La batalla que venían disputando el Real Murcia y el Middlesbrough desde febrero de 2016 acabó en el día de ayer. Y como cada enfrentamiento, lo hizo con un ganador y un perdedor. De nuevo, la derrota cayó del lado murcianista. El consejo de administración grana decidía abandonar el camino judicial por el que venía luchando para ingresar un millón de euros más por el traspaso de Kike García en 2014. Pese a que en noviembre de 2018 la FIFA daba la razón a la entidad murciana, condenando al Boro al pago de un millón de euros más intereses y a que el proceso ya estaba llegando a su fin después de que los ingléses recurriesen, Francisco Tornel y su equipo de trabajo decidía tirar por tierra todo el trabajo realizado hasta ahora para aceptar una oferta muy a la baja del club de la región de Teesside.

El acuerdo entre las partes se conocía ayer. El Real Murcia, a través de un comunicado, informaba de la resolución amistosa del conflicto, sin embargo, en la nota no se ofrecía ningún detalle de la operación. Amparándose en una cláusula de confidencialidad, los granas preferían guardar silencio, y es que la decisión no ha podido ser más perjudicial para un club que lo tenía todo a favor para ganar.

Según distintas fuentes, la entidad presidida por Francisco Tornel se ha conformado con las migajas. El Boro, que se sabía perdedor, ofreció pagar de forma inmediata unos 500.000 euros de los 1,2 millones a los que iba a ser condenado si la FIFA mantenía su criterio y tiraba para atrás el recurso de los ingléses, y el consejo de administración murcianista, ahogado por su incapacidad para conseguir más ingresos extras, no dudó en dar el OK a una operación nada rentable para la institución centenaria. Y es que en un pispás el Real Murcia ha dejado de percibir 700.000 euros.

Eso sí, en el comunicado en el que no se dan detalles, amparándose en la confidencialidad que siempre utilizan los granas para no explicar los malos acuerdos, el consejo de administración si aprovecha para autofelicitarse, indicando que «con este acuerdo se hace efectivo un ingreso de dinero por el que se lleva luchado durante mucho tiempo, utilizándolo para liquidar la deuda con uno de los acreedores más importantes con los que la entidad tenía que cumplir», informaban, añadiendo que «el actual consejo de administración sigue trabajando por la salud económica del Real Murcia», una salud que ayer vio como le impedían ingresar 700.000 euros de un golpe. Además se indica que 400.000 de los euros recibidos han sido utilizados para pagar deuda concursal subordinada a Hacienda.

La decisión de Francisco Tornel y del KBusiness de aceptar las migajas del Middlesbrough pronto fue asemejada con otra operación firmada en verano de 2018 y que los propios consejeros actuales no solo criticaron sino que además se comprometieron a llevar a los juzgados. El actual consejo de administración se ha hecho un 'Gálvez 2.0'. Y es que el acuerdo con el Boro es incluso más perjudicial que el que firmó el oriolano con el Villarreal en su etapa como presidente murcianista.

Aprovechando que el Real Murcia percibiría un 15% de un futuro traspaso de Manu Trigueros, Gálvez y Toni Hernández negociaron con el Villarreal, club al que pertenece el centrocampista, firmando al final un acuerdo en el que los granas renunciaban a ese beneficio a cambio de 150.000 euros. El jugador, que tiene contrato hasta 2022, tiene una cláusula de rescisión de 40 millones, de ahí que el club presidido por Roig no dudara en dar el visto bueno a la propuesta murciana, aunque en aquel caso y a diferencia de ahora, el dinero no estaba asegurado.

Nada más entrar PARMU en el Real Murcia, y posteriormente Francisco Tornel y el KBusiness, se ha insistido en multitud de ocasiones que Víctor Gálvez sería denunciado ante los tribunales por decisiones como esa. Un año y medio después, el consejo de administración no solo no ha demandado al oriolano sino que ahora ha decidido imitar sus decisiones, dejando escapar el ingreso de 700.000 euros que, después de la sentencia de la FIFA, eran una realidad.