Si es cierto lo que se comenta con sigilo por Madrid, y confirma en Galicia el presidente Louzán, bien haría mi amigo Luís Rubiales en investigar si el gurú, el que diseñó el nuevo sistema de competición de 2ª División B para el ejercicio 2020-2021, es un infiltrado del enemigo, para introducir un 'caballo de Troya' en la Federación.

Cualquiera podría llegar a creer la veracidad de ese comentario, porque los clubes no pueden entender unas posibles bases de competición que habría que calificarlas de auténtico despropósito. Por eso, ante la gravedad de lo que se avecina, aparco la reestructuración global de 2ª B y 3ª, para centrarme en la 2020-2021, temporada histórica para 2ª B, con la ilusión de llegar a tiempo de evitar ese desaguisado que amenaza a ese fútbol 'que no es profesional ... pero que tampoco es aficionado'.

Es ese fútbol que sufre al verse abandonado, como un barco en plena tempestad sin un patrón que marque el rumbo. La ausencia de una información clara desde la FEF, da paso a un sin vivir de los clubes, que, tras un 'final' de temporada criticado por unos y celebrado por otros, asisten atónitos a declaraciones, rumores, bulos... muy preocupantes ante un año que marcará un antes y un después para esta categoría.

Sin duda, será un ejercicio histórico porque, a la puesta en marcha de la anunciada 2ª B PRO, para 2021-2022, se suman noticias más que preocupantes en el desarrollo de la temporada 2020-2021, que destrozan el sistema en vigor desde siempre.

Me parece absurdo que, justo en el último año que existirá la 2ª B tradicional -aunque se incorporen muchos más clubes- se rompa con los ejes tradicionales que sustentan la competición y que asumen clubes, aficionados, FEF, prensa...

Y es que existen unos soportes que parece aconsejable mantener como inamovibles:

1º Mantener 4 grupos, que, por número de clubes, se deben dividir en 8 subgrupos.

2º Mantener la composición de todos los grupos por proximidad geográfica.

3º Mantener el sistema actual del play off de ascenso de equipos a Segunda A.

Todo lo demás es discutible (número de clubes; ascensos a PRO, descensos a 3ª...).

Soy de la opinión que sería una locura improvisar un sistema para un solo año. Es mucho más sencillo, adaptar la fórmula de siempre, que seguro que generará sus problemas, pero será mucho más sensato y económico que la nueva 'solución'.

En la existencia de solo 4 grupos se articula el sistema del play off de ascenso, que es el auténtico leitmotiv de los clubes de la 2ª B: el acceso a LaLiga. El 5º grupo, contra lo que se suele decir, sería un quinto malo, porque rompería con todo el sistema, comenzando por el gran premio de los dos ascensos a Segunda A que disputan los 4 primeros de grupo de 2ª B. ¿Qué sistema rocambolesco habría que inventar para, con 5 grupos, respetar el derecho de los 4 campeones de grupo?

Igual de importante es mantener la confección de los grupos en base a la proximidad geográfica, cuando es bien conocida la situación económica tradicional de la 2ª B, y más cuando los equipos se van a ver obligados a devolver un 25% de los abonos percibidos de la temporada actual... Y ya se anuncia que la próxima se jugará, hasta enero, a puerta cerrada. Si fuese necesario, podríamos entender, en base a premiar los ya muy discutidos resultados 'finales' de la 2019-2020, que la proximidad no se aplicase al subgrupo correspondiente, pero nunca aplicarlo al resto de los grupos.

Sobra sigilo y falta transparencia, y las noticias que llegan -5 grupos sin tener en cuenta la proximidad geográfica- asustan a los clubes y, de forma especial, a los cercanos a las costas. Es lógico su miedo porque se hace posible que el Racing de Ferrol, en lugar de viajar a Pontevedra y a Vigo contra Celta y Coruxo, tuviese que desplazarse a Cornellá, Murcia, Villarreal ... O que el Hércules se desplazase a Irún, Oviedo, Huelva, en lugar de hacerlo a Valencia, Castellón, Cartagena...

Por eso abogo, dado que por desgracia ya han hecho público que existirán 100 equipos (el número ideal hubiesen sido 96, aprovechando alguna baja por deudas, para ser número par -12- en cada uno de los 8 subgrupos y así evitar los descansos) divididos en 4 grupos de 25 equipos por proximidad geográfica, dividido en dos subgrupos de 12 y 13, aunque, como mal menor, para igualar los subgrupos a 13 equipos sería mejor que fuesen 104 equipos, con ascenso de 4 equipos más de 3ª.

Los 4 primeros de cada subgrupo jugarían una liguilla, fase II del propio grupo, valiendo los resultados ya obtenidos entre ellos en la fase I. Los 4 equipos que mayor puntuación alcanzasen disputarán el play off de ascenso a la Liga SmartBank.

El ya tradicional play off de 16 equipos lo disputarán los 4 primeros equipos de los 4 grupos. Los campeones de los 4 grupos se enfrentarían entre ellos por sorteo y los dos ganadores ascenderán directamente a la Liga SmartBank. Los otros dos ascensos los disputarían los restantes 14 clubes del play off, sin cambio alguno en su normativa actual. Los 12 clubes eliminados en este play off ascenderán a 2ª B PRO.

La 2ª B PRO o Liga Luis Aragonés, como a mí me gustaría llamarla, la integrarían los 4 descendidos de la Liga SmartBank, los 12 clubes que no subiesen en el play off de ascenso, los 16 clasificados en los puestos 5º al 8º de cada grupo y los 8 ganadores de las promociones correspondientes entre los clasificados entre los puestos 9º-16º de cada grupo. Los clubes a partir del puesto 17º se jugarán los descensos a 3ª.

Los acuerdos que se van conociendo parecen nacidos de una gran improvisación. Parece como si a la FEF la situación, al igual que el virus a los distintos gobiernos, la haya cogido totalmente desprevenida y las medidas se vayan tomado 'a salto de mata', sin prever el siguiente paso de 'la desescalada'. El 'mando único' habla a través de terceros que enervan a los interesaos con su Plan y descartan un Plan B.

Yo presiento que la situación es peligrosa para el Presidente Rubiales porque, si persiste en esa idea, que disgusta a infinidad de equipos, la reestructuración del fútbol no profesional puede convertirse en su particular viacrucis.

Corre el riesgo que se relegue a un oscuro segundo plano sus indiscutibles méritos de gestión al duplicar los derechos de TV de LaLiga; el exitoso sistema de Copa del Rey y Supercopa; la organización y TV del fútbol femenino y sala... porque manda la actualidad, y la 2ª B, sin olvidar el revuelo de la Liga Iberdrola, está en pie de guerra.

Y, ojo, todo ello en plena carrera electoral... Y con infinidad de votantes afectados.