María José Martínez Sánchez ha pasado de tenista profesional a empresaria de la moda. Durante el confinamiento ha aprovechado para lanzar su tienda de ropa online y dentro de un mes abrirá su sede en la localidad catalana de Sant Fruitós del Vallés, cerca de Manresa. Mawey, que significa calma en idioma na'vi y que aparece en la película Avatar, «porque después de la tempestad llega la calma», dice, es el nombre de su primera aventura empresarial, donde ha llegado por la influencia de su madre, Fini Sánchez, quien durante más de veinte años regentó un par de tiendas donde de jovencita le gustaba mucho echar una mano a la exjugadora de Yecla.

Entrevista a la extenista María José Martínez

Entrevista a la extenista María José Martínez

«Aunque es un momento complicado para iniciar cualquier empresa, hay que aprovechar las oportunidades. Vamos a tocar todas las marcas a precios outlet y será ropa de temporada; ese tipo de negocios, en tiempo de crisis, funciona todavía más», afirma la extenista, quien apunta que «no tengo miedo, pero sí que espero que todo salga bien, como cuando afrontaba una competición. Me estoy implicando mucho».

Su llegada a la moda no es casualidad. Recuerda que «me fui muy jovencita de casa, con solo 14 años me marché al Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, pero cuando represaba a casa, me gustaba ayudar a mi madre en sus tiendas». A su nuevo negocio está trasladando «esos valores que te aporta del deporte para llevarlos a la vida, como son la constancia y la perseverancia».

Martínez anunció el pasado mes de diciembre que abandonaba el tenis después de dos décadas en el circuito profesional y de acumular un brillante palmarés: «No me costó trabajo dar el paso adelante porque llevaba mucho tiempo meditándolo. Para muchos deportistas es un momento amargo dejar la vida profesional, para mí ha sido una liberación porque he exprimido mi carrera al máximo. He tenido muchos altos y bajos en mi vida profesional, pero conforme me he caído me he levantado».

Su etapa tenística no la ha cerrado a cal y canto, ya que desea reemprenderla en un futuro como entrenadora. «Me encantaría volver al tenis en el futuro, pero necesitaba desconectar. Me gustaría volver como comentarista de televisión, capitana de Copa Federación o entrenadora formando a jóvenes promesas, pero también hay muchas cosas fuera del deporte que hay que saborearlas. Siempre me ha gustado mucho el trabajo en equipo dentro de un deporte individual como el nuestro y ese torneo me ha encantado y en algún momento me gustaría liderar al equipo español», afirma la yeclana de 37 años de edad, quien tuvo una hija, Andrea, en 2015, que le ha ocupado todo su tiempo durante el confinamiento al margen de la puesta en marcha de su nuevo proyecto profesional. «Después de tantos años viajando, la niña está encantada de tener todos los días aquí a su mamá. El ritmo de vida que llevamos en el tenis en frenético, con muchos viajes, y dejar el deporte me ha venido bien», dice. Recuerda que cuando hace unos años tuvo que realizar un parón en su carrera deportiva por una grave lesión de rodilla, que a punto estuvo de provocar su retirada, «lo pasé peor que ahora, que sí tenía decidido dejar el tenis», explica.

«No he cogido una raqueta de tenis, solo de pádel, desde que dejé profesionalmente el deporte», comenta la murciana, que tiene a uno de sus hermanos metido en el World Padel Tour, el circuito profesional de esta modalidad que ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años a nivel mundial.