son varias las alternativas de garantías que tiene Mandiola. David Haro parece que contará sí o sí con un sitio, ya que además de haber disputado 27 partidos, ha anotado 6 goles y ha dado 7 asistencias. Números más que suficientes para -siendo un extremo- convertirse en indiscutible. En el otro costado, Alberto Gil -17 partidos, 2 goles y 2 asistencias- y Jorge Ortiz -20 partidos, 8 goles y 3 asistencias- se disputan el puesto. Lo lógico sería que fuera este último, que también puso en problemas a los albinegros en pretemporada, el que salga de titular. También podrían entrar Canario o Samu Shashoua, hermano de Armando que está cedido por el Tenerife.

Dinamita y experiencia arriba

En la punta de ataque hay un nombre que destaca por encima del resto. Toni Gabarre lo ha disputado prácticamente todo. 13 goles y 6 asistencias hacen de él el hombre más temido de los blanquiazules y estará en el once del próximo domingo. Como revulsivos arriba, el cartagenero Arturo y Lekic -ex de Sporting, Mallorca, Girona o Cádiz- pueden complementar y aportar más pólvora en el ataque del conjunto isleño. Tres delanteros con los que tratarán de torpedear y de destruir las opciones del Cartagena.