Cuando el pasado 26 de febrero arrancaba la ampliación de capital del Real Murcia, las paredes de Nueva Condomina estaban preparadas para vivir su particular 'Juego de Tronos'. La buena acogida solo tres meses antes de los préstamos participativos hacía pensar que serían varios los empresarios que en la segunda fase pelearían por quedarse con el título de máximo accionista en poder de Francisco Tornel. Sin embargo, a la hora de la verdad, nadie dio el paso al frente. Ni siquiera Enrique Roca, sobre el que estaban puestas todas las miradas, abrió la cartera para tener en sus manos el protagonismo que tanto anhela.

Han tenido que ser de nuevo los aficionados granas y los seguidores de otros clubes de fútbol los que saliesen al rescate de un proceso que estaba condenado al fracaso. Acabado el movimiento constante de la tercera fase, que tuvo que ser alargada quince días más, se abrió una etapa final en la que los inversores que no fueran accionistas anteriormente tenían la oportunidad de acceder al libro de socios del Real Murcia. Eso sí, les tocaría pagar el doble por lo que compraran. A falta de cuatro días para echar el cierre al proceso, todas los focos apuntan al aguileño Alfonso García, quien en noviembre del pasado año comunicó a Francisco Tornel que estaba dispuesto a hacer una gran inversión siempre y cuando reuniese más del 51% del capital social, algo imposible después del cambio de estatutos.

El ex dueño del Almería mantiene su apuesta por el Real Murcia y tiene a su disposición la posibilidad de comprar 1,5 millones de euros en acciones -tendría que pagar 3 millones por la prima de emisión-, sin embargo las horas van pasando rápidas y pocos confían ya en que el cambio en el accionariado se haga realidad. ¿Por qué parece una misión imposible que Alfonso García aterrice en Nueva Condomina?

01. Toca pagar el doble de lo que valen las acciones

Para entrar en el Real Murcia por la puerta grande, Alfonso García tendría que hacer una inversión de tres millones de euros. Sin embargo, si decidiese poner esa cantidad de dinero sobre la mesa, el aguileño solo podría obtener acciones por valor de 1,5 millones, y es que la cifra restante sería la prima de emisión que ha establecido el club para aquellos inversores que no estuviesen con antelación en el libro de socios. El aguileño tendría que pagar el doble de lo que vale realmente cada acción. Ese sobrecoste ya sería un primer obstáculo para acceder al club, de ahí que el ex dueño del Almería siempre haya intentado buscar otra vía de acceso, como ocurrió a finales del pasado año, cuando mantuvo varias reuniones con Francisco Tornel para que le vendiese sus títulos.

02. Un 30% de poder que le dejaría en minoría

Como cualquier empresario que quiere asumir el control de un proyecto, Alfonso García siempre ha dejado claro que si llega al Real Murcia será para tener mayoría absoluta. Su objetivo es reunir más del 51% de las acciones. Y para conseguirlo podría comenzar por adquirir los 1,5 millones de euros que están a la venta, y que, como hemos dicho en el punto anterior, costarían el doble -3 millones-. Pero aunque lo hiciese, el paquete apenas le permitiría reunir un 30% del capital social y en las juntas, después de los cambios de los estatutos, solo tendría un 20% de porcentaje de voto, lo que le dejaría en minoría si el consejo de administración y otros accionistas importantes como Enrique Roca suman sus fuerzas. Sí podría hacer uso del 30% en una votación si adquiriese los títulos a través de dos empresas diferentes, aunque tampoco así tendría asegurado salir ganador en las juntas. Y esto último lo necesita sí o sí, ya que si entra lo primero que tendría que hacer es eliminar los cambios estatutarios que se introdujeron para evitar la figura del accionista mayoritario.

03. Estatutos que le cierran el paso

A colación de lo explicado en el punto anterior, los estatutos del Real Murcia, modificados tras la última junta de febrero, se han convertido en el principal enemigo de Alfonso García y de cualquier inversor que quiera entrar en el club grana. No permiten las normas internas de la entidad que nadie controle más del 51% de las acciones, y además limita la capacidad de voto de todos aquellos accionistas que tengan más del 20%, ya que independientemente de la cantidad, su porcentaje de voto en las juntas sería de ese 20%. Es decir, que con tres millones de euros ingresados en las arcas del club, no solo tendría la mitad de las acciones, sino que además su voto tendría casi el mismo valor que el del consejo de administración, que cuentan con unos 500.000 euros repartidos en distintas sociedades, lo que les favorece a la hora de votar.

04. Las exigencias del consejo para ceder sus puestos son una utopía

Cualquier posibilidad que baraje Alfonso García para entrar en el Real Murcia se convierte rápidamente en un obstáculo. En la rueda de prensa que el viernes daba el consejo de administración, Francisco Tornel, presidente del club, no dudaba en afirmar que si alguien pone tres millones de euros, ellos dimiten en un minuto. El mensaje solo tenía un destinatario y no era otro que el aguileño. El ex del Almería parece que lo tiene fácil. Pagar los tres millones por las acciones disponibles para controlar al 100% la gestión. Sería un primer paso que después tendría que ir alargando hasta convencer a la Junta de que con él como accionista mayoritario, la estabilidad económica y un posible ascenso a Segunda estarían más cerca de hacerse realidad.

Sin embargo, nada es tan sencillo. Y es que el consejo de administración ha decidido sacarse de la manga una exigencia que es una utopía por no decir un imposible. Tornel y su equipo le piden a García que llegue a un acuerdo con la Agencia Tributaria para establecer un calendario de pagos por la deuda de 17 millones de euros que tiene el club, algo que se busca desde el 2012 y que nadie ha logrado. De hecho, los actuales gestores han recibido ya calabazas en varias ocasiones de la AEAT. Es tan imposible el requisito que le han puesto al aguileño, que en cuatro días tendría negociar un pacto por el que, siguiendo lo que Hacienda ha pedido a otros clubes, además de pagar entre un 15% y un 20% de la deuda, también debería de presentar avales por el resto que quede por pagar. Y todo ello debería hacerlo a ojos cerrados y confiando en que el consejo cumplirá su palabra de marcharse.

05. ¿Y quién gestiona los tres millones de euros?

Alfonso García quiere gestionar el dinero que él ponga en el Real Murcia. Del primer euro al último. Y esta exigencia se ha convertido en otro obstáculo, y es que el aguileño cree que si ingresa los tres millones de euros para completar la ampliación de capital, el consejo de administración actual hará uso inmediatamente de esa partida. Tornel y su equipo podrían hacerlo perfectamente, ya que en el boletín de suscripción se aseguran el uso al finalizar cada fase de las contribuciones que hayan entrado.

06. Intermediarios que no generan demasiada credibilidad

Todo lo indicado en los puntos anteriores son supuestos que se han planteado desde el círculo de Alfonso García, porque el aguileño no ha dicho ni mu en los últimos meses. De hecho, después de las reuniones que mantuvo con Francisco Tornel entre los meses de octubre y diciembre, no ha habido nuevos contactos entre las partes, según aseguran desde el club. Han sido dos intermediarios del aguileño los que han llevado la voz cantante. Que un empresario de la experiencia de Alfonso García deje en manos de otros una operación tan importante y de tanto dinero como esta ya genera dudas sobre si el aguileño sigue estando interesado en el Real Murcia o si son más las personas que hay a su alrededor las que están moviendo el árbol por si finalmente cae algo de fruta de forma barata.

Tampoco ayuda a la credibilidad del ex presidente del Almería que una de las personas que dice hablar en su nombre sea Quique Baeza, ex consejero del Real Murcia y que tras perder su silla en el órgano de control del club grana pasó de ser el mayor defensor del actual consejo a ser su principal enemigo. El ronroneo del periodista murciano con posibles inversores no es nuevo, además. Fue el portavoz de Arca Grana, también estuvo entre los socios de PARMU y luego se alistó, sin formar parte de la sociedad, con el KBusiness. Lleva ya no se sabe los años buscando inversores, y entre sus apuestas también estuvo en su momento Antonio Perea.

07. Mucho ruido y pocas nueces

El próximo miércoles acabará la actual ampliación de capital, y entre el Real Murcia y Alfonso García no hay ni un amago de aproximación. Y sin ese acercamiento de posturas, es casi una misión imposible que el aguileño dé un paso importante. Si hace alguna inversión, será posicionándose para un futuro, pero pocos creen que pueda poner sobre la mesa una cantidad importante de dinero. Al final, el culebrón solo dejará ruido.