La venta de Kike García al Middlesbrough fue una de las operaciones más destacadas que realizó Jesús Samper en su última etapa como máximo responsable del Real Murcia. En verano de 2014, antes de que se confirmara el descenso administrativo, el presidente grana cerró el traspaso del delantero al fútbol inglés por 2,5 millones de euros. Dentro del contrato de venta se establecían varias cláusulas que en un futuro podrían seguir dejando dinero en Nueva Condomina. En una de ellas se acordó que si el Boro ascendía a la Premier a lo largo de dos temporadas, el Real Murcia percibiría un millón más. Ascendió el conjunto de Teesside a la máxima categoría y, aunque en principio se negaron a pagar al considerar que Kike García había sido traspasado en enero al Eibar, finalmente la FIFA daba la razón a los murcianistas. Una sentencia del organismo internacional obligaba al Middlesbrough a pagar el millón de euros más intereses. Solo hacía falta esperar, porque los ingleses podían recurrir. Casi con total seguridad, a finales de este año, el Real Murcia hubiera recibido un cheque de más de un millón de euros.

Pero eso no será así. El consejo de administración del Real Murcia ha comunicado que ha llegado a un acuerdo con el Middlesbrough y ya no habrá que esperar a que la FIFA vuelva a pronunciarse. Aunque la entidad grana, volviendo a demostrar su falta de transparencia en temas importantes, no ha dado detalles del pacto, según distintas fuentes, la operación ha sido tremendamente negativa para los murcianistas. Y es que, según esas informaciones, la entidad presidida por Francisco Tornel se ha conformado con la mitad, perdonando medio millón de euros al Boro, que ha salido vencedor de una batalla que tenía perdida desde el principio.

Amparándose en la confidencialidad, como siempre que se llega a un acuerdo que no es ventajoso, y olvidando que el consejo apenas cuenta con un 20% del poder y que el otro 80% está en manos de los aficionados, en Nueva Condomina no han dudado en tomar una decisión que dejará al Real Murcia sin más de medio millón de euros.

De nuevo, las urgencias económicas y la incapacidad del consejo de administración para inyectar dinero a la entidad, han hecho que el Real Murcia salga perdiendo. Ya ocurrió con Víctor Gálvez hace dos veranos. El presidente grana en ese momento decidió llegar a un acuerdo con el Villarreal para percibir unos 150.000 euros de forma inmediata, renunciando así a la cláusula por la que si Manu Trigueros era traspasado, el Real Murcia percibía un 15% de ese dinero.

Nada más aterrizar en el club, los actuales mandatarios afirmaron que iban a denunciar a Víctor Gálvez y a Toni Hernández por esa operación; una denuncia que a día de hoy todavía no ha llegado. Y que visto lo visto no llegará, porque Francisco Tornel y sus consejeros se han hecho un 'Gálvez 2.0', perdonando al Middlesbrough más de 500.000 euros.

La entrada de un inversor, cada vez más necesaria

Del medio millón que percibirán, el 80% ya ha sido ingresado en las cuentas del club, que a su vez lo ha destinado para pagar unos 400.000 euros a Hacienda de deuda subordinada. Con este abono, los granas despejan la posibilidad de que la Agencia Tributaria pueda pedir la liquidación por los continuos impagos de las cantidades incluidas en el concurso. La deuda total con la AEAT, según las últimas cuentas, es de más de diecisiete millones de euros, que sin plan de pago, hacen imposible al Real Murcia poder aspirar a saltar al fútbol profesional. Necesita la entidad grana un acuerdo con Hacienda, pero para ello la AEAT exige un pago inicial de alrededor del 20%, y sin un máximo accionista capaz de poner el dinero sobre la mesa no hay ninguna opción.

Pese a la derrota en esta batalla, el consejo de administración ha decidido ponerse una medalla, explicando en su comunicado que "con este acuerdo se hace efectivo un ingreso de dinero por el que se lleva luchado durante mucho tiempo, utilizándolo para liquidar la deuda con uno de los acreedores más importantes con los que la entidad tenía que cumplir", añadiendo, en otro ejemplo más de la falta de autocrítica, que "el actual consejo de administración sigue trabajando por la salud económica del Real Murcia".

Aunque la situación cada vez es más complicada y que el consejo de administración se está quedando sin salidas -la ampliación de capital no ha funcionado tan bien como se esperaba y los ingresos del club apenas dan para el día a día-, en Nueva Condomina siguen empeñados en cerrar las puertas a cualquier inversor que pueda llegar con la capacidad financiera suficiente para poder dar la vida que la entidad necesita.