Rafa Luz Freire, único jugador del UCAM Murcia que tiene contrato para la próxima temporada, se mostró ayer autocrítico con el campeonato realizado y también con la decisión de la ACB de solo permitir a doce equipos disputar la fase final. «Me molesta que unos equipos puedan jugar y otros no. La decisión debería ser tomada con todos o ninguno», afirmó en la entrevista en Instagram que concedió a este diario.

Luz, de 28 años e internacional brasileño, se quedó en Murcia a pasar el confinamiento. Ha estado pendiente de su familia -tiene cinco hermanos- y de sus padres, que ya son mayores. «Lo mejor que podía hacer era quedarme aquí porque allí el sistema de salud de Brasil no es muy bueno. Además, ahora el virus está llegando con fuerza allí y estoy preocupado porque mi padre tiene 75 años, y mi madre 65 y con problemas de respiración. Me da un poco de miedo», admitió el jugador, quien desveló durante el encuentro que está deseando regresar a casa para estar de nuevo en contacto con ese proyecto social en torno al baloncesto que lideran dos de sus hermanas y que él apadrina.

El jugador no ocultó su frustración por la mala temporada realizada por el UCAM Murcia. «Todos esperábamos mucho más de nosotros», admitió, para añadir que «entramos en un agujero del que nos costó mucho salir, que hizo mucho daño a la afición, jugadores y club. Estaba convencido de que después del parón de la Copa del Rey y las ventanas FIBA íbamos a tener mejor dinámica, pero tendríamos que haber terminado para saber qué nota dar al equipo. Pero hasta donde jugamos, dejamos un dolor importante a todos y que habrá que tener en cuenta para la próxima campaña».

«No me esperaba la forma de jugar del equipo. Al principio salió bien pero después...», dijo Rafa Luz, quien espera un UCAM en el próximo curso que «funcione de una manera más natural. Este año se buscaba una jugada para Askia Booker o Jarell Eddie, pero yo quiero que el juego fluya más aunque siempre se tenga un jugador importante», expresó un base que nunca llegó a tener un entendimiento total con el estadounidense. También confía en encontrar en el futuro «un equipo más duro, porque creo que por momentos dejamos de serlo y por momentos nos desconectamos. También me gustaría que fuera mucho más inteligente, porque de la manera que le gusta jugar a Sito Alonso, hay que pensar bastante».

Acostumbrado a jugar muchos partidos, play off y estar con la selección en verano, las largas vacaciones de 2020 no le gustan: «De vez en cuando me paro a pensar que no volveré a jugar hasta dentro de cuatro meses. Me da tiempo a muchas cosas y a la vez nada. Ni cuando estuve lesionado me tiré tanto tiempo parado», dijo un jugador que próximamente viajará a Andorra con su novia y después, el 30 de junio, irá a su país para visitar a la familia durante tres semanas.