La entrada de Alfonso García como hombre fuerte del Real Murcia Además de desembolsar una prima de emisión, pagando el doble de lo que valía cada acción, se le exigía llegar a un acuerdo con Hacienda. No solo eso. Aunque hubiera comprado 1,5 millones de euros en acciones, en las Juntas, solo tendría un 20% de voto. Ningún empresario inteligente hubiera dado el visto bueno a todos esos condicionantes. De ahí, que desde el primer día que se aprobó la ampliación, la entrada del aguileño estaba casi descartada. Solo los tejemanejes de sus hombres de confianza dieron algo de vidilla a la historia durante unos días para después dejar en mal lugar a su representado.

Sin embargo, el culebrón está lejos de acabarse. Si Alfonso García mantiene su intención de entrar en el Real Murcia como hombre fuerte, solo deberá esperar su turno. Es más, el aguileño puede mirarse en el espejo de Francisco Tornel, quien también aguardó el momento propicio para convertirse en máximo accionista con la inversión mínima.

La no entrada de García le ha dejado en un mal lugar. Un sector del murcianismo le ha cuestionado que finalmente no decidiese invertir en la ampliación de capital. Los 300 euros que se pusieron en el último minuto no salieron ni de su bolsillo. Fue su representante, Núñez Mediavilla, el que compró las acciones en un movimiento que no pudo ser más negativo para la imagen del aguileño. El ex del Almería, con 20 millones de euros en el banco tras vender el club andaluz a un jeque, dice estar dispuesto a poner dinero en Nueva Condomina, pero gestionándolo él. Y esa última condición no se podía cumplir si participaba en la actual ampliación de capital, donde para tener un 30% del capital social tenía que pagar 3 millones cuando el valor real de esas acciones es de 1,5 millones de euros.

Lo mismo que le ocurió la semana pasada al aguileño, ya lo vivió en 2016 Francisco Tornel. El notario, que había saltado a la actualidad en 2015 cuando se reunió con Jesús Samper para que este le cediera el club por 1 euro, no quiso entrar en el consejo de administración tras el fallecimiento del madrileño. El motivo que puso entonces fue que no quería compartir sitio con consejeros que estaban vinculados al anterior presidente. Esa excusa que le sirvió al notario es la que en las últimas semanas tanto ha criticado a Alfonso García, quien para llegar a Nueva Condomina quiere hacer borrón y cuenta nueva, rodeándose de gente de su confianza.

No entró Tornel en enero de 2016 y tampoco lo hizo en noviembre de ese mismo año. Pese a su murcianismo, el actual presidente antepuso su cartera al escudo. Ante sí estaba la ampliación de capital aprobada durante el mandato de Martínez Abarca, pero para aterrizar con fuerza en el club se necesitaba mucho dinero. Con un capital social de 1.787.422 euros, Tornel sabía que si invertía apenas sería un grano de arena. De hecho, Raúl Moro compró 400.000 euros en acciones y solo le dio para tener un 10% del club.

No entró el notario murciano en 2016, pero sí lo hizo en 2018, justo cuando todas las señales eran favorables. El capital social había sido reducido solo un año antes en 1,6 millones de euros; pasando de 1,7 millones a 178.000 euros. La medida aprobada por Raúl Moro para evitar la liquidación se convirtió en la gran oportunidad del acual máximo accionista. Con 200.000 euros obtendría un 12%, algo más que el extremeño en 2016, cuando invirtió el doble. Además, después de conseguir que miles de personas adquiriesen acciones, Tornel no tendría competencia. Solo Mauricio García podría hacerle frente, pero el consejo de administración pronto se encargó de mantener en el limbo al mexicano.

Esos 200.000 permitieron a Francisco Tornel convertirse en el máximo accionista, accediendo primero a Nueva Condomina junto a PARMU, para después dar el protagonismo al KBusiness, que son los que lograron convencer a más de un 90% de los acreedores para que aceptasen una quita y un nuevo calendario de pagos.

Al igual que el notario murciano esperó pacientemente dos años para aparecer como el hombre fuerte en el libro de socios del club, Alfonso García, si mantiene su intención de coger el Real Murcia, deberá aguardar un momento más propicio, en el que para reunir un importante porcentaje del capital social no tenga que pagar el doble de lo que vale cada acción.