El mundo del deporte ha sido salpicado de lleno por las consecuencias derivadas de la crisis provocada por el Covid-19. A nivel profesional, continuamos pendientes de saber qué va a suceder con cada una de las competiciones que estaban previstas para estos meses y más aún de saber cómo van a finalizar aquellas que estaban en marcha. No solo en el ámbito profesional, sino también en el amateur. Son innumerables los clubes y deportistas que han tenido que frenar en seco. Y dentro de todos ellos, nos encontramos casos aún más llamativos. Y es que lejos de no poder continuar los entrenamientos y las competiciones domésticas, había equipos que se habían embarcado en proyectos que a día de hoy no pueden llevar a cabo.

Es el caso de la Asociación Deportiva Juventud, un club de baloncesto de Cartagena que apenas tiene tres años de vida, pero que ha conseguido dar grandes pasos en este corto periodo de tiempo. Este verano tenían programado un viaje muy especial. Uno de los dos equipos de la categoría cadete con los que cuenta el club se iba a desplazar a Estados Unidos para disputar una serie de partidos en los que los jugadores iban a poder estar en contacto con algunos equipos de allí. Finalmente, la crisis ocasionada por el Coronavirus les ha dejado sin poder ir: «Estábamos muy ilusionados y teníamos muchas ganas de ir. Era una gran oportunidad y la verdad es que ha sido un palo que se tenga que cancelar», comenta Darío Martínez, uno de los jugadores del equipo.

Darío, como la gran mayoría de sus compañeros de equipo, tiene solo 15 años. Los mismos que José López, que juega de base y que a pesar de tener todo el tiempo del mundo para vivir este tipo de experiencias, se veía disfrutando durante dos semanas de lo que más le gusta en la cuna del baloncesto: «Iban a ser dos semanas en las que íbamos a poder aprender mucho. Nos solo de baloncesto, porque allí tienen un nivel espectacular, sino que también íbamos a poder practicar inglés y disfrutar de una cultura diferente. Además, me hacía ilusión visitar el Wells Fargo Center, la cancha donde juega mi equipo favorito de la NBA, los Philadelphia 76ers».

Y es que era precisamente allí donde iban a poder pasar dos semanas en el mes de junio. En el condado de Filadelfia, situado en el estado de Pensilvania, se encuentra el ‘Sun Valley High School’, un instituto donde el deporte es casi tan importante como los estudios. Allí el baloncesto está a años luz del que podemos encontrar en la región. El punto de unión entre este y la AD Juventud está en Eddie Hyland, entrenador americano que colaboraba con el club desde hacía unos meses y que consiguió que recibieran la invitación. Su aportación ha sido enorme desde que llegó. Además del contacto con Estados Unidos, nos ha traído ideas nuevas y los chavales han podido practicar con él en inglés, explica José, entrenador del equipo cadete que ha trabajado codo con codo con él. También ha tenido mucho contacto con él Jorge Vera, pívot del equipo. Y es que es en esa posición en la que está especializado el americano: «Nos ha ayudado mucho a mejorar. Hemos trabajado bastante con él y no ha enseñado cosas que en el baloncesto de aquí no se suelen hacer». Y no solo los pívots. Así lo cuenta Marcos Hernández, que juega de base: «A los que jugamos lejos del aro también nos ha enseñado a jugar de espaldas y a dominar ese espacio. Es algo que nos puede dar ventaja con respecto a otros jugadores de la misma posición».

En 2021, nueva oportunidad

Aunque este año la pandemia les ha dejado sin poder viajar, el club ha recibido una invitación para el año que viene y los jugadores podrán disfrutar de la experiencia siendo incluso más conscientes de ello. Así lo ve Marcos García, escolta del equipo y que comparte con el resto de sus compañeros esa impresión: «Seguramente el año que viene podamos disfrutar más de la experiencia. Seremos más maduros, habremos aprendido más y podremos llevarnos más cosas positivas». Y es que buscar el lado positivo es lo más importante ante esta situación.

Del mismo modo lo ve Juanjo Martínez, presidente del club. «El año que viene será una nueva oportunidad para los chavales. Pero hay que hacer frente a esto como sea. De la misma forma que el club lleva luchando contra las adversidades en el poco tiempo que tenemos». Se refiere, entre otras cosas, a los problemas que han tenido para encontrar instalaciones en las que entrenar y jugar. Es por ello que este tipo de iniciativas suponen importantes avances para clubes modestos como este. Esperan que en 2021 puedan disfrutar de lo que el virus les ha arrebatado y seguir creciendo a pasos agigantados.

De profesor a entrenador

Eddie Hyland ocupa un importante papel en esta historia. Fue él quien puso en contacto el club con el instituto de Filadelfia. Como entrenador de pívots del equipo americano logró que la AD Juventudes recibiera la invitación. Pero, ¿cómo pasa uno de entrenar a un equipo de Filadelfia a dirigir a uno cartagenero? Eddie llegó a España para trabajar como profesor de conversación en un colegio. Una de sus alumnas era la hija de José, entrenador del equipo. La foto de perfil sentado en un banquillo llamó la atención de este. Un par de conversaciones después, Eddie pasó a colaborar con el club.